jueves, 4 de marzo de 2010

Esposa del Presidente Felipe Calderón Hinojosa pretende reunirse con unas 5 mil Mujeres Evangélicas


MEXICO.- ( AGENCIALAVOZ.ORG ) Parece estarse reafirmando la alianza –no de las iglesias, sino de agrupamientos civiles– con la coalición opositora Compromiso por Puebla, siendo una muestra lo siguiente:


Es probable que en los próximos días ocurra una visita a la ciudad de Puebla, México, de Margarita Zavala, la esposa del presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien pretende reunirse con unas 5 mil mujeres. El objetivo será hablar de los proyectos de desarrollo social del gobierno federal hacia el género femenino.
Lo interesante es que el encuentro, de acercamiento a grupos de mujeres, es que lo estaría coordinando Blanca Judith Díaz Delgado, una senadora del PAN oriunda de Nuevo León y que tiene una característica muy peculiar, ella es cristiana, algo que hasta hace poco parecía imposible en el partido de la derecha, que se distingue por tener una doctrina basada en el dogmatismo católico.
Ha trascendido que si se da esa reunión de mujeres, habrá una concurrencia plural, pero una parte importante, mayoritaria, de las asistentes será de integrantes de comunidades evangélicas.
Queda claro que ahí habrá una organización y discursos que no se saldrán de los límites institucionales del ámbito federal, pero en el fondo el encuentro tiene como propósito acercar a mujeres cristianas a los programas del gobierno federal panista.
Esa relación de grupos evangélicos y el PAN tiene muy preocupados a los altos mandos del PRI del ámbito local y nacional. Sobre todo a raíz de que el pasado 6 de febrero se mostró la identificación entre líderes panistas y de la agrupación Convicción Mexicana por la Democracia, la cual es una organización civil, formada por evangélicos, que va a incursionar en el terreno electoral.
Dicha preocupación se debe a que queda claro que el sector no católico de la población en la entidad poblana tiene un importante crecimiento –de más de 400 mil seguidores– y está muy politizado. Es decir, puede ser un boquete muy grande contra el PRI en las próximas elecciones, luego de que en años anteriores los Cristianos eran parte del electorado identificado con el tricolor.
Hace algunos días, un grupo de dirigentes cristianos se reunió con los dirigentes estatales del PRI, encabezados por Alejandro Armenta. Nada se avanzó en ese encuentro, solamente se patentizó que la secretaria general del tricolor, Claudia Hernández, no ejerce ningún liderazgo en el terreno de las iglesias no católicas pese a que ella quiera aparentar lo contrario.
Dicen que en ese encuentro Claudia Hernández quiso mostrarse consternada, acongojada, por la actitud de las líderes cristianos. Uno de ellos le preguntó por qué doblaba el cuerpo y daba muestras de llanto, a lo que ella contestó que no creía que sus “hermanos” fueran tan duros con esta priista.
La respuesta de uno de los líderes fue clara, al señalarla que a ella le ven como una integrante más de las comunidades cristianas, pero no como una líder.
Días más tarde, otro grupo de cristianos se habría entrevistado con Juan Carlos Lastiri Quirós, titular de la Secretaría de Desarrollo Social, sin que se avanzara en nada.
Y finalmente, hubo un encuentro en Casa Puebla. A esa cita llegó Enrique Borja Galindo, quien fue presidente de la Alianza de Pastores, y aunque ya no ostenta ese cargo, se le considera como el pastor que tiene mayor autoridad moral y liderzazo entre las iglesias cristianas y evangélicas de Puebla.
Cuando se les cuestionó –a los asistentes– a que se debía su alejamiento del PRI, las respuestas fueron una larga lista de quejas, que fueron desde que los dirigentes del tricolor nunca han acudido a los encuentros que los han invitado, lo que sí ha pasado con las figuras del PAN; hasta que el tricolor no tiene claridad en algunos temas del ámbito legislativo –como es aborto y matrimonios de homosexuales–, o que no se cumplieron con compromisos pactados al inicio del sexenio como son proyectos de desarrollo social o ayuda para que algunas agrupaciones cumplan los requisitos de asociaciones religiosas.
Tal como pasó con otros encuentros, tampoco se avanzó mucho. Y hasta ahora, el grueso de los cristianos–evangélicos se sigue pintando de azul.
Claudia Hernández, en su calidad de dirigente priista, ha intentado por todos los medios inducir que los líderes cristianos–evangélicos salgan públicamente a respaldar al candidato del PRI a la gubernatura, Javier López Zavala, pero ello solamente ha generado una mayor molestia de los líderes no católicos hacia el comportamiento del tricolor.

 
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