Habla con un inmenso dolor. Es un joven cálido pero al mismo tiempo un hombre que sabe guardar distancia. Su brazo derecho está invadido por un gran tatuaje que nace en la muñeca y termina en el antebrazo. Es un ángel, un ángel donde tiene cabida sus amigos y sus enemigos. Un ángel que le recuerda cada día y segundo de su vida de dónde vino, quién es y dónde está su máximo líder.Mi vida tiene límites”
“Vuelve…Vuelve que el dolor me mata.. Vuelve…Vuelve que el dolor me mata.. Y no fue tan fácil tenerte y perderte, aceptar olvidarte.. Y hoy que te fuiste siento voy a enloquecerme….”
Con estas palabras que salen del fondo de su corazón, Don Omar trata de exorcizar una pena de amor. Dicen las malas lenguas y las buenas también que la mujer que inspiró esta canción, esa difícil relación que llegó a su fin, fue lo que motivó a William Omar Landrón a dejar el oficio de Pastor y lanzarse a conquistar la música del mundo.
“Si escuchas ‘Aunque te fuiste’ te puedes dar cuenta que estoy muy triste cuando lo canto. Esa canción habla de porqué dejé de ser Pastor. Es un tema verídico, recuerdo que cuando lo fuimos a grabar al estudio yo llegué muy mal, por eso es el único que se grabó una sola vez, se alcanza hasta a escuchar que estoy llorando.
Yo la verdad después de hacerlo no quería que se incluyera en el disco, porque no me parecía bien, pero mi productor me dijo que lo volviera a escuchar, ya con más calma y nos dimos cuenta que es un gran tema, es pura magia y nadie había promocionado un disco de Reggaetón con un bolero, lo hice yo. Tal vez aquel dolor, que me llevó a tomar decisiones tan difíciles, a dejar mi Pastorado, fue lo que le abrió el corazón a las personas para que les gustara mi música”.
El Pastor Landrón, como se hacía llamar Don Omar cuando hablaba de asuntos de fe, no ha muerto, como él mismo asegura; sólo está explotando uno de esos dones que Dios le entrega a sus fieles…
Durante el tiempo que formó parte de la Iglesia participo en varios grupos que cantaban el reggaeton y participaban de diferentes actividades cristianas. En el año 2002 la carrera de Don Omar dio un giro cuando Héctor El Bambino, famoso integrante del dúo Héctor y Tito, lo escuchó y decidió llamarlo como productor musical.
“Cantaba rap cristiano desde que era niño. Recuerdo que a los 12 años ya había escrito varias canciones. Escribir me gusta mucho, tengo dos libros de poesía en Puerto Rico. Pero cuando escuché por primera vez el Reggaetón, eso fue hace como quince años me dije, eso es lo que quiero cantar, esa música me llena, es mágica, tienes que demostrar todo el tiempo que eres el mejor por que si no mueres…”
Parece contradictorio que un Pastor haya decidido enrolarse en la moda del Reggaetón, ese ritmo que fusiona el sabor de la Salsa clásica, con la tradicional Bomba puertorriqueña, el ritmo urbano del Hip Hop y una alta carga de provocación sexual, porque si algo hace diferente al Reggaetón es que su ritmo pegajoso está indiscutiblemente acompañado de letras donde el sexo, la realidad de las calles, el amor y la violencia se hacen presentes; al igual que un sensual movimiento de caderas y del cuerpo en general, que ha hecho escandalizar a más de uno.
Es insólito que un joven, que durante cuatro largos años le dedicó su vida al Señor, hablando del buen camino, de la moral, de un mejor vivir, decidiera de un momento a otro pedirle a su guía que le diera un tiempo para cantar cosas como estas:
“… Ahora sí que nos vamos hasta abajo, ya no hay arreglo, me mata o lo mato… Yo vivo en una guerra y estamos cazando, entonces ponte y vamos a matarnos…”
“… Tu cuerpo Mary me arrebata, tu cuerpo me vuelve loco… La llevo a la disco y le voy a hacer… la llevo en mi coche y le voy a hacer… donde la coja le voy a hacer…”
Él se defiende. Con una sonrisa en el rostro y el tono que seguramente utilizaba cuando estaba parado al frente de la multitud en una iglesia, asegura: “Mi relación con Dios es solo mía. Él es el eje principal de mi carrera. Dios, mi público y mi auto control”.
William Omar Landrón, nació en Puerto Rico en el año 1978, fue educado en Villa Palmeras en un sector muy humilde de Puerto Rico, desde ahí empezó a componer sus primeras canciones y poemas a los doce años; pronto se sintió fuertemente atraído por el reggaeton, un género musical surgido en Puerto Rico a principios de los 90.
Sus inicios musicales se vinculan a la Iglesia Evangélica, a la que estuvo ligado como pastor de jóvenes. Durante cuatro años fue pastor juvenil en la Iglesia de “Restauración en Cristo” en Bayamón, para luego abandonarla por un desengaño sentimental, que hoy lo canta en “Aunque te fuiste” que recoge este episodio de su biografía.
“Yo nunca tuve nada. Me crié en un sector pobre y difícil de Puerto Rico. Lo que me he ganado ha sido a punta de trabajo, por eso aprecio lo conseguido pero trato de no caer en las tentaciones, hay tentaciones en todos los lugares, la droga, el dinero, las mujeres, la trampa siempre está ahí, pero creo que soy un hombre que tiene mucho autocontrol, no soy un santo pero mi rumba, mi vida tiene límites” manifiesta el que es considerado hoy por hoy el Rey del reggaeton.
Y agrega antes de perder el tono: “Mis compañeros dicen que yo no hago Reggaetón, pero tengo que entender que no es fácil para ellos aceptar que en tres años y con un solo disco haya logrado vender más de 600 mil copias del álbum.
Su álbum “The Last Don Omar” se ha convertido en la sensación del momento. Por eso, este jovencito de 26 años habla con ese convencimiento y seguridad. La misma seguridad con la que tiempo atrás hablaba del Salvador de la humanidad para ayudarles a otros encontrar un rumbo de vida, que quizás el decidió dejar, o por lo menos guardarlo en un baúl de recuerdos, quien sabe? solo Dios conoce lo profundo de su corazón.
Por ahora nos toca orar por la vida de Don Omar para que Dios le de sabiduria en sus actos, y por otro lado debemos respaldar a aquellos valores musicales como Funky, Triple Seven, Rey Pirín, que tampoco son perfectos , pero por lo menos están en una lucha constante por mostrar el amor de Jesucristo a aquellos que se pierden en la droga, violencia y otras plagas que azotan a nuestros jóvenes.