PERU.- ( AGENCIALAVOZ.ORG ) Hurgar en su pasado no incomoda a Willman Eduardo Benavides Alva, ‘Loco Richard’, el ex asaltante de bancos, protagonista de la toma de rehenes en El Sexto y de una de las fugas más espectaculares en la historia penitenciaria de nuestro país.
Hoy, a sus 57 años, busca evitar que muchos niños y jóvenes ingresen al mundo del hampa y la cárcel. Cambió las armas por una biblia. Predica la palabra de Dios y trabaja como agente de seguridad en un mercado del Callao. El relato de uno de ‘Los Doce del Patíbulo’ eriza la piel pero también conmueve cuando recuerda cómo es que se animó a cambiar esa vida desenfrenada, pese a los estigmas.
Fugas y motines
Carmen de la Legua-Reynoso, tres de la tarde. Afuera, el sol de diciembre funde el asfalto de la avenida Grau y el calor roza los 24° C. Ahí, en pleno mercadillo, escuchamos atento sus recuerdos, sus pesadillas, sus sueños y su esperanza.
“El peor día de mi vida –afirma– fue el 2 de setiembre de 1980. Nos preguntábamos que si éramos los mejores asaltantes, ¿cómo no podíamos entrar a la armería del penal?”.
Aquella mañana el Loco Vicharra, Django, Loco Aldo, Oso Taype, Cisco, Perro Rabioso, Loco Richard y otros cuatro internos del Pabellón Británico de Lurigancho, secuestraron al director de la cárcel, a varios guardias y monjas que trabajaban en el presidio. Fue uno de los episodios más violentos que recuerde el periodismo policial.
También tomaron en rehén a la Gringa Inga, la carismática animadora del programa 'Trampolín a la Fama'. Loco Richard por entonces contaba con 26 años.
Todos ellos se convirtieron en enemigos públicos del país y fueron cayendo uno a uno. Oso Taype fue el primero en ser abatido. Vicharra, Perro Rabioso y Cisco también murieron en su ley: a balazos.
“Fue increíble, aún no sé cómo sobreviví”, recuerda Benavides Alva. Loco Richard fue recapturado tres años después y recluido en el penal El Sexto donde el 27 de marzo de 1984 se produjo otro hecho: un sangriento motín.
Incorregibles hampones como Lalo Centenaro, Carioco y Pilatos llegaron hasta la administración y tomaron como rehenes a un asistente social, una psicóloga y violentaron la privilegiada celda del narcotraficante Mosca Loca. “¡Mataremos a los rehenes si no nos dan una ambulancia para salir!”, advirtieron y comenzaron a torturar a las víctimas ante las cámaras de televisión.
En la noche, un comando especial de la ex Guardia Republicana incursionó en el penal, liberó a los rehenes y liquidó a casi 60 ‘chalacos’ y a un ‘limeño’. Loco Richard volvió a salvarse aquella vez.
“Empecé a robar a los 16 años. A esa edad entré a la Escuela de Paracaidismo del Ejército. Serví dos años y volví hasta los 20 que me dieron de baja. Un año después caí preso por robo agravado y me llevaron a El Frontón. Ahí los ‘chalacos’ no permitíamos que los ‘limeños’ cometieran abusos, había muchas violaciones”.
Recuerdo que tenía muchos problemas con ‘Ojo de Vidrio’ quien ‘batuteaba’ a los ‘limeños’. Cuando tenía 26 años me llevaron a Lurigancho. Hicimos huelga de hambre por la corrupción y las gollerías que tenían los ‘limeños’ hasta que se dio la ‘gran fuga’.
"Antes no me podían ver porque me tenían miedo. Hoy me respetan".
'Loco Richard' volvió a caer preso en Lurigancho a los 32 años. Ya tenía más de 100 asaltos. “A esa edad por fin pude ver la gloria de Dios, por primera vez escuché la palabra bendita del Señor, gracias al pastor Enrique Velásquez Danila”.
Es así que al salir de la cárcel decidió no aferrarse al pasado, cambiar de rumbo. Prefiere hablar de una metamorfosis, que comenzó estando encerrado y se potenció al salir con la ayuda de Enrique Velásquez, aquel pastor evangélico que le hizo pensar que podía borrar el costado negativo de esa etapa y empezar desde cero.
“Comencé a predicar en las cárceles, enfoqué mi vida en Dios. Trabajo digna y honradamente. Antes no me podían ver porque infundía miedo. Hoy todos me tienen mucho cariño porque me he convertido en un ejemplo para la sociedad”, subraya.
“El Señor cambió mi vida, la transformó, la restauró y me sacó de la prisión para llevar su Evangelio, para llevar la Buena Nueva a aquellos hombres que creen que no hay esperanza".
"Él es el camino, la verdad y la vida”, comenta Benavides Alva, el pastor.
Jamás maté
Robar –confiesa 'Loco Richard'- tiene su riesgo, adrenalina, ingenio. Ojo, jamás maté a nadie. Yo solo buscaba dar el golpe preciso, llevarme la plata y disfrutarla.
Si un nieto suyo quiere ser policía ¿Qué le diría? "Que estudie y se haga comisario".
Nunca abandoné a mi familia. Las veces que me escapé de la cárcel lo hice por amor a mis hijos y a sus mamás. Fui un romántico del delito.
Le está dando un hermoso mensaje a la sociedad.
Exacto. Si un ser humano se propone cambiar,lo hará.
