sábado, 10 de septiembre de 2011

El aborto y la protección de la vida del inocente


CHILE.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )POR PRIMERA vez desde 1990, el Congreso debatirá en sala proyectos de ley sobre aborto, luego de que la Comisión de Salud del Senado aprobara tres mociones parlamentarias que apuntan a permitirlo bajo ciertas circunstancias. Las iniciativas ubican la noción de que continuar o no con el embarazo es una decisión autónoma de cada mujer por sobre el derecho a la vida de quienes están por nacer. Se trata de un concepto que pasa por alto el respeto a la dignidad esencial de inocentes desvalidos que en ningún caso son responsables de las causales descritas en los proyectos y que vulnera disposiciones constitucionales fundamentales.

Los proyectos fijan diferentes condiciones para despenalizar el aborto. Todos coinciden en autorizar el terapéutico, bajo la justificación de que existen casos en que sería necesario elegir entre la vida de la madre y la del nonato. Sin embargo, lo cierto es que la legislación chilena y la práctica médica permiten realizar procedimientos que, con el propósito de salvar a la madre, provoquen, como efecto no buscado ni deseado, la muerte del embrión o feto. Es importante notar que dicha práctica no es abortiva, pues el objetivo del procedimiento no es causar la muerte del nonato, sino proteger a la madre. Por lo tanto, es diferente a lo que proponen los proyectos aprobados el martes, pues éstos plantean como finalidad la destrucción del feto o embrión para resguardar a la embarazada.

El proyecto presentado por el senador Fulvio Rossi y la ex senadora Evelyn Matthei señala, además, que el aborto no será punible cuando haya sido certificada la inviabilidad fetal. No define, sin embargo, este concepto, aunque en sus consideraciones entrega algunos ejemplos que lo provocarían. De manera llamativa, incluye entre ellas "algunas trisomías". El hecho de que dentro de éstas se encuentre el síndrome de Down justifica tomar distancia inmediata del proyecto. Mientras tanto, la propuesta legal del senador Guido Girardi y el ex senador Carlos Ominami señala que el aborto sería aplicable "cuando el feto presente o se establezca que presentará graves taras o malformaciones físicas o síquicas", sin establecer con claridad qué casos calificarían como tales. De ser aprobados, ambos proyectos abrirían un amplio espacio para la práctica del aborto de niños no deseados, incluso en condiciones en que los fetos no presenten riesgo objetivo de inviabilidad.

El proyecto de Girardi y Ominami incluye, adicionalmente, la posibilidad de terminar con el embarazo cuando éste sea fruto de una violación. No cabe duda que el sufrimiento de una víctima de este tipo de agresiones es enorme y que, en muchas ocasiones, provoca un rechazo sicológico al nonato. Sin embargo, no parece justo que esa desgracia termine motivando la muerte de un ser inocente e incapaz de defenderse. En situaciones como la descrita, son viables otras opciones (como la entrega de la guagua en adopción) que, aunque difíciles, respetan el derecho a la vida del no nacido.

Los parlamentarios deben considerar con extrema seriedad la manera en que votarán estos proyectos, debido a los principios que están en juego y las consecuencias que tendrían sobre miles de inocentes. Esa seriedad es la que ha exhibido el Presidente de la República al explicitar, reunido el jueves con la comisión política de RN, que utilizará, "tantas veces como sea necesario", su poder de veto para impedir que se apruebe en el país una legislación de este tipo.

 
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