sábado, 15 de agosto de 2009

Evangélicos y católicos condenan agresión a libertad de expresión


Por Trinidad Vásquez



NICARAGUA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Horas después de los violentos hechos, el presidente de Nicaragua Daniel Ortega, justificó la agresión y acusó a los miembros de la CC de cometer el grave delito, según sus propias palabras, “de gritar en la calles.”El Procurador para la Participación Ciudadana Sixto Ulloa, también se sumó al rechazo, condenando cualquier tipo de agresión que vaya en contra del pueblo.


Por su parte Mauricio Fonseca, presidente de la Alianza Evangélica Nicaragüense (AENIC), desaprobó ese tipo de ataque contra cualquier grupo que sea y llamó al diálogo ante la situación económica y política que vive hoy Nicaragua. “Satanás usa a los hombres y, por eso, nosotros convocamos a diario a las iglesias a orar por la paz”, manifestó, quien es partidario de las conversaciones a nivel nacional entre el gobierno y distintas denominaciones eclesiales.
El reverendo William González, pastor de la Iglesia de Dios, expresó que resulta condenable la agresión al periodista, “porque nadie puede coartar la libertad de informar y el pueblo tiene todo el derecho a ser informado”.
La Conferencia Arzobispal de Managua, en un comunicado leído el 12 de este mes por monseñor Silvio José Báez, hizo un llamado a practicar la tolerancia y la paz, el uso de la razón para exponer y defender las ideas, a no sucumbir ante la tentación de la violencia, advirtiendo, así, que los que empuñen la espada, a espada morirán.
“Lamentamos que el presidente de la República condene y no vea las cosas de este punto de vista. Es el primero que debería velar por la paz y no fomentar ningún tipo de violencia, ni siquiera con el discurso sobre estos lamentables hechos del 8 de agosto, apoyando a grupos paramilitares que pueden crear una desestabilización social -enfatiza el documento y agrega: La paz se construye con austeridad y coherencia entre el discurso y los hechos concretos, desterrando el cinismo de los slogans que manipulan los valores religiosos y polarizan y confrontan a la familia nicaragüense.”
Monseñor Báez manifestó que, en Nicaragua, los actos no se corresponden con lo que se proclama y situaciones como éstas traen frutos dramáticos de división, de violencia y confrontación, en una clara alusión al mandatario Ortega.
El comunicado, además, critica a la policía que, llamada a salvaguardar la seguridad ciudadana, en sucesos como éstos no se les ve actuar.

 
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