ESPAÑA-. ( AGENCIALAVOZ.ORG )Un pastor evangélico, acusado de narcotráfico; varios de sus fieles, procesados y algunos otros, hasta huidos. Con este panorama se encontró ayer la Sección Tercera de la Audiencia de Valencia, encargada de hacer justicia en el caso de un hallazgo de casi 300 kilos de cocaína, que fueron introducidos por el puerto de Valencia en 2009. La droga llegó desde Bolivia escondida en un cargamento de tablones de madera.
La fiscal pide penas de entre 12 y 13 años de cárcel para ocho acusados, aunque sólo seis de ellos se sentaron en el banquillo. Y es que la principal sospechosa de la entrada de la droga en España y de su posterior distribución, Ana Ninoska B.M., está desaparecida, al igual que otro de los procesados, Asdrúbal G. A.
El primero en declarar en el juicio fue Julián V. G., pastor evangélico de la localidad murciana de Puerto Lumbreras. «El padre de una de mis fieles, el señor Bauer, fue el que me propuso hacer negocios con la importación de madera desde su país, Bolivia. Como yo siempre quise tener una empresa propia, monté el negocio con este hombre», detalló.
Los primeros envíos de madera no fueron problemáticos, pero en el tercero se localizó el enorme alijo de droga. «De ese pedido se iba a hacer cargo Ana Ninoska, la sobrina de Bauer, porque ella decía que tenía clientes para comprar la madera. Llámenme ignorante si quieren, pero juro que jamás supe que estaba importando droga», insistió el pastor.
En el juicio declaró también la hija del boliviano supuestamente implicado en el envío de droga, Suleyka B.G. «Yo no estaba metida en el negocio de madera que llevaban mi padre y el pastor Julián. Ahora sé que el culpable de todo esto es él. Yo sabía por mi madre que andaba con malas compañías», reconoció entre lágrimas. «No he vuelto a saber de él (de su padre) desde entonces», admitió.
Los otros sospechosos que trataron de defender su inocencia ante el tribunal son el entonces novio de Ana Ninoska, que es el hombre a quien se encargó recoger el envío de madera con un camión, y otros dos implicados a los que la mujer que está en paradero desconocido pidió colaboración en el momento de la recepción del alijo en Valencia.
Todos ellos negaron su relación con el narcotráfico, ni conocer siquiera que en el cargamento de madera iba oculto un gran alijo de cocaína. Sus discursos fueron, así, muy similares. «Sabía que venía madera, pero no droga», fue la frase más repetida en la sala de vistas de la Audiencia de Valencia.
La droga incautada, de entre un 70 y un 90% de pureza, según el paquete, habría alcanzado en el mercado negro un valor, al por mayor, de cerca de diecinueve millones de euros.
6:42:00





