CHILE.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )La Iglesia Católica y Evangélica se muestran unidos en defensa de los valores y libertades fundamentales, amenazados en Chile. En una inédita comparecencia parlamentaria conjunta de obispos católicos y evangélicos este martes, y frente a una Comisión de Senadores que quedó sorprendida, los cristianos mostraron una sólida y férrea defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer, los derechos de los niños a tener un padre y una madre, la libertad de religión, y la libertad de expresión. Y es que, como informó HO, sobre el país iberoamericano pesa la amenaza de la aprobación de la mal llamada Ley contra la discriminación, que impone la ideología de género bajo pena de cárcel y que iba a votarse ayer en el Senado, aplazada tras el expresado rechazo ciudadano.
El proyecto tenía previsto votarse en el Senado, pero finalmente se ha postergado hasta la primera quincena de julio, después del masivo rechazo ciudadano a la intentona, que se ha manifestado en forma de carta dirigida a los representantes de la nación, a través de las alertas realizadas por diversos colectivos profamilia y de defensa de las libertades, como MuéveteChile.org.
Este martes, la Comisión de Legislación, Constitución y Justicia del Senado, conformada por los Senadores Soledad Alvear, Hernán Larraín, Patricio Walker, Alberto Espina y Andrés Chadwick, escuchó a los representantes de la Iglesia Católica y Evangélica, a los que había invitado para que informaran acerca de las objeciones que tienen sobre el proyecto de ley de no discriminación.
En la sesión intervino en nombre de la Iglesia Católica Monseñor Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso, y en representación de la Iglesias Evangélica lo hicieron el Pastor Francisco Rivera, Presidente de la Comisión Legal del Consejo de Pastores, el Obispo Emiliano Soto y el diácono Edgardo Sepúlveda. Además, asistieron a la sesión Monseñor Juan Ignacio González, Obispo de San Bernardo; el Padre Marek Burzawa, Vicario para la Familia; Carmen Domínguez, Directora del Centro UC de la Familia y en la calidad de observadores, asistieron los senadores Carlos Bianchi y Francisco Chahuán.
En su presentación, Monseñor Duarte expresó que “la aprobación de este proyecto plantea problemas en términos de la protección futura de las libertades religiosas, de expresión y de las bases en las que se sustenta la legislación de familia e instituciones esenciales de la misma, tales como el matrimonio o la adopción. Todo ello por efecto de introducirse en él como una nueva categoría protegida la de la ‘orientación sexual'”.
Por su parte el Pastor Rivera sostuvo que “la palabra orientación sexual en el contexto de la ley acarrearía una serie de conflictos jurídicos y asentarán las bases para el matrimonio entre personas del mismo sexo”.
Los portavoces de la Iglesia Católica y Evangélica se mostraron unidos, coincidiendo en la necesidad de sacar del proyecto el concepto de “orientación sexual”, ya que no es un término de consenso ni siquiera a nivel internacional y porque puede inducir a generar justamente una discriminación a las libertades fundamentales.
El lobby gay prosigue su arremetida
Y mientras el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH), impulsor fundamental de esta ley, y que se presenta como el “Movimiento Chileno de Minorías Sexuales. Gay, lésbico, transexual, transgénero y bisexual”, sigue arremetiendo –muestra de ello es su respuesta a esta comparecencia en su web- contra los cristianos, reflejando una contrariedad reforzada tras el éxito cívico que logró retrasar la votación de su ansiado proyecto de ley.
Así, MOVILH trata de desacreditar esta “alianza” entre iglesias cristianas intentado hacer creer que obedece a los apoyos de “variados movimientos ultra-católicos que al igual que las iglesias se han movilizado con fuerza contra los derechos de las minorías sexuales en el Senado, en el marco de las discusiones sobre la ley contra la discriminación y las uniones de hecho”.
MOVILH denuncia así lo que a su peculiar parecer resulta “una alianza homofóbica y transfóbica entre las jerarquías de las iglesias Católica y Evangélica, que tiene como único fin boicotear en el Congreso Nacional la igualdad de derechos para las minorías sexuales”.
La libertad de expresión y que todos puedan ser escuchados les supera: “Con profundo malestar hemos visto como pastores evangélicos, obispos católicos y variados grupos ultraconservadores se han movilizado en el Senado para impedir que la ley contra discriminación y las uniones civiles agilicen su tramitación, pese a beneficiar ambas normas a todos los chilenos y chilenas y no sólo a las minorías sexuales”, apuntó el Movilh.
El organismo, que lo considera ”prácticas inhumanas y aberrantes”, acusa “el odio de estos sectores contra lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, temiendo que a sus señorías, a las que deben considerar muy manipulabes, les “encegue a tal punto que son capaces de llegar al extremo de paralizar normas”. E igual que no salen del insulto y la descalificación, llegan también sin argumentos a perderse hasta el punto de sumar a su saco como beneficiarios de su proyecto a “las minorías étnicas, las personas con discapacidad, los jóvenes, las mujeres, los niños y las niñas, entre otros/as”.
“Estas presiones son indebidas, pues se basan en interpretaciones antojadizas sobre lo que significa ser cristiano/a y constituyen una violación flagrante al Estado laico, el cual debe legislar y definir sus políticas públicas con total independencia de las religiones”, demanda Movilh.
“Ceder a la homofobia y la transfobia religiosa, por ejemplo excluyendo a las minorías sexuales de las leyes sólo porque así lo demandan obispos y pastores, será una señal funesta que legitimará la violación a los derechos humanos”, apuntó el grupo de presión gay que el pasado martes, como cada semana, nuevamente estuvo presente en las discusiones del Congreso Nacional.