lunes, 9 de mayo de 2011

Dos acusados en el banquillo por el asesinato de pastor evangélico


ARGENTINA.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )18 de julio del 2009 a la madrugada, el pastor evangélico Darío Ochoa (37) conducía su moderno Audi por el barrio Huarpes III de Luján. Iba a dejar a un amigo a su vivienda después de jugar al fútbol. Sin embargo, quince minutos antes de las 2, un par de delincuentes armados aprovecharon la oscuridad de la noche y lo abordaron con intención de sustraerle el vehículo.

Ochoa intentó eludir a los asaltantes pero comenzaron a dispararle a quemarropa. Cuatro proyectiles dieron en el rodado y uno en la espalda del pastor. Su compañero, Ángel Cazón, no fue alcanzado por las balas y, con el avance de la causa judicial y policial, se transformó en clave para resolver la instrucción penal. El herido pastor pudo escapar de los violentos ladrones y, con la herida sangrante, condujo hasta el barrio La Gloria para pedir ayuda en la comisaría que hay allí. Apenas estacionó en la puerta de la dependencia, dejó de existir.

El caso generó conmoción. A las pocas semanas, dos sospechosos fueron detenidos y acusados. Se trata de José Antonio Moreno, de 28 años, y Juan Jesús Rivas, quienes comenzarán a ser juzgados por este hecho hoy en la Segunda Cámara del Crimen, ubicada en el tercer piso de los Tribunales locales. El tribunal subrogante que llevará adelante el debate oral y público estará integrado por los jueces Gabriela Urciuolo, Laura Guajardo y Agustín Chacón.

La fiscalía estará representada por Adelmo Argüello. Según informaron fuentes judiciales, a las 9 se leerá la requisitoria de elevación a juicio y, después, se iniciará la ronda de testimonio. Está previsto que el proceso se prolongue hasta el fin de semana, con posible sentencia la semana próxima. La detención de los sospechosos se concretó a las pocos días del hecho de sangre, gracias a que fueron reconocidos por los testigos en un álbum fotográfico y luego en rueda de personas.

El primero en caer tras las rejas fue Moreno –con domicilio en el barrio La Gloria–, quien se escondía el jueves 6 de agosto del 2009 en una casa del Valle de Uco cuando fue capturado. Semanas después, el 25, Rivas fue atrapado en Eugenio Bustos, San Carlos, cuando ingresó a un centro de salud por una herida de arma blanca. Cuando lo identificaron, los efectivos supieron que se trataba de uno de los acusados del crimen del pastor.

Amante de los fierros
Un par de días después del crimen del pastor evangélico, su padre, Lorenzo Ochoa, quien hoy tiene 73 años, dialogó con El Sol y relató pasajes de la vida de su hijo. El hombre, visiblemente consternado por la tremenda pérdida, contó que Darío era amante de los autos y que había comprado el de sus sueños –un Audi– poco antes del ataque. Lorenzo sostuvo que su hijo viajaba seguido a Estados Unidos, para desempeñarse como pastor y que sus trabajos en ese país le permitieron ahorrar para comprarse el vehículo. "Se trajo bastante plata y yo le presté 8.700 pesos.

Con esto, pudo cumplir su sueño y comprarse el Audi". Darío Ochoa presidía dos templos evangélicos en nuestra provincia y uno en Chile. Los restos del pastor fueron inhumados en el Parque Jardín Mendoza y se vivieron escenas de mucho dolor. Lorenzo Ochoa se quejó de la delincuencia que reinaba en nuestra provincia y pidió por Justicia. "No hay otro motivo que no sea el robo. Es evidente que se querían quedar con el auto. Mi hijo no tenía enemigos, y era una persona llena de amor y que todo el mundo quería mucho", sostuvo el hombre, entre lágrimas. Hoy, en el debate comenzará a conocerse cómo fue el asesinato.

 
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