martes, 8 de julio de 2008

Ex rehenes estadounidenses denuncian abusos de las FARC


EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Con sus hijos, hermanos, cónyuges y padres en medio de lágrimas y aplausos, tres estadounidenses que estuvieron cautivos en manos de las FARC más de cinco años, denunciaron el lunes a sus captores, calificándolos de terroristas que los tuvieron encadenados del cuello en la selva.


La primera aparición pública desde que fueron rescatados el miércoles debía ser breve, pero Marc Gonsalves, uno de los liberados y vecino del sur de la Florida, pidió permiso a sus compañeros para salirse del programa.
Habló con emoción sobre las FARC, que lo tomaron de rehén junto con dos contratistas de defensa estadounidenses en febrero del 2003 cuando el avión en que viajaban se estrelló durante una misión antinarcóticos.

"Quiero contarles de las FARC'', dijo Gonsalves, hablando inicialmente en inglés y después en español. "Dicen que quieren igualdad. Dicen que quieren hacer de Colombia un mejor lugar. "Es una mentira. Son terroristas con mayúscula''.
Los tres contratistas --Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell-- se presentaron en el Centro Médico Brooke del Ejército, donde reciben atención médica y sicológica desde que llegaron a San Antonio después del rescate por parte del Ejército colombiano.


Los tres se dirigieron a los medios pero no respondieron preguntas en el auditorio del centro, adornado con cintas amarillas y banderas estadounidenses. Estuvieron acompañados de numerosos militares que los mantenían alejados de los medios y de sus familiares. Vestidos de civil y con unas 30 libras menos que cuando fueron capturados, debían haber hecho una declaración breve de agradecimiento a sus familiares, a los gobiernos de Estados Unidos y Colombia y a su empresa, Northrop Grumman Corp., por su apoyo.


Pero Gonsalves habló con emoción largo y tendido.
Caracterizó a los rebeldes de narcotraficantes, extorsionistas y secuestradores que rechazan la democracia y le lavan el cerebro a sus seguidores. Agregó que la mayoría de los miembros de las FARC son colombianos jóvenes sin instrucción que apenas pueden leer o escribir.
"Los he visto llevar a un recién nacido en cautiverio, un bebé que necesitaba asistencia médica'', dijo Gonsalves en voz baja y emocionada. "En este momento hay más rehenes. En este exacto momento los están maltratando, están encadenados por el cuello y les apuntan con armas automáticas''.


"Yo mismo, y mis amigos Tom y Keith, hemos sido víctimas de su odio, de sus abusos y sus torturas'', dijo. "He visto incluso cómo se suicidan para evitar la esclavitud de las FARC''.
Howes, que cumplió 55 años el 4 de julio, fue el primero en hablar y lo hizo con reticencia, con un aspecto abrumado frente a docenas de medios de comunicación y personal militar.
"Hace casi cinco años y medio caí en un lugar extraño'', dijo. "Estamos bien, pero no podemos olvidar a los que quedaron atrás en cautiverio en la selva colombiana''.


Stansell, de 44 años, tenía en los brazos a sus hijos de 5 años, Nicolas y Keith Jr., a quienes vio por primera vez el fin de semana, y los besaba repetidamente. Su prometida colombiana, Patricia Medina, estaba embarazada cuando lo capturaron. Con una sonrisa de oreja a oreja, Stansell, visiblemente conmovido, hizo eco de los sentimientos de su amigo, agradeciéndole a su familia, su empresa y a los gobiernos por su rescate. "Ellos son la razón por la que estoy vivo'', dijo.
Los tres están en un proceso voluntario de readaptación a la vida normal, organizado por el Ejército y que se basa en las experiencias de los prisioneros de guerra de Vietnam. Parte de ese proceso incluye compartir y hablar de las experiencias vividas en cautiverio.


‘‘Uno nunca sabe cómo terminan estas cosas'', dijo James Pitts, presidente de Northrop Grumman, en una breve conferencia de prensa después que los tres contratistas salieron del auditorio. ‘‘Nuestros muchachos han mostrado mucho valor, mucho más de lo que el deber les exige''.
No se sabía cuánto tiempo permanecerán en Fort Sam Houston, pero un oficial militar dijo que será hasta que ellos quieran y que era absolutamente voluntario. Pitts declinó discutir las experiencias de los tres rehenes.


"Ellos lo contarán a su debido tiempo'', dijo. "Tienen una historia que contar y quieren hacerlo''. El director del equipo médico, el coronel Jackie Hayes, dijo que todas las pruebas médicas concluyeron que los tres gozan de buena salud, pero declinó ofrecer detalles.
El coronel Carl Dickens, jefe del equipo sicológico, dijo que la readaptación de los hombres a la vida normal es como si alguien que ha estado mucho tiempo en una habitación oscura y lo sacan a la luz. "Les ofrecemos un filtro para que puedan regresar a la normalidad'', dijo. "Son individuos muy resistentes y flexibles''.

 
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