miércoles, 5 de diciembre de 2007

El triunfo del ''No'' cambia el panorama político del país


EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ ) El triunfo del NO en el referendo del domingo en Venezuela podría conducir al fortalecimiento de la oposición y a cambios en el panorama político a corto y mediano plazo, en la medida en que el liderazgo del presidente Hugo Chávez pareciera socavarse luego de nueve años de gobierno, dijeron analistas y expertos consultados


''Lo de este domingo fue para Chávez lo que para Hitler fue la batalla de Stalingrado contra los rusos'', aseguró el profesor Aníbal Romero, politólogo de la Universidad Metropolitana de Caracas.
''Seguirá peleando, pero parece haber perdido la guerra'', agregó Romero, quien es académico invitado del Centro de Políticas Hemisféricas de la Universidad de Miami.
Aunque el mandatario venezolano cuenta todavía con un importante respaldo popular y un liderazgo que aún no le disputa seriamente ningún otro dirigente en el país, el rechazo de su propuesta de cambio constitucional, la primera derrota en las urnas que sufre desde 1998, podría crear nuevos escenarios en el ambiente político.
La abstención del 44 por ciento significó que, en términos absolutos, Chávez obtuvo el domingo el apoyo de sólo un 27 por ciento de los electores, el índice de respaldo más bajo que haya recibido en elección alguna en casi una década.
El propio Chávez reconoció que obtuvo esta vez unos 3 millones de votos menos que en diciembre del 2006, aunque negó que los resultados del referendo constituyan una derrota para su proyecto de ``socialismo bolivariano''.
''Para mí no es ninguna derrota, para mí es otro `por ahora'', dijo el mandatario en alusión a la frase que pronunció luego de ser capturado tras su fracasado de golpe de estado en 1992, contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Pero para algunos analistas y dirigentes políticos, los resultados reflejan el surgimiento de una ''nueva mayoría'' que podría complicar el futuro del ex comandante de paracaidistas.
A partir de ahora, Chávez no sólo deberá enfrentar una creciente disidencia al interior del chavismo, que se opuso abierta o veladamente a su proyecto de reforma constitucional, sino que deberá lidiar con una oposición fortalecida con nuevos liderazgos y decidida a competir en espacios que antes eran exclusivos del dominio oficial.
La derrota de la reforma constitucional significará ''la conformación de un nuevo mapa político'', dijo Ismael García, secretario general de Podemos, un partido disidente del chavismo que inició la oposición interna a la reforma.
García sostuvo que de acuerdo con este nuevo mapa, la mayoría del país ''no está con las posiciones extremas'', sino en el centro.
Para Freddy Guevara, dirigente estudiantil de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), ``una sola persona, un solo grupo, una minoría de venezolanos no puede intentar arrebatar los derechos de las mayorías''.
Guevara declaró ayer durante una conferencia de prensa que ``a partir de ahora se crea un muro de contención democrática que impedirá que en este país se instaure cualquier proyecto de dictadura''.
Según el analista y ex diplomático Vladimir Gessen, la derrota de Chávez derrumba dos mitos fundamentales que socavarán el poder acumulado hasta ahora por el comandante.
En primer lugar, la derrota acaba con ''el mito de su invencibilidad'' porque ''dentro de su partido, todos saben ahora que no es eterno su mandato, y tendrán que ir jugando distintas posiciones si quieren sobrevivirlo'', dijo Gessen.
En segundo lugar, el fin del mito del ''poder de amedrentar'' del mandatario. Una vez derrotado, argumentó el analista, se le hará más difícil a Chávez subyugar a la Fuerza Armada Nacional, intentar el cierre de nuevos medios de comunicación, controlar la educación privada o las universidades, o acallar a las iglesias.
El presidente Chávez ''perdió la invulnerabilidad, se desvistió del manto de invencibilidad que había desarmado permanentemente a su enemigo'', dijo Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis.
De acuerdo con León, Chávez sigue siendo el único líder en Venezuela, pero tendrá que iniciar la ''reconquista del país'' y de los chavistas que rechazaron su proyecto.
''Chávez necesitaba un poco de un baño de humildad, que reconociese que no era Dios y que podía ser derrotado, como de alguna manera lo fue el domingo'', dijo a El Nuevo Herald el sacerdote jesuita Jesús Gazo, académico de la Universidad Católica del Táchira y uno de los más entusiastas seguidores de Chávez al interior de la Iglesia.
Los electores ''han dicho no a que el presidente tenga tanto poder'', indicó Gazo, pero advirtió que los votantes 'no le han dicho `no' al proyecto del presidente''.
El sacerdote recordó que el mandato de Chávez no termina sino hasta principios del 2013, por lo que ``cinco años es suficiente. Con cinco años que le quedan todavía hay suficiente tiempo para trabajar por el proyecto''.
Como un indicio de la creciente oposición a que Chávez se empeñe en ejercer un poder casi absoluto, el ex ministro de Defensa, general Raúl Baduel, instó ayer a la ciudadanía a ``estar alerta ante la posibilidad de imponer esos cambios (de la reforma chavista) por una vía distinta a la constitución, como por ejemplo las leyes habilitantes''.
Además de las leyes habilitantes, que deben ser aprobadas por tres quintas partes de la Asamblea Nacional, Chávez podría buscar de nuevo la aprobación a la reelección indefinida mediante una nueva Asamblea Constituyente en el 2012, en el último año de su mandato, pero antes deberá sortear varios procesos decisivos, como las elecciones para elegir una nueva Asamblea Nacional, nuevos gobernadores y alcaldes, además de la posibilidad de un referendo revocatorio a la mitad de su mandato, en el 2010.
La historiadora Margarita López Maya, una de las intelectuales que apoyó el proceso revolucionario y que terminó desilusionada, estimó que el mensaje que transmitieron el domingo las bases del chavismo es que ''si bien su liderazgo no está en cuestión, (Chávez) tampoco tiene un cheque en blanco'', pero recomendó evitar ''sobrevaluar demasiado la derrota política'' del mandatario.
De acuerdo con el profesor Romero, que durante décadas fue académico del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional en Caracas, Chávez parece haber llegado a la cúspide de donde podía llegar ``y ahora viene un declive inexorable''.
La única forma de que Chávez recupere su liderazgo aparentemente disminuido, es que se convierta ''en un gobernante de diálogo, de consenso, democrático'', sostuvo Romero, pero para ello ``tendría que cambiar de naturaleza y eso es imposible''

 
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