MEXICO.- ( AGENCIALAVOZ.ORG ) Iglesias evangélicas, testigos de Jehová, mormones y adventistas dibujan un paisaje completado por casi un diez por ciento de mexicanos que reconocen no pertenecer a ninguna religión.
"Es impresionante comprobar cómo hay zonas del país donde, cada década, se produce una disminución notable del catolicismo", observó Renée de la Torre, miembro del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social y autora de varios libros sobre el tema.
Son varios los indicadores que confirman esta tendencia. En el Registro Federal de asociaciones religiosas las evangélicas, 3.950, superan con creces a las católicas, que son 3.180, y según el Censo General de Población y Vivienda de 2000, un 87'9 por ciento de los mexicanos se reconoce católicos.
Si bien esta cifra continúa siendo mayoritaria, supone un significativo cambio respecto al casi 98 por ciento registrado en la década de los cincuenta.
"Si la Iglesia católica no cambia su oferta a las realidades que las personas viven hoy, esta reducción irá a más", reconoció a Efe el secretario ejecutivo de Relaciones Públicas de la Conferencia del Episcopado mexicano, Manuel Corral.
La explicación a estos cambios resulta compleja, como también lo es el mapa social y demográfico de México, y las fuentes consultadas difieren en ella.
Corral afirmó que es la mayor libertad para expresar el ateísmo la que le ha restado fieles a su religión en los últimos censos, ya que, según sus datos, ninguna otra iglesia del país ha aumentado sus seguidores en proporción.
La sociedad actual, añadió, "ya no tilda de bicho raro" a quienes declaran que no pertenecen a ninguna religión.
Pero para De la Torre, el panorama religioso en México se está "pulverizando y atomizando", ya que el catolicismo no está siendo sustituido por una confesión -o no confesión- en concreto, sino por "diversidad y apertura de cultos".
Son 53 los municipios mexicanos donde la hasta ahora religión mayoritaria empieza a verse en minoría. De ellos, el 62 por ciento se encuentra en el estado de Chiapas, con alrededor de un cuarto de su población indígena, fronterizo con Guatemala y escenario, en los últimos tiempos, de conflictos religiosos.
En esta entidad federativa se han producido choques entre los evangélicos y los católicos tradicionalistas, quienes acusan a los primeros de faltar al respeto a las arraigadas costumbres.
Precisamente, el rasgo indígena y el alto grado de marginalidad son dos de las características señaladas por De la Torre como estrechamente relacionadas con el papel cada vez mayor de confesiones alternativas a la católica.
Tabasco, Quintana Roo, Yucatán, Campeche y la frontera con Estados Unidos, apuntó, son las otras regiones donde el catolicismo se halla en retroceso, mientras que "la zona más criolla", -conformada por Jalisco, Zacatecas, Aguascalientes y Guanajuato- se mantiene como bastión de la religión que llegó con los españoles en el siglo XVI.
En muchos casos, explicó De la Torre, el cambio "simplemente se debe a que la población ha recibido mayor solidaridad de otras iglesias para resolver sus problemas".
La experta citó a los adventistas, muy presentes entre la población pobre de México, y con experiencia en el envío de misioneros a las zonas más aisladas y difíciles, como la sierra Huichola, en Jalisco.
Y aunque sin datos oficiales por su ausencia del Registro Federal de asociaciones religiosas, otras confesiones de inspiración católica captan cada vez más la atención de los mexicanos.
Quizás la más conocida sea la Iglesia de la Santa Muerte, con diez millones de fieles, según sus líderes, y todo un repertorio de leyendas en torno a sus ritos y su templo central, situado en Tepito, uno de los barrios más marginales del Distrito Federal.