miércoles, 16 de julio de 2008

Ponencia de la Diputada Evangélica Cynthia Hotton en el Honorable Congreso de la Nación.


Buenos Aires, Argentina -. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Señora presidenta: simplemente insumiré tres minutos en mi exposición.
En estos más de 115 días se han sucedido hechos determinantes en la historia de nuestro país. Hemos visto cacerolas, cortes de rutas, marchas y actos, pero hay millones y millones de argentinos que estuvieron haciendo otras cosas y que quizás no los vimos.


Hace 115 días que dentro de las iglesias, de las parroquias, las sinagogas y las mezquitas hay ciudadanos argentinos que continúan orando, implorando a su Dios por sus gobernantes. Esos argentinos no están pidiendo que se vayan todos; están pidiendo que sus gobernantes decidan correctamente, y eso me moviliza.
Los gobernantes somos todos: los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En estos días se tomaron decisiones en los distintos poderes, las que tuvieron que ver con esta toma de conciencia de una decisión justa.

La primera decisión que he visto en este sentido y que ha mostrado un acto de grandeza la tomó la señora presidenta de la Nación, cuando en vez de imponer la resolución 125, tomó conciencia y la envió al Congreso de la Nación para que sea considerada en el recinto.
Luego el vicepresidente de la Nación, el ingeniero Julio Cobos, también tuvo un acto de grandeza cuando llamó al diálogo y dijo que lo más importante era la búsqueda de consenso, y no tanto la de votos.


Entonces, a todos los argentinos que están rogando por sus gobernantes les digo que esos dirigentes somos nosotros, hoy nos cargamos con el peso de la decisión justa. Simplemente quería recordárselos para que les rindamos cuenta de nuestra decisión en esta mañana.
Quería agregar otra reflexión. Cuando el pueblo de Israel fue expulsado de Egipto, estuvo en el desierto durante cuarenta años. Luego de ese lapso llegó a la Tierra Prometida como un pueblo totalmente desordenado. Dios puso al mando a un joven; no llegó Moisés, sino Josué. Imagínense la carga de ese joven, cuyo pueblo desordenado dependía de él.


Dios le dio un simple consejo que voy a leer: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente para cuidar de hacer conforme a toda la ley que te mandé. No te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas, y todo te saldrá bien.”
Le dice tres cosas. En primer lugar, que se esfuerce. En segundo lugar, que sea valiente y, en tercer lugar, que actúe conforme a la ley.


Mi reflexión es que, en primer término, debemos ser fuertes para resistir a las presiones a fin de poder deliberar y trabajar con seriedad. En segundo término, debemos ser valientes para poder sostener nuestras convicciones con una absoluta libertad de conciencia y sin especulaciones políticas. Por último, debemos actuar conforme a la ley, lo que significa respetar la Constitución Nacional.
Volviendo a los millones de ciudadanos argentinos, estoy segura de que en lo público están de pie, pero podría ser que en lo privado estén de rodillas en estos momentos, orando e implorando por nosotros.


Ellos piden estas tres cosas, tanto a la oposición, al oficialismo, a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Están solicitando que nos esforcemos, que seamos valientes y que actuemos con justicia.
Mi interpretación, en base a ese mandato, me lleva a votar por la suspensión de la resolución 125.

 
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