Estados Unidos.- (AGENCIALAVOZ.COM) La bolsa de valores acaba de abrir aquí en Nueva York y los inversionistas ya vislumbran otro día agitado. Pero Wall Street es mucho más que sólo inversiones, mercados, compras y ventas, también es un lugar donde muchos cristianos trabajan e incluso oran! y ahora están orando como nunca antes.
En una sala de reuniones de una empresa se escucha; “que tu Espíritu Santo venga y revele a Jesús a todos. Que comience un avivamiento en Wall Street…”
Wall Street alberga uno de los grupos de oración más antiguos del país. Comenzó en 1977 cuando algunos creyentes sintieron la necesidad. El asesor financiero Vogh Weimer ha sido miembro activo desde los años ochentas. “He estado escuchando a mis clientes durante las últimas semanas… ninguno ha entrado en pánico… todos están en calma”.
Weimer cree que dios redimirá a Wall Street y como lo hizo durante el avivamiento de Fulton Street, hará de este, un lugar de oración de nuevo, “hubo un tiempo aquí cuando a mediodía cada negocio cerraba mientras la gente oraba, tenemos la visión de que eso ocurra de nuevo para los que trabajan aquí cada día”.
Anthony Dimaio trabajaba en la bolsa de valores y ahora dirige un ministerio llamado Bold. Su misión es llevar un mensaje de relevancia espiritual, el cree que Dios usa esta crisis económica para que la gente mire hacia arriba. “Todos saben que la forma más fácil de llegarle a alguien es a través del bolsillo así que si Dios quiere llamar tu atención, lo hará por ahí”.
De pie como un faro en Wall Street está la iglesia Trinity. Por 200 años su cruz ha dado la bienvenida a quienes vienen a Nueva York buscando libertad… y en las últimas semanas, Trinity recibe cada vez más personas que buscan otro tipo de refugio.
De pie como un faro en Wall Street está la iglesia Trinity. Por 200 años su cruz ha dado la bienvenida a quienes vienen a Nueva York buscando libertad… y en las últimas semanas, Trinity recibe cada vez más personas que buscan otro tipo de refugio.
Así lo confirma Canon Anne Mallonee, quien trabaja en esta iglesia, “la gente sentada en las bancas de nuestro servicio diario han perdido su trabajo o temen perderlo próximamente”.
Pero no todos los afectados por la crisis financiera están en Wall Street. El pastor Terry Smith de la iglesia Vida Cristiana en Nueva Jersey dice que un 25 por ciento de sus miembros trabajan en el distrito financiero, y eso puede afectar los planes de construir un nuevo edificio para la iglesia.
“Algunos pensaban dar ofrendas importantes y ahora están preocupados por su capacidad de hacerlo aunque en su corazón lo desean. Creo que Dios los ayudará a ser capaces de dar sus ofrendas”.
Pero no todos los afectados por la crisis financiera están en Wall Street. El pastor Terry Smith de la iglesia Vida Cristiana en Nueva Jersey dice que un 25 por ciento de sus miembros trabajan en el distrito financiero, y eso puede afectar los planes de construir un nuevo edificio para la iglesia.
“Algunos pensaban dar ofrendas importantes y ahora están preocupados por su capacidad de hacerlo aunque en su corazón lo desean. Creo que Dios los ayudará a ser capaces de dar sus ofrendas”.
Smith cree que lo que ocurre en Wall Street es la misericordia de Dios. “Esta clase de crisis nos recuerda que nos somos autosuficientes, sin importar cuán duro trabajemos, cuánto invirtamos ó cuánto nos preparemos para el futuro, necesitamos a Dios. En nuestra debilidad descubrimos cuán fuerte es Él”. Tanto Ray Craig como Raji Manasseh van a la iglesia de Smith y trabajan en grandes bancos de Wall Street. Craig dice, “es una oportunidad para que salgamos de nuestros trajes profesionales y hablemos a muchos de nuestros colegas que no son Cristianos”.
Por su parte Manasseh dice,“mi esposa y yo siempre hemos creído que Dios es la fuente de nuestros ingresos, nuestra provisión y que él provee para nosotros siempre”.
Nadie sabe en realidad cuánto durará esta inestabilidad financiera. pero para quienes ponen su confianza, no en poderosos mercados, sino en cristo, el camino parece ser menos agitado.
Por su parte Manasseh dice,“mi esposa y yo siempre hemos creído que Dios es la fuente de nuestros ingresos, nuestra provisión y que él provee para nosotros siempre”.
Nadie sabe en realidad cuánto durará esta inestabilidad financiera. pero para quienes ponen su confianza, no en poderosos mercados, sino en cristo, el camino parece ser menos agitado.