EE.UU.-(AGENCIALAVOZ) En noviembre del año pasado, Nike, uno de los proveedores de ropa y artículos deportivos más grande del mundo creó la Nike Equality PAC. Una fundación para asegurar que el matrimonio entre personas del mismo sexo tenga igualdad con las uniones heterosexuales.
Durante los pasados meses, el aumento de atletas que decidieron hacer pública su homosexualidad ha sido constante y se convirtió en una cortina que impide ver el talento de un deportista.
Esta semana, Michael Sam, el prospecto de la NFL que salió del clóset por recomendación de sus representantes, entró a las pruebas del Scouting Combine asediado por los medios de comunicación y, como se esperaba, sus pruebas físicas decepcionaron.
El ex ala defensivo de Missouri no es un candidato de primera ronda, probablemente a partir de la cuarta. Su tiempo en las 40 yardas de 4.91 es muy malo comparado con el 4.47 de Jadeveon Clowney, quien sí saldrá en las primeras tres selecciones, juega en su posición y atiende a mucha menos prensa.
Si Sam llega a un vestidor de la NFL en el otoño será el primer jugador abiertamente gay en la Liga, dará decenas de entrevistas y firmará jugosos contratos con marcas como Nike, que no le temen a ese tipo de patrocinios y por el contrario saben que cuentan con muchos clientes dentro de la comunidad homosexual.
Sam pide que le pregunten sobre futbol Americano y no sobre su decisión, pero de no ser por ella nadie le preguntaría nada. Otro caso claro es el de Jason Collins, el primer jugador en activo dentro de la NBA en ver acción dentro de la duela después de su declaración.
Su jersey, con el número 98 debutó en la tienda de la NBA como un éxito de ventas. Collins firmó un contrato de 10 días para apoyar a un equipo de Brooklyn que necesita un jugador que le de descanso a sus titulares, que de faltas al centro rival y por ahí defienda de forma decente.
Existen decenas de esos en la Liga. Pero lo de Collins no es nuevo, en febrero de 2007 John Amaechi también se declaró homosexual, la diferencia es que ya no estaba activo en la NBA y aunque parece poco lejano vivió otros tiempos, en los que no era rentable salir del clóset