EE.UU.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )Seis países musulmanes patrocinan a las comunidades islámicas de España a veces con el objetivo de controlarlas y casi siempre con escaso discernimiento. Los fondos que envían caen con frecuencia en manos de organizaciones radicales o de individuos sin escrúpulos, informa Ignacio Cembrero en El País.
Un informe secreto enviado por el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), general Félix Sanz Roldán, a los ministros de Exteriores, Interior y Defensa analiza con alarma la financiación y las ayudas que proporcionan Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Libia y, sobre todo, Marruecos a los musulmanes en España que ya suman un total de 1,2 millones de personas.
El servicio secreto da cuenta en su informe de algunas operaciones puntuales de financiación, como los 300.000 euros que pagó Qatar para remodelar el Centro Cultural Islámico Catalán, pero no proporciona cifras globales. “En su mayor parte se utilizan cauces alternativos para hacer llegar dichas donaciones que escapan al control de los regulares del sistema financiero español”, señala.
Por otro lado, junto con las subvenciones los países del Golfo inundan las mezquitas de opúsculos que irritan a las autoridades españolas. “La Europa de hoy sigue considerando a la raza blanca superior a las de color”, recalca una monografía en castellano publicada por el Ministerio de Asuntos Islámicos de Qatarbajo el título “Muhammad. El Profeta Ideal”. “Europa, con todas sus pretensiones de iluminar y liderar(…) sigue estando por detrás del Islam”, añade.
En Informe Secreto
“Las consecuencias de la financiación derivan en actitudes negativas para la convivencia, tales como la aparición de guetos y sociedades paralelas, tribunales y policías islámicas al margen de la legalidad vigente, desescolarización de niñas, matrimonios forzados etcétera”, señala el documento del CNI al que tuvo acceso El País.
“No existe suficiente control de los flujos financieros que suponen las donaciones y ayudas que desde otros países se prestan a la comunidad islámica de España(…)”, advierte el principal servicio secreto español. “Se hace necesario que los países donantes sean plenamente conscientes de los riesgos que entraña financiar demandas individuales”.
En el informe del CNI el peor parado es Kuwait. A través de la Sociedad para el Renacer de la Herencia Islámica (RIHS, por sus siglas en inglés) ha costeado la construcción de las mezquitas de Reus y Torredembarra (Cataluña) desde donde “se difunde una interpretación religiosa contraria a la integración en la sociedad española fomentando la separación y el odio hacia los colectivos no musulmanes”.
La RIHS kuwaití fue incluida en 2008 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, y más tarde por Naciones Unidas, en la lista de organizaciones que han financiado a grupos afiliados a Al Qaeda. “El principal beneficiario” de sus ayudas y gestor del dinero saudí en España es, según el servicio secreto, el salafista holandés de origen marroquí Abdelhamid el Hyat. A medio plazo la RIHS proyecta abrir una delegación en España.
Qatar, en cambio, se inclina por donar a la Liga Islámica para el Diálogo y la Convivencia en España “vinculada con la Hermandad Musulmanes” de Siria, según el CNI, que controlan, por ejemplo, el Centro Cultural Islámico Catalán.
Sharjah , integrado en los Emiratos Árabes Unidos, tiene, en cambio, preferencia por los conversos españoles reagrupados en Al Morabituna los que costeó la mezquita Albaicín de Granada y está dispuesto a ofrecerles otra en Sevilla.
El líder libio Moamar el Gadafi también ha mostrado, cuando aún disponía de medios, predilección por los conversos españoles agrupados en la Junta Islámica de España. Con su presidente, el psiquiatra radicado en Córdoba Francisco José Escudero, que adoptó el nombre árabe de Mansour, fallecido en octubre pasado, estableció una “relación personal”, según el CNI.
Ni que decir tiene que el más generoso es Arabia Saudí. A las donaciones directas de la familia real se añaden las de su Embajada en Madrid y de un sinfín de asociaciones benéficas más o menos oficiales. La retahíla de mezquitas y centros receptores de sus ayudas “no se caracterizan por su elevado nivel de radicalismo”, según el CNI, aunque su “sumisión” a las directrices saudíes es total.
No solo los radicales se aprovechan de la generosidad del Golfo sino también individuos que se otorgan “una representatividad impropia” y llegan incluso a “apropiarse de forma indebida de los fondos obtenidos”, advierte el CNI. Por eso algunos viajes a la zona para recaudar subvenciones “se hacen en el más absoluto secreto y sin conocimiento” de la comunidad islámica en cuyo nombre se piden. Si se consiguen no siempre sirven al fin declarado por el que las solicitó.