SANTIAGO.-(AGENCIALAVOZ) La presidenta chilena, Michelle Bachelet, firmó y envió al Congreso el
proyecto de ley que despenaliza el aborto en Chile, cumpliendo el
compromiso asumido ante el Poder Legislativo el 21 de mayo de 2014. Se
trata de la despenalización del asesinato de los niños no nacidos en
tres casos: riesgo para la vida de la madre, inviabilidad fetal y
violación. «Se trata de una situación difícil que debemos enfrentar como
país maduro», afirmó Bachelet desde el Palacio de La Moneda, sede de la
presidencia de Chile.
«La normativa vigente no responde al trato digno que el Estado debe
otorgar a sus ciudadanas», agregó la presidenta, quien además explicó
que c
on
la nueva ley las mujeres «podrán decidir estando informadas sobre el
aborto, y estamos brindando el apoyo a las mujeres en momentos muy
dolorosos».
Dice que ama la vida mientras permite eliminarla
«
Amamos la vida y nadie quisiera interrumpir, pero
cuando está en riesgo la vida de la madre, o cuando la vida que se gesta
es inviable o fruto de la violencia sexual hay que tomar una decisión, y
no podemos evitarlo obligando a las mujeres a que carguen solas con las
pesadas consecuencias de no poder decidir por causas de una ley»,
subrayó.
La mandataria insistió en las tres causas que exigen «la expresión de
libertad libre de la mujer sin la cual dicha interrupción no puede
tener lugar» y, en los casos específicos, cuando no puede tomar la
decisión o es menor de 14 años, el proyecto propone reglas especiales.
La mandataria hizo énfasis en «no es tolerable que se castigue con
prisión privativa de libertad aquellas mujeres que se encuentran en esta
difícil disyuntiva».
«
No nos mueve un voluntarismo, existe la dolorosa realidad de mujeres que sufren estas difíciles situaciones», reiteró.
Vuelve a hablar de despliegue de la vida humana
Bachelet insistió en que el Estado, como garante de los derechos de
las personas y del bien común, está obligado a crear las condiciones en
las cuales la decisión pueda tomarse «para
favorecer el despliegue de la vida humana en su más amplio sentido».
La normativa vigente sobre el aborto, que lo prohíbe sin excepciones,
«no responde al trato digno que el Estado de Chile debe otorgar a sus
ciudadanas en estas situaciones», indicó la presidenta chilena.
«Los hechos han demostrado que la prohibición absoluta y la
criminalización de todas forma de interrupción del embarazo no han
impedido ni impiden su práctica en condiciones de gran riesgo para la
vida y salud de las mujeres», acotó.
Sobre los embarazos producto de una violación, la mandataria
reconoció que si bien «no existen datos exactos que permitan dimensionar
la magnitud de esta situación, sabemos que existen niñas que, producto
de este vejamen, han quedado embarazadas y también sabemos que algunas
de ellas son incluso menores de 12 años».
En cuanto la interrupción por violación, el proyecto señala que la
mujer podrá decidir sobre el aborto antes de las 12 semanas de embarazo y
en caso de las que tengan 14 años de edad, antes de las 14 semanas.
En esta situación, si la mujer o niña resultó embarazada por un acto
realizado contra su voluntad, «es una agresión brutal de su dignidad.
Por ello, no podemos exigir la continuidad de su embarazo si ella no
quiere debido a su origen», enfatizó Bachelet.
Cuando se trata de menores de 14 años, «el límite general para
interrumpir el embarazo se amplía a 18 semanas, porque debemos
considerar que las niñas y adolescentes muchas veces desconocen su
estado», explicó.
El proyecto considera la posibilidad de interrupción del embarazo en
caso de que la mujer se encuentre tanto en riesgo vital o futuro, como
cuando un feto padezca malformación congénita o genética.
«Estas tres causales deben consagrarse como una legítima prestación de salud», aseguró la mandataria.
La norma legal incorpora la objeción de conciencia por parte de aquellos doctores que no quieran ejercer la práctica del aborto.
Tres diputadas de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI)
expresaron esta tarde su rechazo al proyecto presentado por Bachelet
sobre la despenalización del aborto en tres causales específicas,
inviabilidad fetal, violación y riesgo de la madre.
La legisladora María José Hoffmann lamentó que la mandataria «no haya
respetado el derecho a la vida», al señalar que, como bancada UDI, «no
vamos a permitir que aquellos abortistas se disfracen con piel de
oveja».
Dentro de la coalición oficialista, Nueva Mayoría, la Democracia
Cristiana pidió que, en la votación en el Congreso se votaran de manera
separada las causales del aborto, ante lo cual el presidente del Partido
Socialista, Osvaldo Andrade, comentó que eso «era patético».
El debate de este proyecto sobre la despenalización del aborto será
intenso en las próximas semanas, debido al gran número de legisladores
conservadores en el Congreso