lunes, 24 de agosto de 2009

“Aprenda a convivir y a escuchar a sus opositores”


NICARAGUA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Para el pastor Augusto César Marenco los cooperantes europeos y estadounidense hicieron mal en cancelar la ayuda económica a Nicaragua, porque eso se ha traducido en un castigo directo al pueblo, no al gobierno que desoyó las denuncias de un fraude electoral. En ese sentido sugiere que los donantes deberían divorciar lo político de lo económico, para no perjudicar a la población.


Sobre el tema del fraude, Marenco opina que los principales responsables, los magistrados del Consejo Supremo Electoral, CSE, en algún momento de la historia tendrán que pagar por ese error.Por otra parte, el espaldarazo del presidente Daniel Ortega a sus simpatizantes después de agredir a los miembros de la Coordinadora Civil, es parte de las “cosas asombrosas de Nicaragua”, considera Marenco, quien en esta entrevista con EL NUEVO DIARIO aconseja al Presidente que aprenda a convivir con las diferentes fuerzas sociales opuestas a su gobierno, acepte críticas, sepa escuchar a sus opositores y respete la libertad de expresión.¿Cómo están las relaciones del gobierno con la Iglesia Evangélica?Dentro de lo normal, cordiales, aunque cuando hay diferencia hacemos nuestros planteamientos de manera constructiva. La iglesia no es un partido político, así que no tiene compromisos políticos, y hace señalamientos cuando no está de acuerdo con algo, por ejemplo, cuando está amenazada la libertad de expresión y de movilización de los ciudadanos. Nunca la Iglesia Evangélica ha sido amiga de los gobiernos o ha estado casada con ellos, siempre ha mantenido una relación de respeto, eso incluye respeto al que esté de turno como Presidente de Nicaragua.
¿A qué diferencia se refiere?Es decir, cuando un gobierno no respeta parte de las libertades que deben de existir en cualquier país del mundo, como la libertad de expresión, de movilización, etcétera. La iglesia tiene la responsabilidad de señalar los errores a los gobiernos con un fin constructivo. Este país no se debe polarizar más. No se debe agredir a las personas por su manera de pensar diferente a las demás. La iglesia tiene derecho a disentir. Su deber es llamar a la sociedad a que en medio de las diferencias se mantenga unida, pero no estoy hablando de la unidad de un partido político.¿Qué opina de la forma de gobernar del presidente Daniel Ortega?Todo gobernante tiene cosas buenas y cosas que no son muy buenas, y para eso está la iglesia, para reconocerle las cosas buenas, y cuando no está haciendo algo bien, se le plantee qué es lo que está haciendo mal, para que mejore.
¿En qué tiene que mejorar el gobierno?Debe enfocar su trabajo en buscar respuesta a la situación económica, que es lo que más está afectando actualmente a la gente; crear más trabajo. Otra cosa que debe mejorar es aprender a convivir con las diferentes fuerzas sociales opuestas a su gobierno, aceptar críticas, saber escuchar a sus opositores y respetar la libertad de expresión, porque a veces tenemos ideas contrarias a las de los gobernantes. El Presidente debe orientar a las personas que desarrollan fanatismo, tratar de calmar los ánimos de sus seguidores, además que las situaciones de violencia que a veces vemos, trasmiten un mensaje muy negativo a nivel internacional, porque de hecho los gobiernos de izquierda se caracterizan por la represión, pero no es correcto trasmitir eso cuando se supone que vivimos en una democracia.El presidente Daniel Ortega se ha mostrado muy cercano con la Iglesia Evangélica, y hace un año exoneró a todas las Organizaciones No Gubernamentales de carácter evangélico, ¿eso lo inhibe de criticar al Presidente en algunas de sus actuaciones?No, cuando los líderes evangélicos desarrollamos nuestra labor profética, no tenemos por qué temer. Lo que hizo el Presidente cuando exoneró de multas a las ONG evangélicas es algo normal, lo establece la Constitución. En la Iglesia Evangélica no andamos buscando beneficios personales o para un grupo. La iglesia no debe tener inhibiciones; la iglesia está aquí para señalarles sus errores sea el gobierno que sea. Como pastor evangélico ése es mi deber.Mi responsabilidad como ciudadano es cumplir esa función de señalar los errores que comete el Presidente, de manera constructiva. Si no construimos, destruimos. El cuidado que deben tener los líderes de las iglesias en general es no convertirse en partidos políticos ni luchar a favor de determinado grupo.¿Qué opinión le merecen los acontecimientos del pasado ocho de agosto, cuando miembros de la Coordinadora Civil fueron agredidos por simpatizantes orteguistas?Rechazamos totalmente eso, no tiene ni cabida ni sentido, está fuera de tono. Hay que evitar ese tipo de acciones. No debemos estar promoviendo una cultura de violencia. La violencia es signo de debilidad que se traduce en desgracia.¿Cómo interpreta el discurso de paz y reconciliación del Presidente, mientras por otro lado justifica esa clase de ataques contra ciudadanos de la sociedad civil críticos al gobierno?Son cosas asombrosas en un país como el nuestro. La iglesia hace un llamado a la coherencia. Todos los funcionarios de este país tienen la responsabilidad de transmitir mensajes que promuevan la paz, no mensajes de confusión.Pero el hecho de que el Presidente use frases que evoquen a Dios para persuadir a los ciudadanos... ¿cuál cree que sea el objetivo de esos mensajes?Allí no hay ningún objetivo, porque el mensaje del evangelio es claro. Ésos son términos que usa porque sabe que estamos en una sociedad altamente religiosa, creyente en Dios, pero lo que decimos debe compaginar con lo que hacemos.