martes, 11 de agosto de 2009

El verdadero compromiso en el matrimonio


Dr. José Linares Cerón


EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Cuando Dios instituyó el matrimonio, se propuso que este brindara felicidad y profunda satisfacción a los casados. Por ejemplo, él quiere que el esposo ‘se regocije con su esposa’, que la ame profundamente y la haga sentirse amada. También espera que la mujer sienta ese mismo amor por su esposo. Para que los cónyuges lleguen a estar así de unidos se requiere que ambos aprendan a confiar el uno en el otro y se esfuercen por cultivar en el jardín del amor una profunda amistad para toda la vida.


De esta forma, su sentido del compromiso se hace más fuerte. Y entonces su relación se vuelve tan estrecha que la Biblia dice que son “una sola carne” (Mateo 19: 5). El compromiso en el matrimonio está formado por varios componentes, como el sentido del deber, la confianza y la amistad. Ahora bien, ¿qué puede debilitar ese vínculo?


¿Puede enfriarse el vínculo matrimonial?
Todo dependa mucho de Ud. Siempre les digo a mis Directores Internacionales que nunca deben olvidar que el matrimonio es un hermoso jardín que siempre debemos estar regando de amor y virtudes. Abonando con paciencia y detalles que son los lirios y las flores más bellas que puedan existir. Ser un jardinero del amor, es un sacrificio que da las mejores satisfacciones que da el esfuerzo de mantener la llamas del amor ardiendo. Si bien el compromiso exige esfuerzo y espíritu de sacrificio. Hay que estar dispuesto a dejar a un lado las preferencias personales para complacer al otro. Desde luego, hoy día son pocos los que ceden a los deseos de alguien sin esperar nada a cambio. Algunos hasta lo consideran totalmente inadmisible. Lo habitual es preguntarse: “¿Y qué gano yo con eso?”. Pero piense: ¿cuántas personas egoístas conoce usted que tengan un matrimonio realmente feliz? Seguramente muy pocas, por no decir ninguna. ¿Y por qué? Porque quienes solo piensan en sí mismos no suelen permanecer con su pareja cuando es necesario sacrificarse, especialmente si creen que las pequeñas concesiones que quizás deban hacer no les reportarán beneficios inmediatos. No importa cuánto romanticismo hubiera al principio: si no hay verdadero compromiso y sacrificio, el amor terminará enfriándose.
La Biblia reconoce que estar casado supone mucho esfuerzo. Señala que “el hombre casado se inquieta por las cosas del mundo, en cuanto a cómo ganar la aprobación de su esposa” y que “la mujer casada se inquieta por las cosas del mundo, en cuanto a cómo ganar la aprobación de su esposo” 1 Corintios 7:33,34. Por desgracia, aunque estemos dispuestos a hacer sacrificios, no siempre somos capaces de comprender las preocupaciones de nuestra pareja o de valorar lo que hace por nosotros. Si los cónyuges no se demuestran cuánto se aprecian, es muy probable que sufran mayor “tribulación en la carne” (1 Corintios 7:28).


Fortalecer el compromiso Matrimonial
Es esencial ser humilde y llevar a la práctica los consejos de la Palabra de Dios, la Biblia. De ese modo, usted se beneficiará y también su cónyuge (Isaías 48:17). A este respecto, veamos un par de consejos muy útiles.


1. Convierta su matrimonio en una prioridad en la vida. Dios concede mucha importancia a la forma en que el hombre trata a su esposa, y viceversa. La Biblia muestra que el esposo que honra a su mujer recibirá honra de parte de Dios, y que la esposa que respeta a su marido tiene “gran valor a los ojos de Dios” (1 Pedro 3:1-4, 7). ¿Cuánta importancia tiene para usted su matrimonio? Normalmente, invertimos más tiempo en los asuntos que consideramos más importantes como negocios y compromisos. Así, podemos preguntarnos: “¿Cuánto tiempo le dediqué el mes pasado a mi cónyuge? ¿Qué cosas concretas hice para confirmarle que sigue siendo mi mejor amigo (o amiga)?”. Si le dedicó poco o ningún tiempo a su matrimonio, puede que a su pareja le cueste creer que usted siente un verdadero sentido del compromiso.


2. Evite la infidelidad en todas sus formas. Jesucristo afirmó: “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su” (Mateo 5:28). Cuando una persona tiene relaciones sexuales con alguien que no es su cónyuge, causa un enorme daño a su matrimonio. No obstante, el corazón de la persona puede albergar deseos inmorales mucho antes de cometer el adulterio propiamente dicho. Cuando alguien da rienda suelta a pensamientos de esa clase, ya está traicionando a su cónyuge.


Para conservar el sentido del compromiso en el matrimonio, también hay que estar firmemente resuelto a no ver pornografía. Aunque algunos digan lo contrario, la pornografía es veneno para el matrimonio. Algunas Mujeres nos escriben y dicen: “Mi marido dice que ve pornografía para hacer más interesante nuestra vida amorosa. Pero a mí me hace sentir como si yo no valiera nada, como si no fuera suficiente para él. Siempre que se pone a ver esas imágenes me paso la noche llorando”. Algunas nos dicen que no lo ven mal porque son esposos y se siente cómodo. ¿No se dan cuenta que su relación conyugal se sostiene solo por pornografía? ¿Le parece que ese hombre está fortaleciendo su matrimonio, o que está acabando con él? ¿Cree que le está dando a su esposa razones para seguir luchando por su matrimonio? Un fiel siervo de Dios de tiempos antiguos llamado Job dio un buen ejemplo de verdadero compromiso hacia su matrimonio y hacia Dios. Él celebró ‘un pacto con sus ojos para no mostrarse atento a una virgen’ (Job 31:1).


Además de no ver pornografía, es necesario evitar cualquier relación demasiado apegada con alguien del otro sexo. La comunicación virtual a través de los chats es un gran problema que hablaremos después. Puede que a algunos les parezca que no hacen ningún daño a su matrimonio al andar coqueteando con otras personas, pero la Palabra de Dios advierte: “Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; (Jeremías 17:9). Para averiguar si nuestro corazón nos ha engañado, conviene que nos preguntemos: “¿Le prestó más atención a alguna otra persona que a mi propio cónyuge? Cuando me entero de una buena noticia, ¿a quién se la cuento primero: a mi pareja, o a esa otra persona? Si mi esposo (o esposa) me pidiera que no tratara tanto a dicha persona, ¿cómo reaccionaría? ¿Me molestaría, o accedería de buena gana?”. Recuerde que tanto si las cosas van bien como si no, su cónyuge necesita saber que usted está decidido a luchar por su relación. Así que no lo dude y tome las medidas que sean precisas para convencer a su pareja de que usted tiene un verdadero sentido del compromiso y de fortalécelo en el amor de Dios y llevando un compromiso ejemplar de un hogar floreciente y bello, llevando un verdadero del compromiso matrimonial.
Si Ud. Necesita oración por su Matrimonio, no dude en escribirnos:

 
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