ECUADOR.-(AGENCIALAVOZ) La plaza Vicente Rocafuerte, ubicada en el centro de Guayaquil, fue el escenario de un nuevo enfrentamiento entre fieles evangélicos y católicos. Un grupo de creyentes dirigidos por el pastor Eduardo Mora llegó al lugar con pancartas y gritando "no a la idolatría".
Jenny Miranda, una de las manifestantes, dijo que "buscamos que la gente sepa la verdad y se arrepienta" con ese tipo de plantones. Sin embargo, el enfrentamiento se dio cuando el grupo de evangélicos se acercó a las puertas de la iglesia San Francisco, ubicada junto a la plaza.
Los católicos que circulaban por la zona y quienes salían de misa impidieron su ingreso a empujones. La furia de los católicos detonó cuando uno de los evangélicos quemó un retrato del papa Francisco y luego la imagen de Rafael Correa siendo bendecido por el Sumo Pontífice.
Alrededor de 200 evangélicos llegaron al lugar luego de una marcha que empezó a las 10:00 desde el parque Centenario, a siete cuadras de distancia. Durante el recorrido quemaron imágenes, además destruyeron crucifijos y estatuas de yeso.
Carlos Pérez, de 70 años, fue uno de los católicos que se puso entre los manifestantes y el templo. El jubilado suele tomar sombra en una de las bancas junto a la iglesia. "Los rechazamos porque querían tumbar la puerta. Ese pastor se dice profeta, pero no recuerda que Cristo vino a convertir con amor y no con violencia", expresó molesto.
A su lado, formando un muro humano frente al portón de madera, estaban Gonzalo Madero y Víctor Muñoz, católicos de 62 y 64 años, respectivamente. "Cada ser humano es dueño de sus creencias, pero tampoco se puede permitir la violencia", expresó Madero, luego de que los evangélicos dejaron el sitio.
Muñiz rechazó la acción de la Policía. Según el jubilado, los uniformados "tenían la obligación de haberlos detenido porque fue una alteración al orden público".
Con él coincidió Roberto Gordillo, católico que circulaba cerca de la iglesia a la hora del plantón. Aseguró que el objetivo de los protestantes era destruir la "casa de Dios". "Esto es vandalismo, la Policía debió arrestar a los provocadores".
Agentes metropolitanos y miembros de la Policía Nacional apaciguaron los ánimos. Los evangélicos se negaban a dejar el lugar, mientras los católicos exigían su detención. Luego de que el grupo evangélico dejara la plaza, la iglesia abrió nuevamente sus puertas. Los cantos de la Eucaristía se escuchaban al pasar.
El segundo enfrentamiento Varios católicos identificaron al pastor que lideró la gresca de ayer. Señalaron que es el mismo que provocó a los católicos en la procesión del Cristo del Consuelo, realizada el 29 de marzo. Ese día los fieles rechazaron la postura de los evangélicos y la catalogaron de 'provocación'. Los protestantes son la iglesia evangélica Pentecostal Misión Altísima Internacional, ubicada en el Guasmo de Guayaquil (en el sur de la urbe).
El día de la procesión
El altercado en la procesión de Cristo del Consuelo, un grupo de 10 evangélicos llegó a la esquina de Azuay y Gallegos Lara, justo en frente de la Iglesia del Espíritu Santo, hasta donde arribó la imagen del Cristo del Consuelo.
Ahí, con pancartas plásticas negras y biblias alzadas al aire, los evangélicos pedían "no adorar ídolos ni esculturas".
Los ánimos se caldearon a tal punto que los católicos lanzaron botellas vacías en pleno recorrido de la imagen.
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