¿Qué le parece el trabajo del cardenal Miguel Obando y Bravo en la Comisión de Verificación, Justicia, Paz y Reconciliación?Yo tengo mi propio criterio del Cardenal; la de él es una labor a nivel de país, sirve al Estado, al gobierno. Su labor allí no es pastoral, es una labor política y él está en esa línea.Si me pedís una calificación de su trabajo, creo que no ha cumplido, y hay que cumplirle a la gente las promesas que se le hicieron. Él ha hecho lo que ha podido, no me gustaría estar en sus zapatos.¿A usted, como líder evangélico, le gustaría participar en una comisión para mediar en los conflictos sociales?Sí, como instrumento de Dios lo haría para mediar en una situación de conflicto armado si se volviera a dar una situación así, pero yo sé que no va ocurrir eso de nuevo. Pero sí aceptaría mediar en un conflicto por Nicaragua; si la nación lo demanda sí aceptaría.¿Pero en una comisión como en la que está el cardenal Obando?Es que esa comisión del Cardenal no sirve para mediar en un conflicto, eso no es un conflicto, lo que está haciendo es resolver un problema de tierras que es más un problema social. Además, el Cardenal está allí puesto por el gobierno; el Cardenal no es mediador, simplemente está haciendo una labor que le encomendó el gobierno.
Un gran diálogo y no pequeños monológosEn relación con la falta de consenso en la actividad política, ¿considera que debe haber un diálogo nacional?Yo le diría el diálogo olvidado, marginado, pero el diálogo siempre será una necesidad. Se debe dar un gran diálogo respetuoso, incluyente, libre de agenda, es decir, que la agenda debe ser la necesidad de la gente, la unidad, el fortalecimiento del país, y que toque los temas más sentidos, como la economía, seguridad ciudadana, la crisis. Un verdadero diálogo, no pequeños monólogos.¿Quiénes deberían de ser los protagonistas de este diálogo?Todos los gremios, todas la fuerzas, todas las representaciones sociales y religiosas, personas con capacidades diferentes, porque a esta gente siempre se le ha excluido, y es hora de incluirla. El gobierno es el que tiene que hacer este llamado para que todos podamos converger para buscar soluciones a los problemas del país.¿La Iglesia Evangélica estaría dispuesta a participar de este diálogo?Sí, la Iglesia Evangélica estaría dispuesta siempre y cuando sea un diálogo de respeto.
¿Cuáles serían los temas inmediatos?Uno de los temas más puntuales sería agotar las soluciones para resolver la crisis económica, porque el primer problema que agobia a la gente es cómo llenar su estómago y el de sus hijos. A la gente la están sacando del trabajo por la crisis. El gobierno debe sentarse con los banqueros, con los economistas, para ver qué solución le da a este problema.Otro tema sería la seguridad ciudadana. Vamos como retrocediendo en esta batalla. Vemos narcotraficantes, delincuentes, pandillas... Otros temas serían de carácter social, y por último lo político, que no importa mucho para los nicaragüenses, ése no es un tema que le interesa a la población, porque la política no es algo que le da de comer a la gente.¿Por qué cree que el Presidente no ha accedido a un diálogo nacional?Yo entiendo que el Presidente ha estado haciendo pequeños diálogos, pero desconozco las razones por las que no ha hecho un gran diálogo donde converjan todos, porque realmente es una necesidad.¿Qué opina de las amenazas que han recibido los máximos representantes de la Iglesia Católica?Yo pienso que está mal eso, los que las han hecho están equivocados, pero sólo son amenazas, aunque no es bueno que las hagan, porque ningún ciudadano debe ser amenazado. Son acciones rechazables, pero creo que eso es mucho más una presión sicológica para que dejen de hablar.En relación con la ayuda económica de la Unión Europea y de Estados Unidos suspendida porque el Presidente y los funcionarios del CSE hicieron caso omiso a las denuncias de fraude, ¿usted qué opina?Ha sido uno de los golpes más duros en estas circunstancias, cuando la crisis es fuerte. Si en los mismos países desarrollados, Europa y Estados Unidos, existe un diez por ciento de desempleo por causa de la crisis, entonces qué más aquí. Además, dependemos de la ayuda que nos dan. Hicieron mal los que cortaron la ayuda, porque están afectando a la población. Nosotros somos el segundo país más pobre de la región. Yo creo que retirar la ayuda fue un castigo al gobierno, pero el afectado es el pueblo. Debería de haber un divorcio entre lo político y lo económico, porque al final los que perecen son los pueblos.¿Cree usted que hubo fraude en las elecciones municipales pasadas?Yo tengo una concepción bien amplia, yo creo que el tema del fraude nos está sirviendo como una escuela para que los errores cometidos no se vuelvan a cometer. Aunque esos errores se están pagando muy caros y lo estamos viviendo todos. Por otra parte, no creo que se vayan a revertir las elecciones, y ya no vale revisar actas y presentar los ejemplos de irregularidades, lo que hay que hacer es prepararse para que las próximas elecciones se hagan bien.¿Confía en el trabajo de los magistrados del Consejo Supremo Electoral?No puedo hablar de todos en general, pero recae sobre ellos la mayor responsabilidad, no hay credibilidad en ellos. Actuaron mal, pero en algún momento la historia les cobrará ese error. Esto (el fraude) debe tener sus consecuencias, su castigo.

 
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