En cifras
14 hijos en siete compromisos tiene Willman Benavides. Actualmente convive con Juanita Jurado Yale.
87 pandilleros reciben charlas en la casa de oración Jesucristo Misionero Cristiano.
Hoy, a sus 57 años, busca evitar que muchos niños y jóvenes ingresen al mundo del hampa y la cárcel. Cambió las armas por una biblia. Predica la palabra de Dios y trabaja como agente de seguridad en un mercado del Callao. El relato de uno de ‘Los Doce del Patíbulo’ eriza la piel pero también conmueve cuando recuerda cómo es que se animó a cambiar esa vida desenfrenada, pese a los estigmas.
Fugas y motines
Carmen de la Legua-Reynoso, tres de la tarde. Afuera, el sol de diciembre funde el asfalto de la avenida Grau y el calor roza los 24° C. Ahí, en pleno mercadillo, escuchamos atento sus recuerdos, sus pesadillas, sus sueños y su esperanza.
“El peor día de mi vida –afirma– fue el 2 de setiembre de 1980. Nos preguntábamos que si éramos los mejores asaltantes, ¿cómo no podíamos entrar a la armería del penal?”.
Aquella mañana el Loco Vicharra, Django, Loco Aldo, Oso Taype, Cisco, Perro Rabioso, Loco Richard y otros cuatro internos del Pabellón Británico de Lurigancho, secuestraron al director de la cárcel, a varios guardias y monjas que trabajaban en el presidio. Fue uno de los episodios más violentos que recuerde el periodismo policial.
También tomaron en rehén a la Gringa Inga, la carismática animadora del programa 'Trampolín a la Fama'. Loco Richard por entonces contaba con 26 años.
Todos ellos se convirtieron en enemigos públicos del país y fueron cayendo uno a uno. Oso Taype fue el primero en ser abatido. Vicharra, Perro Rabioso y Cisco también murieron en su ley: a balazos.
“Fue increíble, aún no sé cómo sobreviví”, recuerda Benavides Alva. Loco Richard fue recapturado tres años después y recluido en el penal El Sexto donde el 27 de marzo de 1984 se produjo otro hecho: un sangriento motín.
Incorregibles hampones como Lalo Centenaro, Carioco y Pilatos llegaron hasta la administración y tomaron como rehenes a un asistente social, una psicóloga y violentaron la privilegiada celda del narcotraficante Mosca Loca. “¡Mataremos a los rehenes si no nos dan una ambulancia para salir!”, advirtieron y comenzaron a torturar a las víctimas ante las cámaras de televisión.
En la noche, un comando especial de la ex Guardia Republicana incursionó en el penal, liberó a los rehenes y liquidó a casi 60 ‘chalacos’ y a un ‘limeño’. Loco Richard volvió a salvarse aquella vez.
“Empecé a robar a los 16 años. A esa edad entré a la Escuela de Paracaidismo del Ejército. Serví dos años y volví hasta los 20 que me dieron de baja. Un año después caí preso por robo agravado y me llevaron a El Frontón. Ahí los ‘chalacos’ no permitíamos que los ‘limeños’ cometieran abusos, había muchas violaciones”.
Recuerdo que tenía muchos problemas con ‘Ojo de Vidrio’ quien ‘batuteaba’ a los ‘limeños’. Cuando tenía 26 años me llevaron a Lurigancho. Hicimos huelga de hambre por la corrupción y las gollerías que tenían los ‘limeños’ hasta que se dio la ‘gran fuga’.
"Antes no me podían ver porque me tenían miedo. Hoy me respetan".
'Loco Richard' volvió a caer preso en Lurigancho a los 32 años. Ya tenía más de 100 asaltos. “A esa edad por fin pude ver la gloria de Dios, por primera vez escuché la palabra bendita del Señor, gracias al pastor Enrique Velásquez Danila”.
Es así que al salir de la cárcel decidió no aferrarse al pasado, cambiar de rumbo. Prefiere hablar de una metamorfosis, que comenzó estando encerrado y se potenció al salir con la ayuda de Enrique Velásquez, aquel pastor evangélico que le hizo pensar que podía borrar el costado negativo de esa etapa y empezar desde cero.
“Comencé a predicar en las cárceles, enfoqué mi vida en Dios. Trabajo digna y honradamente. Antes no me podían ver porque infundía miedo. Hoy todos me tienen mucho cariño porque me he convertido en un ejemplo para la sociedad”, subraya.
“El Señor cambió mi vida, la transformó, la restauró y me sacó de la prisión para llevar su Evangelio, para llevar la Buena Nueva a aquellos hombres que creen que no hay esperanza".
"Él es el camino, la verdad y la vida”, comenta Benavides Alva, el pastor.
Jamás maté
Robar –confiesa 'Loco Richard'- tiene su riesgo, adrenalina, ingenio. Ojo, jamás maté a nadie. Yo solo buscaba dar el golpe preciso, llevarme la plata y disfrutarla.
Si un nieto suyo quiere ser policía ¿Qué le diría? "Que estudie y se haga comisario".
Nunca abandoné a mi familia. Las veces que me escapé de la cárcel lo hice por amor a mis hijos y a sus mamás. Fui un romántico del delito.
Le está dando un hermoso mensaje a la sociedad.
Exacto. Si un ser humano se propone cambiar,lo hará.
En cifras
14 hijos en siete compromisos tiene Willman Benavides. Actualmente convive con Juanita Jurado Yale.
87 pandilleros reciben charlas en la casa de oración Jesucristo Misionero Cristiano.