Irak._ (AGENCIALAVOZ.COM) El Arzobispo de Kirkuk, Mons. Louis Sako, alertó que el futuro de los cristianos en Irak "pende de un hilo" y que la poca confianza que había en los fieles para un futuro mejor en el corto y mediano plazo, ha sido "destruida" por la situación de seguridad que cada vez empeora más.
Tras explicar que ahora en el sur del país solo hay 300 familias cristianas y menos de 400 mil fieles en todo el país, el Prelado expresó que se siente "más pesimista que nunca. No tenemos la misma esperanza de antes. No veo ningún signo de esperanza y nuestro futuro pende de un hilo. Estamos en los días malos. Todo grupo involucrado en actividades criminales parece estar activo. El gobierno y la policía están haciendo lo mejor que pueden pero son incapaces de controlar la situación".
Esta situación de violencia "no sucede solo en una parte de Irak. Todos los días hay explosiones, en Bagdad, Mosul, en muchos lugares".
Luego de advertir que con el extremismo musulmán, "Irak está dirigiéndose hacia el Islamismo puro", Mons. Sako advirtió que "en las ciudades del norte no hay empleo, ni servicios: muchos cristianos se están yendo de Mosul (el corazón de la Cristiandad en el país) y muchas familias cristianas tienen miedo de volver".
"En medio de este clima, los cristianos están temerosos, realmente preocupados. Pese a nuestro aliento, quieren irse. Solo hace falta un crimen, un secuestro, algo; para que toda la comunidad quiere irse", dijo el Prelado.
Finalmente el Arzobispo indicó que "no puede haber una adecuada seguridad sin una reconciliación real. Las únicas personas que parecen estar beneficiándose de esta situación son los criminales. Esto tiene que cambiar".
Luego de advertir que con el extremismo musulmán, "Irak está dirigiéndose hacia el Islamismo puro", Mons. Sako advirtió que "en las ciudades del norte no hay empleo, ni servicios: muchos cristianos se están yendo de Mosul (el corazón de la Cristiandad en el país) y muchas familias cristianas tienen miedo de volver".
"En medio de este clima, los cristianos están temerosos, realmente preocupados. Pese a nuestro aliento, quieren irse. Solo hace falta un crimen, un secuestro, algo; para que toda la comunidad quiere irse", dijo el Prelado.
Finalmente el Arzobispo indicó que "no puede haber una adecuada seguridad sin una reconciliación real. Las únicas personas que parecen estar beneficiándose de esta situación son los criminales. Esto tiene que cambiar".