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| No pienses que el amar a
una persona significa que ella estará dispuesta para hacer lo que te
venga en gana. El amor verdadero no hace nada indebido, no avergüenza,
no humilla, no ofende, sino cuida, honra, protege a la otra persona |
Por:
Ps Jose Linares Ceron
En primer lugar, quien ama no hace daño a su prójimo, sabe respetar y
valorar la dignidad humana sin violencia. Tiene honor en sus
compromisos; su palabra es un título de valor, es una persona valiente y
luchadora, no es cobarde menos conformistas, valora el trabajo y se
esfuerza en construir el presente y el futuro.
El amor es
sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no
se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza
de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y
cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
1 Corintios 13:4-8
El
amor es sufrido, es tan cierto, como nos duele ver las injusticias que
sufre los padres que se esfuerza para lograr un futuro familiar, para
que los hijos estudien o tengan una carrera. No falte el pan de cada
día, las injusticias laborables, la maldad, la envidia de otros.Etc. En
lo personal; las diferencias de las parejas son superables cuando el
amor fluye en medio del respeto. Si no hay respeto, eso significa que no
hay admiración, es decir; es una relación camino a la extinción.
Amar
no solo es decirlo - sino hacerlo bajo la bandera del respeto a la
dignidad humana.
El amor verdadero es benigno, bueno, lleno de
bondad y no es envidioso, pues no está enfocado a su felicidad personal,
sino a la persona que amas. No actúes como si tú fueses mejor, más
sabio, más maduro o superior en algún sentido a la persona amada.
El
amor verdadero no es jactancioso, no se envanece, ni usa sus galardones,
conocimiento, experiencia, recursos u otra cosa para imponerse sobre la
persona que ama. El amor es humilde.
No pienses que el amar a
una persona significa que ella estará dispuesta para hacer lo que te
venga en gana. El amor verdadero no hace nada indebido, no avergüenza,
no humilla, no ofende, sino cuida, honra, protege a la otra persona.
Si
no eres capaz de cuidar el corazón de la persona que dices amar,
entonces no amas a esa persona o no has conocido el amor.
El amor
no busca su propia satisfacción, felicidad, comodidad y deseo. El amor
verdadero se entrega a la otra persona para construir un presente y un
futuro. Encuentra gozo en ver que la otra persona es feliz, crece,
madura, avanza.
Si no eres capaz de permanecer en oración e intercesión
constante por la persona que amas, entonces no la amas verdaderamente.El
amor no busca su propio beneficio.
No te equivoques: si no
puedes soportar pacientemente los errores de la persona que amas, es un
serio problema. Si hay amor, ambos superaran sus diferencias, eso se
logra conversando. El amor verdadero no se irrita, no pierde la
paciencia
El amor verdadero no guarda rencor.
La mejor traducción
es que el amor no guarda un registro de las ofensas recibidas, sino que
perdona completamente. Perdona porque ama y ama aunque no encuentre
respuesta. El amor verdadero se goza en la verdad, no en la maldad e
injusticia.
El amor verdadero confía. No hay confianza sin
conocimiento ni comunicación. ¿Amas a una persona? Entonces confiaras en
esa persona, te embarcaras en el proceso de conocerla profundamente. El
amor verdadero confía, cree y se expresa.
Mi opinión final
Para que el amor brille con luz propia, ambos deben vivir el evangelio
de Cristo en sus vidas, optar por un incrédulo es el camino al fracaso
total, es decir; solo traerás dolor a tu vida, tarde o temprano. El
amor verdadero no se basa en las emociones, sino en el cimiento estable
de un carácter transformado por la palabra de Dios y el suministro
constante de poder del Espíritu Santo en la vida de un creyente que
busca conformarse a la imagen del Señor Jesucristo. ¿Amas a una persona?
Si es verdadero es porque eres un creyente maduro que ama a Dios y
busca bendecir a la persona amada, darlo todo por ella y juntos servir,
adorar y bendecir al Señor. Recuerda,
el verdadero amor echa fuera el
temor, la desconfianza, la duda y la incredulidad.