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ISRAEL.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )La actitud desafiante con la que Irán se muestra al mundo, al asegurar que no detendrá su programa nuclear y que sus enemigos no tienen el coraje para enfrentarlos, ha obligado a Israel no solo a perfilar el armamento que usará, en un eventual ataque, para destruir las centrales atómicas del régimen de Mahmoud Ahmadinejad sino a iniciar la cuenta regresiva al considerar que “no se puede esperar mucho más”.
Debido a que dichas instalaciones se encuentran bajo tierra, es necesario armas de gran poder destructivo. La central de Fordow, cerca de la ciudad de Qom y en la que Teherán llevaría a cabo el enriquecimiento de uranio, está construida parcialmente dentro de una montaña, mientras que la de Natanz, al sur de la capital, se encuentra ocho metros bajo el nivel del suelo, protegida por varias capas de cemento. Esta situación se replica en otros centros construidos secretamente y de los que han dado luces algunos informes de inteligencia que salieron a la luz pública.
En ese sentido, diversos medios destacan que la empresa armamentística estatal israelí, Industria Militar de Israel (IMI), presentó recientemente nuevas bombas anti-búnker con una penetración mejorada.
Se trata de las MPR-500, que vienen a ser unos 250 kilogramos (500 libras) de bomba Rígida de Uso Múltiple, con una capacidad de penetración mejorada, menor fragmentación y compatible con el sistema de guía Boeing JDAM.
De acuerdo con un comunicado de dicha institución, divulgado hace unos días, esta arma es “ideal para blancos endurecidos en áreas urbanas densamente pobladas o cercanas a tropas amigas” debido a que la destrucción no es expansiva en cuanto a la superficie, pero sí sumamente destructiva en cuanto a profundidad.
El documento refiere que “está diseñada para traspasar más de un metro de cemento reforzado y perforar suelos o paredes de hasta cuatro losas de hormigón con un espesor de hasta 200 milímetros cada uno”.
Pide armas a EEUU
A estas armas se suman GBU-28, de las cuales posee varias decenas. Pero debido a la necesidad en número requeridas en un eventual ataque a Irán, Israel habría gestionado ante Estados Unidos nuevas compras.
Así lo reveló el diario israelí “Haaretz”, que señaló que su primer ministro, Benjamín Netanyahu, pidió en Washington esta semana al secretario de Estado de Defensa de EE.UU, Leon Panetta, que se apruebe la venta del material bélico necesario para un eventual conflicto con Irán.
El citado medio señaló que “Netanyahu solicitó la adquisición de sistemas avanzados de repostaje en vuelo y bombas anti-búnker GBU-28, necesarias para destruir los principales centros del programa nuclear iraní”.
El diario, que basa su información en un alto funcionario estadounidense sin identificar, señala que Obama encargó a Panetta trabajar directamente sobre el tema con su homólogo israelí, Ehud Barak, y que se inclina a aceptar la demanda lo antes posible.
Se acaba el tiempo
Según la web Debkafile, durante el encuentro sostenido entre Netanyahu y el presidente de Estados Unidos Barack Obama, el primero dio cuenta del riesgo que existe para el mundo si avanza el programa nuclear iraní, por lo que el tiempo para una acción militar “se agota”.
Según el medio, Netanyahu señaló que “Irán no está construyendo una central nuclear como Fordow, sino diez. No podemos esperar mucho más tiempo (para atacar)”.
Incluso, en declaraciones a la prensa señaló que “Israel no puede permitirse el hecho de esperar mucho más. Israel ha esperado seis años a que las sanciones pararan a Irán, pero han fracasado”.
