jueves, 13 de agosto de 2009

Atlas de las Religiones: ‘Dios no murió, ni siquiera agoniza’.


FRANCIA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Contra los que pronosticaban hace algunas décadas que el progreso científico y tecnológico en un mundo materialmente cada vez más desarrollado provocaría una paulatina extinción de las religiones -acaso remedando a Friedrich Nietzsche, que hablaba de su muerte-, las creencias siguen vivitas y coleando y, al parecer, con un futuro venturoso.


Un enjundioso estudio independiente elaborado por el grupo La Vie y el diario Le Monde, de Francia –y que acaba de ser editado en castellano por Le Monde Diplomatique edición Cono Sur- lo confirma con sólidos datos y serios argumentos compendiados en el Atlas de las Religiones, que se presentó hace poco en el país.
Acaso el aspecto más revelador del vigor del fenómeno sea la proyección que se hace del crecimiento de las principales religiones hacia 2050. El Atlas estima que el cristianismo pasará de los 1.747 millones de 1990 (hoy suman unos 2,000) a 3.052 millones, confirmando que seguirá siendo la primera religión. Pero los musulmanes, que eran 962 millones (hoy son 1.200 millones), serán los que, en proporción, más crecerán y alcanzarán los 2.229 millones. Moderado será el crecimiento de los hindúes, que, de 686 millones en 1990, llegarán a los 1.175, en tanto que los budistas apenas pasarán de 323 millones a 425. Y los judíos, de 13 a 17 millones.
Pero la vigencia del hecho religioso no quiere decir que el modo de practicar las religiones, sobre todo el cristianismo, siga siendo lo que fue. Henri Tincq –el especialista en religiones de Le Monde- es severo en ese sentido. “Como sistema de creencias dogmáticas y normativas la religión cristiana se desmoronó, pero sigue captando las búsquedas espirituales que se expresan, más o menos confusamente, en una suerte de intento desesperado por ‘reencantar’ al mundo”. Si bien dice que los vertiginosos cambios, aún en el opulento Primer Mundo, ofrecen nuevas oportunidades a los cultos, “las prácticas religiosas dejaron de ser regulares; las normas morales de las Iglesias se cumplen y admiten cada vez menos”.
El Atlas patentiza el cambio del cristianismo en el mapa mundial. En particular, su desplazamiento hacia el sur. Europa -durante siglos su gran base- hoy no concentra más de un 25 % de sus fieles (280 millones de católicos, o sea, el 40 % de la población; unos 100 millones de protestantes, y 150 millones de ortodoxos, en su mayoría rusos). Los católicos europeos -que suman alrededor del 25 % del catolicismo mundial- no serán más del 16 % en 2050.
La inmensa mayoría de los cristianos está situada en el Nuevo Mundo, con aproximadamente 275 millones en América del Norte y 530 millones en la parte latina. El catolicismo -mayoritario- cuenta en América con la mitad de sus fieles. Y si bien alcanza a la cuarta parte de los estadounidenses, podría llegar a ser la primera debido a la inmigración hispana. Pero el protestantismo evangélico vive “un crecimiento espectacular” y ya suma 65 millones.
¿Qué pasa con el cristianismo en África? Es el continente donde, tomando en cuenta a todas las confesiones, crece con mayor rapidez: suma 300 millones de fieles sobre una población de 800 millones. En India y China sigue siendo muy minoritario, pero se afirma más, tiene una gran convocatoria, pese a un entorno político difícil. Y, de nuevo, las Iglesias Evangélicas muestran su vigor aquí y allá. Pero el cristianismo -paradójicamente- tiende a desaparecer en su cuna: Tierra Santa.
Por otra parte, la razón por la cual el Islam es la comunidad religiosa que, proporcionalmente, más se expande debe buscarse en un argumento común a las religiones: el crecimiento demográfico. En eso, marcha a la cabeza. Además, el experto Oliver Roy apunta que en el mundo musulmán se produjo un cambio geopolítico, porque considera que “ya no es percibido como un territorio cuyas fronteras hay que defender, sino como una comunidad mundial”.
Pero, contrariamente a una idea muy difundida –dice el Atlas-, la mayoría de los musulmanes no vive en Medio Oriente, sino en Asia: dos tercios. Cuatro países reúnen cerca de la mitad de los islámicos: Indonesia (el mayor país musulmán), Pakistán, India y Bangladesh. En África, cerca de uno de cada tres habitantes le reza a Alá. Son el 46 % de la población de África Occidental, el 30 % de África Oriental y apenas el 1 y 2 % del África Central y Austral. En Europa viven 16 millones de musulmanes, mientras que en los Estados Unidos 4 millones.
Con cerca ya de mil millones, el hinduismo constituye la religión de la sexta parte de la humanidad. Es ampliamente mayoritario en la India, donde unos 900 millones -el 83 % de la población- lo abraza. En Nepal es también la religión mayoritaria. Además, configura una minoría importante en Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka. Si bien hay diásporas en varias latitudes, su presencia no parece crecer más allá de estos países.
El budismo es un raro caso en el que algunas de sus prácticas –o ciertas prácticas que se le atribuyen- ganaron espacio en el mundo en las últimas décadas, pero eso no significa que haya ganado fieles. Para la doctora Fabrice Midal, “la violencia del nihilismo”, que reduce a la persona a mero productor eficaz, llevó a que “en cierto sentido Occidente se vuelva budista sin saberlo y sin que se exprese en conversiones”. Pero la meditación con la que tanto se vincula al budismo “jamás es practicada por la mayoría de los budistas”.
Con apenas 14 millones de fieles, el judaísmo tiene problemas para crecer. Qué no sea una religión “proselitista” no quiere decir que no haya preocupación. Como la ley judía dice que para que un niño sea considerado judío debe nacer de madre judía, la suba de los matrimonios mixtos es inquietante, dice la doctora Regine Azria. “Como se trata de una tendencia poco susceptible de revertirse –añade-, las respuestas que se proponen ilustran la diversidad del mundo judío: unos se pronuncian por el repliegue comunitario; otros preconizan la flexibilidad de las modalidades de conversión y otros la ampliación de la transmisión a la filiación paterna”.
El presidente del Instituto Europeo de Ciencias de las Religiones, Dominique Borne, subraya que el colapso del socialismo real y la desaparición del ateísmo oficial y militante, reveló que “lo religioso, que se creía desaparecido, siempre estuvo allí”. Rusia y Vietnam -en esta última se vive una explosión de religiosidad- son demostrativas. Y el creciente diálogo entre las religiones está llamado a hacer un gran aporte a la paz.

 
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