HONDURAS-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) No hubo distingos de religión, partido político, raza ni edad. Ayer se vivió una histórica jornada de oración para que reine la paz en Honduras. Miles de personas atendieron el llamado de las iglesias Católica y Evangélica, de la Red Apostólica y de la Comunidad Judía, que en un ambiente de confraternidad clamaron a Dios por su intermediación para que la crisis política tenga una solución que fortalezca la democracia y una a la sociedad.
La jornada ecuménica por la paz se celebró en el estadio Chochi Sosa. “Para nosotros ésta es una oportunidad de oración en la que han convenido las iglesias más grandes, la Evangélica, la Católica y la Judía, para unir a Honduras por medio de nuestro Señor Jesucristo”, dijo Jimmy Dacarett, miembro de la Unión Cívica por la Democracia, organizadores del evento.
A pedir paz y sabiduría
La representación de líderes católicos, evangélicos y judíos coincidieron en un mismo escenario y fueron portavoces de la feligresía hondureña en brindar un mensaje de paz y unión, no a la guerra ni a la confrontación.
“Hemos venido a esta jornada para pedir la paz y sabiduría de lo alto para construir una nueva Honduras”, dijo el arzobispo auxiliar de Tegucigalpa, Darwin Andino.
“Viva Honduras, viva nuestra patria, qué bien se siente estar aquí. Saldremos de esta crisis porque Dios está con nosotros”, exclamó. Llamó a los hondureños a ser instrumentos de paz, construir una Honduras con equidad, no sobre la mentira, a desterrar el odio, la violencia, la envidia y la soberbia y a ser más humildes. “No somos borregos. Los hondureños tenemos dignidad, somos un pueblo amante de la paz”, exclamó. Recordó a los políticos que es tiempo de que redescubran su verdadero rol de buscar el bien de la nación.
El sacerdote Víctor Ruiz leyó el pasaje bíblico del Sermón de la Montaña, en el cual Jesús detalló las bienaventuranzas.
“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. El pastor Miguel Benítez, de la iglesia Vida Abundante, resaltó que tres razones unieron a los hondureños en ese lugar: el amor a Dios, a Honduras y el anhelo de paz. “Construyamos juntos la paz, Honduras clama por la paz, el motivo de esta reunión es juntos elevar un clamor a Dios por la paz de nuestra nación, es el anhelo más profundo de todo buen hondureño y hondureño. La paz es el efecto de la justicia. Éste es un mensaje claro al mundo que queremos vivir en paz y democracia.
Somos una nación cinco estrellas, amantes de la paz”, destacó. El secretario de la Comunidad Judía, Germán Cuevas, señaló que el pedido era unir “al pueblo de Honduras por encima de sus diferencias, en la búsqueda de la paz”. “Hemos estado todos estos días en nuestras celebraciones del sábado, orando a Dios por la paz, la seguridad y la estabilidad de nuestra nación. Nuestro clamor es que nuestro país impere la paz, que se nos proteja de todo mal”, manifestó German Cueva.
“Que se cumpla la visión de los profetas que dijeron ‘no alzará la espada nación contra otra, ni se ejercitará más para la guerra’. Esta comunidad no tiene posiciones políticas, enfatiza que en estas circunstancias la paz no se dejará ir ni negociar”.
La jornada ecuménica por la paz se celebró en el estadio Chochi Sosa. “Para nosotros ésta es una oportunidad de oración en la que han convenido las iglesias más grandes, la Evangélica, la Católica y la Judía, para unir a Honduras por medio de nuestro Señor Jesucristo”, dijo Jimmy Dacarett, miembro de la Unión Cívica por la Democracia, organizadores del evento.
A pedir paz y sabiduría
La representación de líderes católicos, evangélicos y judíos coincidieron en un mismo escenario y fueron portavoces de la feligresía hondureña en brindar un mensaje de paz y unión, no a la guerra ni a la confrontación.
“Hemos venido a esta jornada para pedir la paz y sabiduría de lo alto para construir una nueva Honduras”, dijo el arzobispo auxiliar de Tegucigalpa, Darwin Andino.
“Viva Honduras, viva nuestra patria, qué bien se siente estar aquí. Saldremos de esta crisis porque Dios está con nosotros”, exclamó. Llamó a los hondureños a ser instrumentos de paz, construir una Honduras con equidad, no sobre la mentira, a desterrar el odio, la violencia, la envidia y la soberbia y a ser más humildes. “No somos borregos. Los hondureños tenemos dignidad, somos un pueblo amante de la paz”, exclamó. Recordó a los políticos que es tiempo de que redescubran su verdadero rol de buscar el bien de la nación.
El sacerdote Víctor Ruiz leyó el pasaje bíblico del Sermón de la Montaña, en el cual Jesús detalló las bienaventuranzas.
“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. El pastor Miguel Benítez, de la iglesia Vida Abundante, resaltó que tres razones unieron a los hondureños en ese lugar: el amor a Dios, a Honduras y el anhelo de paz. “Construyamos juntos la paz, Honduras clama por la paz, el motivo de esta reunión es juntos elevar un clamor a Dios por la paz de nuestra nación, es el anhelo más profundo de todo buen hondureño y hondureño. La paz es el efecto de la justicia. Éste es un mensaje claro al mundo que queremos vivir en paz y democracia.
Somos una nación cinco estrellas, amantes de la paz”, destacó. El secretario de la Comunidad Judía, Germán Cuevas, señaló que el pedido era unir “al pueblo de Honduras por encima de sus diferencias, en la búsqueda de la paz”. “Hemos estado todos estos días en nuestras celebraciones del sábado, orando a Dios por la paz, la seguridad y la estabilidad de nuestra nación. Nuestro clamor es que nuestro país impere la paz, que se nos proteja de todo mal”, manifestó German Cueva.
“Que se cumpla la visión de los profetas que dijeron ‘no alzará la espada nación contra otra, ni se ejercitará más para la guerra’. Esta comunidad no tiene posiciones políticas, enfatiza que en estas circunstancias la paz no se dejará ir ni negociar”.
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