lunes, 14 de julio de 2008

Agentes de inmigración siguen sin allanar Iglesias.


EE.UU. -( AGENCIALAVOZ.COM ) Todo el mundo sabe dónde vive Flor Crisóstomo, incluido el servicio de inmigración, que ordenó su deportación a México. Pero nadie la arresta, porque se refugió en la Iglesia Metodista Unida Adalberto.


Es la misma iglesia donde vivió más de un año Elvira Arellano, quien pasó a ser un símbolo del drama de los indocumentados antes de ser finalmente deportada a México. Hay por lo menos otras 13 personas sin papeles que viven en iglesias, sin que las autoridades tomen medidas para sacarlas de allí.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, según sus siglas en inglés) ha detenido indocumentados de a cientos en fábricas, restaurantes, centros comerciales, granjas y plantas empacadoras de carne, pero toma muchos recaudos al lidiar con casos que involucran iglesias.

“Tomamos medidas cuando las consideramos apropiadas”, expresó Julie Myers, subsecretaria de seguridad interior del ICE. “Personalmente, no sé de ningún caso en que el ICE haya ingresado a una iglesia. Esto no quiere decir que no hagamos cumplir las leyes si hay situaciones particulares, como alguien que asesinó a una persona con un hacha o algo por el estilo”. No ingresar a las iglesias es una política extraoficial de las autoridades de inmigración, según Doris Meissner, quien fuera comisionada (directora) del Servicio de Inmigración y Naturalización, el precursor del ICE.
Desde la década de 1970 se evita ingresar “a iglesias, escuelas y patios de recreación”, manifestó Meissner, quien hoy trabaja con el Instituto de Políticas Migratorias de Washington.


Hay quienes dicen que ingresar por la fuerza a una iglesia para detener a una persona puede ser visto como algo de mal gusto. Otros opinan que el servicio de inmigración queda mal si permite que los indocumentados se burlen de las órdenes de deportación.
Crisóstomo, quien vino a Estados Unidos en el 2000 y fue arrestada en el 2006 en un taller de palés de madera de Chicago, reside en la iglesia del West Side de la ciudad desde hace seis meses. Da allí conferencias de prensa, escribe blogs y recibe a grupos de estudiantes a los que les da charlas sobre la inmigración.


“Son personas que han violado la ley deliberadamente”, manifestó Dave Gorak, director ejecutivo de la Midwest Coalition to Reduce Immigration. “Y resulta que no podemos hacer cumplir las layes sin que nos traten como si fuésemos la Gestapo”.
Meissner afirma que no tendría mucho sentido destinar recursos al arresto de una cantidad pequeña de gente que se refugia en las iglesias.
“Una agencia como la ICE tiene mucho más trabajo que el que puede hacer”, dijo Meissner. “Uno quiere usar sus recursos para controlar a los peores elementos. (El arresto de) Una sola persona no representa una prioridad”.


En al último año el ICE ha puesto énfasis en las redadas en sitios de trabajo.
“Eligen los sitios laborales porque saben que el trabajo es lo que atrae a los indocumentados que vienen al país”, expresó Louis DeSipio, profesor de ciencias políticas que dicta una cátedra sobre chicanos y latinos en la Universidad de California de Irvine. “El ICE toma en cuenta el efecto que tienen sus acciones en el público. Se cuidan de respetar las iglesias y la religión”.
Al mismo tiempo, el ICE debe “tener en cuenta que debe cuidar su imagen pública y que le están tomando el pelo”, dijo Meissner.
La iglesia Adalberto se hizo famosa cuando le dio refugio a Elvira Arellano, una indocumentada que defendió a viva voz la causa de los inmigrantes desde esa sede.


Arellano permaneció en la iglesia un año con su hijo, nacido en Estados Unidos. Fue arrestada y deportada cuando se aventuró a salir de la iglesia en agosto pasado para participar en un acto en Los Angeles.
“El gobierno elige el momento y el lugar en que interviene para hacer cumplir las layes”, declaró Myers, la funcionaria de mayor jerarquía del ICE. “Con la señora Arellano decidimos que el mejor momento sería cuando saliese de la institución”.


Arellano es una especie de abanderada del Movimiento Nuevo Santuario, que plantea una reforma migratoria. Crisóstomo dice que ella simplemente sigue sus pasos.
“Tenemos que mostrarle al gobierno que somos muchos, que somos fuertes, que somos humanos y merecemos ser respetados”, expresó Crisóstomo, quien le pagó a un pollero para que la trajese al país. “Esta es una iglesia creada para ayudar en la lucha de los indocumentados”.
El Movimiento Nuevo Santuario, que ayuda a que los indocumentados sean recibidos por iglesias, tiene características similares a otro movimiento que apoyó a los centroamericanos en la década de 1980.


Su objetivo es promover una reforma migratoria y considera que el refugiarse en iglesias es una solución temporal, según Kristin Kumpf, militante del movimiento.
“Las iglesias son consideradas un lugar sagrado. Pero nadie puede quedarse en esos santuarios para siempre”, declaró.

 
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