jueves, 23 de mayo de 2013

Suicidio en Francia contra el ‘matrimonio’ homosexual


FRANCIA.-(AGENCIALAVOZ) La vida de Dominique Venner acabó de un disparo en la cabeza. El escritor, ensayista e historiador francés puso el lunes el epílogo a su vida de la misma forma que antes lo hicieron otros escritores. Claro que en su decisión de apretar el gatillo –al contrario que Larra– no se escondía razón amorosa alguna. El motivo no era otro que la ley del matrimonio homosexual que el Gobierno de Hollande aprobó en abril, algo a lo que Venner se opuso desde el primer día.

El suicidio del escritor de 78 años se convirtió en el asunto del día en todos los medios de comunicación de Francia. En primer lugar, por el lugar escogido para quitarse la vida: justo enfrente del altar mayor de la catedral de Notre-Dame. Y en segundo lugar, por lo que había escrito horas antes en su blog a modo de despedida: “Los manifestantes del 26 de mayo tendrán razón cuando sientan impotencia y cólera. Una ley infame una vez votada siempre puede ser derogada. Acabo de hablar con un bloguero argelino: “De todas formas, dentro de 15 años los islamistas estarán en el poder en Francia y derogarán esta ley”. Pero no lo harán para darnos gusto, sino porque es contraria a la sharia, es decir, la ley islámica. Es el único punto común y de forma superficial entre la tradición europea (que respeta a la mujer) y el islam (que no lo respeta). Sin embargo, la confirmación categórica de este argelino nos espanta porque sus consecuencias serían mucho más gigantescas y catastróficas que la detestable ley de matrimonio homosexual”.
 
Desde luego, no puede decirse que el escritor francés no haya logrado su propósito de sacudir conciencias en un país en el que ya se habían producido numerosas movilizaciones en contra del matrimonio homosexual. Por eso, el mismo día de su muerte las reacciones llegaron hasta la política. La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, calificó el suicidio como un “acto político” destinado a despertar a los franceses. “Todo nuestro respeto para Dominique Venner, cuyo último gesto, eminentemente político, pretendía despertar al pueblo de Francia”. Sin embargo, Le Pen aseguró que “es en la vida y en la esperanza donde Francia se recuperará y se salvará”.
Otro miembro del Frente Nacional, el eurodiputado y amigo personal de Venner, Bruno Gollnisch, recuerda al fallecido como un “intelectual extremadamente brillante”, aunque reconoce que siempre estuvo apartado de la primera línea de los pensadores “por sus posturas políticamente incorrectas”. Asimismo, Gollnisch señaló que se trata de “un gesto dramático de protesta contra la decadencia de nuestra sociedad”, incrementada, según el ensayista fallecido, por la legalización del matrimonio homosexual, pero precisó que no era su único combate. “Se batió contra la sustitución de la población francesa por otras poblaciones o contra el debilitamiento de la disciplina”, dijo. “Con su suicidio espectacular, buscaba una reacción”.
 
Por su parte, el ministro francés del Interior, Manuel Valls, obvió mencionar cualquier relación con la ley del matrimonio homosexual. “Notre-Dame es la catedral de París, una de las capitales y de los monumentos más bellos del país, lo que da cuenta de lo simbólico que del acontecimiento”.
El activismo que Venner ha demostrado hasta el final fue siempre una de sus señas de identidad. El primer paso lo dio cuando participó como soldado en la guerra de Argelia y luego en el grupo terrorista OAS (Organización Armada Secreta), cuya creación tuvo como objetivo luchar contra la independencia de Argelia. Precisamente su militancia en la banda le costó el ingreso en prisión durante 18 meses. Después de aquello, Venner refinó su activismo convirtiéndose en un reconocido ensayista e historiador.
 
Uno de sus editores, Pierre-Guillaume de Roux, señaló tras conocer la noticia que Venner había terminado un libro que se publicará en junio bajo el título Un Samurái Western. El editor comparó la muerte del francés con la del escritor japonés Yukio Mishima, que se suicidó en 1970. “Hay un muy fuerte poder simbólico que se aproxima a Mishima”. Y es que el propio Venner ya había escrito que “las acciones espectaculares y simbólicas” eran necesarias para despertar al pueblo francés. “Estamos llegando a un momento en que las palabras deben estar respaldadas con actos”.
 
Esta historia contrasta con las adhesiones que suscitó la presidenta de la Plataforma Antidesahucios, Ada Colau, cuando llamó asesinos a los diputados españoles por no aprobar una ley que retrasara los desahucios que afectaban a ciudadanos que no podían hacer frente a su hipoteca y que en algunos casos había acabado en suicidio.

 
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