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Zimbabue-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) La comunidad cristiana de Zimbabue rechazó la reelección del presidente Robert Mugabe el mes pasado por considerarla ensombrecida por la violencia y la intimidación y expresó su apoyo a los esfuerzos para formar un Gobierno de unidad nacional.
Mugabe ganó el mes pasado con una victoria arrasadora en una votación que en última instancia estuvo boicoteada por Tsvangirai y fue denunciada por las naciones occidentales. El Movimiento por el Cambio Democrático (MCD) de Tsvangirai dice que una milicia pro-Mugabe mató al menos a 113 de sus partidarios.
“Nosotros, las iglesias de Zimbabue, estamos listos y comprometidos a asociarnos con todos los esfuerzos que resulten en una autoridad de transición y, posteriormente, un Gobierno de unidad nacional, para llevar paz, estabilidad y reconciliación dentro de la nación,” dijo el comunicado de las iglesias.
El líder zimbabuense de 84 años, que está en el poder desde el fin del dominio británico, culpa a la oposición por el baño de sangre.
“El pueblo fue objeto de las formas más traumáticas de violencia, que incluyeron tortura, asesinatos, secuestros, desplazamientos y traumas psicológicos,” dijeron en un comunicado los Líderes de las Denominaciones Cristianas.
“En base a la realidad de las condiciones que prevalecen sobre el terreno, nuestra conclusión es que el deseo del pueblo de Zimbabue no ha tenido una expresión auténtica durante estas elecciones,” afirmaron, y agregaron que la violencia continúa.
Tsvangirai, quien citó la violencia para su retirada de la votación de junio, demanda que el Gobierno detenga todos los ataques contra sus seguidores como una de las varias precondiciones para negociar con el partido ZANU-PF gobernante de Mugabe.
El líder del MCD también quiere que se nombre a un enviado de la Unión Africana para ayudar a mediar conversaciones y que Mugabe reconozca su victoria en unos comicios del 27 de marzo. Tsvangirai ganó la primera ronda, pero no logró obtener la mayoría absoluta necesaria para evitar una segunda vuelta.
Las conversaciones preliminares entre el MCD de Tsvangirai, una facción menor del partido, y el ZANU-PF, parecen haberse detenido pese a los esfuerzos de mediadores sudafricanos de lograr un marco de trabajo para negociaciones más sustanciales.
