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ESPAÑA.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )Estuve viendo hace ya algún tiempo en una cadena de televisión la información que dieron dos médicos, uno de ellos un neonatólogo sobre la práctica del aborto.
Comentaban estos médicos que el feto sufre dolores a veces insoportables durante este proceso, señalaban a título de ejemplo que para determinadas operaciones que se hacen estando el niño aún en el vientre de la madre tenían que anestesiarlo pues había casos que el dolor era tan fuerte que podía producir la muerte del feto que estaba siendo intervenido.
Explicaron estos especialistas que los tres métodos más utilizados para abortar como son la aspiración, el legrado y la mini cesárea, producen dolor al neonato durante su práctica.
El primero previa dilatación del útero se aspira el feto que sale muchas veces deshecho o despedazado.
El segundo el legrado, previa dilatación, el medico con la “cucharilla” va sacando el feto a pedazos.
El tercero la mini cesárea se hace incisión en el vientre de la madre y se saca el feto que puede salir vivo, si es así se deja morir o se le asfixia o se elimina por cualquier procedimiento.
Evidentemente lo que está claro de acuerdo a las manifestaciones de los especialistas es que el feto sufre dolores antes de ser eliminado.
Una de las cosas que denunciaban era que no se informaba a la madre de los sufrimientos que tiene el feto durante la práctica del aborto, no interesa por lo que se ve, ya que de conocer la madre estas circunstancias probablemente un porcentaje de ellas no lo practicaría.
Pero hay algo mas que pone de manifiesto la gran contradicción que tienen muchas veces las actitudes y acciones del hombre, resulta que hay una legislación que obliga a anestesiar a los animales de laboratorio antes de practicar con ellos o eliminarlos. Sorprende que se legisle de esta forma para los animales y el animal más importante que es el ser humano esté desprotegido en las circunstancias que hemos señalado.
El Papa Benedicto que nos visita probablemente hablará de este tema, es lógico y mas cuando en nuestra legislación actual se reconoce el aborto como avance social, considero que a pesar de las críticas que coseche por parte de los pro-abortistas; está en su derecho a hacerlo como llamada a las conciencias del hombre del siglo XXI.
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