IRAK (AGENCIALAVOZ).- Mosul fue un de los “lugares de implantación del cristianismo y
que es la primera vez en 2000 años en que ya no hay fieles allí”.
Les dieron la oportunidad de convertirse, pagar la jizya, abandonar
la ciudad o morir. En los puestos de control, los terroristas del ISIS
les han robado el dinero y hasta los crucifijos. Unos pocos, para
proteger a sus familias y mantener sus propiedades, se han convertido a
la fe musulmana.
Los terroristas del ISIS lanzaron a los cristianos que todavía
permanecían en Mosul una oferta que no podían rechazar: conversión,
exilio, pago del impuesto por protección (jizya) o muerte.
Sin embargo, la opción de la jizya pronto pareció excesivamente generosa por lo que fue eliminada esta posibilidad.
El pasado viernes finalizó el plazo para la expulsión, los cristianos
abandonaron sus hogares en dirección a ninguna parte. En los controles
fueron amenazados, humillados y desvalijados del dinero que portaban,
incluso los crucifijos les fueron arrebatados.
Más de 1.500 familias ocuparon las carreteras en hileras
interminables, sin esperanza, como los judíos iraquíes en 1950. La
serpenteante muchedumbre recordaba a los cristianos armenios y asirios
obligados por los turcos a caminar por los desiertos sin descanso ni
alimentos. Entonces, comenzaba el siglo XX, fueron exterminados
2.000.000 de cristianos en el nombre de Alá.
Unos pocos cristianos se han convertido en Mosul al islam. Ya tienen
la correspondiente documentación que acredita su condición islámica y
allí permanecen. Han salvado sus bienes, por el momento, pero deberán
acudir diariamente a la mezquita y estarán durante mucho tiempo en
“observación”, vigilados y bajo sospecha.
En Francia se han movilizado para denunciar la situación de los cristianos de Mosul.
El domingo, según recoge el diario Le Monde, se dieron cita frente a
Notre Dame, cientos (miles, según los organizadores) de personas para
manifestar su apoyo a la comunidad cristiana de Oriente frente a los
yihadistas.
“Políticos, religiosos y creyentes” acudieron a la cita.
Personalidades de los dos partidos mayoritarios como Rachida Dati,
Philippe Kaltenbach; el gran rabino de París, Olivier Kaufmann; fieles y
representantes de la comunidad asirio-caldea.
“Muchos llevaban pancartas con la letra ‘n’árabe, que significa
‘nazareno’, y que se ha pintado sobre las casas de los cristianos de
Mósul desde que Isis ha tomado el control de la localidad”, explica Le
Monde.
El diario dedica también hoy un editorial para alertar sobre “el
trágico éxodo de los cristianos del mundo árabe”. Relata que Mosul fue
un de los “lugares de implantación del cristianismo y que es la primera
vez en 2000 años en que ya no hay fieles allí”. Denuncia “la impotencia”
de la Unión Europea en un Oriente Próximo en plena regresión
político-cultural.