lunes, 14 de julio de 2008

Marcos Vidal brinda su apoyo al pastor Juan José Cortés.


España -. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Rostro cansado, pero voz firme y serena. Juan José Cortés no para de batallar. La suya es una guerra “en busca de una justicia más justa” y sus armas, una fe a prueba de bomba y el recuerdo incesante de su hija, la pequeña Mari Luz, asesinada en Huelva a principios de año por el pederasta Santiago Del Valle. “Sigo luchando por mi hija”, proclama sin dar tregua a la desesperanza, “y por evitar que lo que le pasó a ella le pueda pasar a otras niñas”.


Los familiares de Mari Luz llegaron el viernes a Valencia y ayer por la mañana recogieron un total de 1.000 firmas para pedir que se expulse de la carrera profesional al juez Rafael Tirado, que mantuvo en libertad al acusado del asesinato de la pequeña. “Se ha producido una cadena de errores, en la que cada uno tiene que asumir su culpa. Todo se podría haber evitado si ese señor -en referencia al juez Tirado- hubiera hecho bien su trabajo”, explicó ayer un portavoz de la familia.

La mesa, que estuvo instalada durante una hora y media en la Malvarrosa, permitió recoger más de un millar de firmas de ciudadanos y turistas que hicieron colas esperando para poder plasmar sus firmas en apoyo.
Los familiares de Cortés ya habían estado en Valencia recogiendo firmas para exigir un endurecimiento de las penas contra los pedófilos, pero ayer fue el propio padre de Mari Luz el que quiso participar en esta tarea.
La caravana por la causa de la pequeña ha recorrido ciudades de toda España. “Lo que pedimos es que se les condene a cadena perpetua y exista una lista pública de pederastas”, manifestó el padre de Mari Luz.


Ayer volvió a pedir el apoyo de los valencianos. “En Valencia ha habido una respuesta muy buena de la gente. Llevamos un millón y medio de firmas y mi objetivo es llegar a los tres millones. De ellas, unas 16.000 son en Valencia”, detalló Cortés. Y con las de ayer, ya suman 17.000 rúbricas.
Predicador y cristiano evangélico de firmes convicciones, a Cortés nada le echa atrás. Ya el viernes, al aterrizar su vuelo en Manises, la vida le dio otro susto.


Su mujer, Irene, sufrió problemas de tensión y tuvo que ser evacuada al Hospital General. Pese a ello, no faltó a la cita en el Hotel Sidi Saler para presentar el acto que ayer por la tarde celebró en Torrent.
A las ocho y media, en el parque central de la localidad de l’Horta, brindó su testimonio. “Quiero predicar mi fe y que toda la gente entienda el por qué de mi entereza”, explicó Cortés horas antes del evento. En el acto, también se recogieron firmas.
Las palabras del padre de Mari Luz estuvieron acompañadas por la música del cantante góspel Marcos Vidal y su banda. “Es un privilegio muy grande. Nos une una misma fe y apoyar su causa me parece importante como hombre, como padre y como cristiano”, señaló el intérprete el viernes.


Y es que, según indicó el portavoz de la familia, cuando viajan a determinadas ciudades, los responsables de las iglesias evangélicas “les invitan a participar en el culto”.
Además, Juan José Cortes participó, junto a su esposa, a su hijo mayor y a su hermano Diego, entre otros miembros de la familia de la pequeña, en un culto que se celebró alrededor de las 17.30 horas en Castellón

 
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