EE.UU. - ( AGENCIALAVOZ.COM ) El gobernador del estado dio luz verde el mes pasado a una ley presentada por las Cámaras y aprobada unánimemente que, por primera vez en la historia del país, permite a los conductores cristianos llevar en sus vehículos una matrícula oficial que proclame que creen en Dios.
Para otros, en cambio, el estado se ha metido en territorio prohibido por la primera enmienda de la Constitución estadounidense: apoyar a una religión concreta (porque los creyentes de otras religiones pueden diseñar sus propias matrículas y lucir en ellas sus símbolos religiosos, pero tienen prohibido incluir frases).
Dos clérigos cristianos, un humanista, un rabino y un grupo hindú representados por la organización Americanos Unidos por la Separación de Iglesia y Estado decidieron retar la ley de las matrículas cristianas hace un par de semanas ante un tribunal federal. Y mientras la corte decide qué hacer con las placas cuyo diseño definitivo no se conocerá hasta finales de agosto.
Para entender la polémica hay que tener en cuenta que en EE.UU. hay varios tipos de matrículas. Unas son las especializadas, placas que aprueba el estado, como las de universidades o cualquier grupo privado que logre 400 órdenes prepagadas o 2.500 euros. Otras, conocidas como vanity plates, son matrículas personalizadas que cualquier persona puede diseñar a su gusto y llevar en su vehículo si el diseño logra la aprobación del Departamento de Vehículos Motorizados local.
“Las personalizadas con mensajes religiosos deben ser permitidas porque, claramente, son mensajes de los conductores. Sin embargo, las especializadas religiosas pueden interpretarse como un mensaje de un estado apoyando a una religión concreta”, opina Stefan Lonce, autor de un libro de próxima publicación que estudia el fenómeno de las populares vanity plates.
Lonce se muestra convencido de que Carolina del Sur perderá la batalla en los tribunales. Y asienta su certeza parcialmente en precedentes jurídicos. En el 2004, un tribunal federal ordenó al estado que no emitiera matrículas con el lema antiabortista Choose life (Elige la vida), placas que una empresa, Choose Life Inc., sí ha conseguido patrocinar en otros 17 estados y con las que asegura haber recaudado casi 5,5 millones de euros.
En ese dictamen, el tribunal acusó a Carolina del Sur de discriminación por privilegiar a los grupos provida (entre las 200 matrículas especializadas aprobadas no hay ninguna que promueva la visión de los defensores del derecho al aborto). Pero lo que es más importante, y tiene relación con el caso de la matrícula cristiana, es que vetó las placas porque la iniciativa de crearlas no había nacido de ninguna organización privada, sino que surgió de las propias Cámaras estatales.
El gobernador, Mark Sanford, escribió el 5 de junio que “la mayor proclamación de la fe de una persona debe ser cómo esa persona vive su vida, y eso dice más de lo que ninguna matrícula conseguirá decir jamás”. Pese a pensar así, el republicano dio luz verde a la ley sin firmarla. En cualquier caso, la aprobación unánime en las Cámaras hubiera anulado su veto.
Si el gobernador intentó mantener cierta distancia, su lugarteniente, Andre Bauer, se ha convertido en uno de los más firmes defensores de la polémica propuesta. Bauer se ha mostrado dispuesto a poner de su bolsillo los 2.500 euros necesarios (aunque ha dicho también que espera que ese dinero se le reembolse). “Vamos a pelear -ha anunciado-. Estoy cansado de ver a los cristianos echarse atrás por miedo a una demanda”.
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