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EE.UU.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )Pastor William Boss recibió un disparo en la cabeza hace tres semanas. Hoy en día, que él llama su supervivencia un milagro, recuerda a un "fuerte aplauso del cielo" y ha perdonado a su agresor.
"Yo creo que la oración que rezaban creó la atmósfera por el impacto y el milagro", informó ABC News Acción jefe diciendo. "Creo que (Dios) no estaba dispuesto a llevarme a casa."
Jeremías Fogle estalló en una mayor fe cristiana Centro de la Iglesia el 18 de septiembre después de disparar y matar a su esposa, Theresa Fogle, en su casa.
Las autoridades dicen que jefe y pastor asociado Carl Stewart fueron fusilados por la espalda. Stewart recibió tres disparos en la espalda y el oído. El paciente sigue hospitalizado, pero se espera que se recupere, dice Boss.
El jefe dijo a los periodistas su recuerdo más vívido de aquel día no era de los disparos, pero de lo que él llama "un aplauso fuerte de los cielos."
"Creo que hubo en que la intervención divina del Dios todopoderoso que sostenía mi vida", dijo el jueves en su primera entrevista desde el tiroteo.
Jefe, quien citó varias veces las Escrituras en su entrevista, dice que no tiene idea de los motivos Fogle, sino que perdona el tirador.
"Nada en absoluto. Y si se me permite un comentario, de nuevo, yo lo perdono ", 10 de Tampa Bay News informa que él decía.
"Perdona a los que nos ofenden y si no el Padre celestial no nos perdonará", dijo Bay News 9.
El pastor dijo que estaba en pie, caminar a través de la iglesia y por un pasillo, donde llamó al 911. Mientras tanto, miembros de la iglesia luchó Fogle al suelo y obtuvo el arma.
Aunque fuera del hospital, jefe aún se está recuperando de sus lesiones. Con frecuencia se cansa y sufre de fuertes dolores de cabeza.
"Lo que me pasó? Un dolor de cabeza está bien ", dijo con una sonrisa. "Dios es mi curación.
"Y yo estoy verdaderamente agradecido y agradecido por la mano de Dios", dice Boss.
El pastor no ha regresado al púlpito todavía. De acuerdo con 10 Noticias, que está esperando la inspiración de Dios para decirle cuando es el momento adecuado para compartir lo que él llama el milagro de su vida con su congregación.
