COLOMBIA-. ( AGENCIALAVOZ ) Según la Ong, es una práctica particularmente extendida en el trato con la policía, aunque los ciudadanos piensan que los más corruptos son los políticos.
El informe sobre el barómetro global de la corrupción presentado hoy en Berlín, complementa el índice difundido en mayo y constata un año más en que la corrupción no sólo sigue formando parte de la vida diaria, sino que aumentó en Asía, Pacífico y el sureste de Europa, afectando sobre todo a los jóvenes y a las personas con menos ingresos.
El informe sobre el barómetro global de la corrupción presentado hoy en Berlín, complementa el índice difundido en mayo y constata un año más en que la corrupción no sólo sigue formando parte de la vida diaria, sino que aumentó en Asía, Pacífico y el sureste de Europa, afectando sobre todo a los jóvenes y a las personas con menos ingresos.
La presidenta de Transparencia Internacional, Hugette Labelle, precisó que el costo económico de la corrupción supera el billón de dólares al año, de los que 25.000 millones corresponderían a África, la región de mundo más necesitada de desarrollo.
"Los pobres, también en los países industrializados, son los más perjudicados por la corrupción", destaca el informe, que incluye un estudio comparativo por sexos y edad según el cual las mujeres son menos propensas que los hombres a pagar sobornos y lo mismo ocurre con los mayores de 65 años, en relación con los de 30.
Según Transparencia Internacional, de las 63.199 personas de 60 países consultadas para esta encuesta global sobre corrupción, el 13 por ciento declaró que el pasado año se les pidió y pagaron un soborno para obtener servicios públicos, desde permisos a prestaciones jurídicas y sanitarias.
En África, ese porcentaje fue del 42 por ciento; en Asia y el Pacífico, del 22 por ciento; en Estados Unidos y Canadá, del 2 por ciento, en el sureste de Europa, del 12 por ciento y en Rusia, Moldavia y Ucrania, del 21 por ciento.
En América Latina el porcentaje de encuestados que tuvieron quepagar un soborno para obtener un servicio fue del 13 por ciento, aunque sólo Venezuela y Argentina se sitúan, con el 12 y el 5 por ciento, respectivamente, por debajo de esa media.
México, Brasil, Chile, Ecuador y Guatemala no están incluidos enel informe, en el que destaca igualmente la ausencia de China, India y de los países árabes porque "el instituto demoscópico que realizó el informe -Gallup- carece de contraparte en esas naciones", explicó Sylvia Schenk, de Transparencia Internacional Alemania.
En la Unión Europea (UE), el 5 por ciento los encuestados pagó un soborno a cambio de una prestación, práctica que en Rumanía, Grecia y Lituania confesó haber seguido entre el 27 y el 33 por ciento de los entrevistados.
Frente a ese grupo de países comunitarios se sitúan España, donde el 3 por ciento de los encuestados pagó un soborno el pasado año; Reino Unido, Dinamarca, Finlandia e Irlanda, todos con el 2 por ciento, seguidos, con un 1 por ciento, de Austria, Francia y Suecia.
El grado de corrupción varía sensiblemente de un país a otro, pero coincide en que la institución pública más "corrupta" es la policía, hasta el punto de que uno de cada cuatro ciudadanos de todo el mundo que tuvo contacto con ese cuerpo fue "invitado" por las autoridades a pagar un soborno y uno de cada seis acabó haciéndolo.
La práctica del soborno es también un problema de alcance en losámbitos de la justicia, servicios de registro y permisos, educativo,salud y de los proveedores de electricidad.
Para Labelle, "el hecho de que el poder judicial aparezca, tras lapolicía, como el sector más afectado por el soborno arroja seriasdudas sobre las garantías democráticas de los ciudadanos y laeficacia de la lucha, desde dentro, contra la corrupción".
Pero aunque la policía sea la institución pública más afectadapor ese mal, los ciudadanos creen de que los más infectados por esa lacra son los partidos políticos y el poder legislativo.
Así, cuatro de cada cinco entrevistados en Argentina, Camerún,Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Bolivia, India, Japón, Panamá yNigeria, creen que los partidos políticos son "corruptos", creenciaque comparten al menos dos de cada cinco encuestados en Dinamarca, Holanda, Noruega, Suecia, Suiza y Singapur.
El informe señala que la percepción de los ciudadanos respecto alalcance de la corrupción en las instituciones clave de sus país noha cambiado demasiado en los últimos cuatro años, aunque la opinión sobre algunos sectores, como el privado, se ha deteriorado.
El futuro, al menos en cuanto a la percepción de los ciudadanos,no es más halagüeño, pues más de la mitad de los encuestados piensa que el nivel de corrupción se incrementará los próximos tres años, frente al optimismo expresado por uno de cada cinco.
En 2003, el 43 por ciento de los encuestados pensaba que la corrupción iba a aumentar en los tres años siguientes, proporción que ha crecido en 2007 hasta el 54 por ciento.