Una técnica parece solventar algunos de los problemas relacionados con esta terapia
La terapia se ha empleado en ratas y sólo se conoce su eficacia a corto plazo
MADRID.- ( AGENCIA LA VOZ ) En los últimos años han sido muchos los estudios que han intentado demostrar la eficacia de la terapia celular en el tratamiento de corazones dañados por un infarto. Sin embargo, hasta el momento han sido muchos los problemas que esta técnica ha originado. Ahora una investigación parece haber encontrado un método para que el empleo de un tipo de células madre, embrionarias en lugar de adultas, sea eficaz y solvente los obstáculos detectados.
El estudio, publicado en 'Nature Biotechnology', ha probado en ratones infartados que la inyección de células madre embrionarias humanas puede dar lugar a la formación de cardiomiocitos, las células musculares del corazón. Además, estas células contribuyen a fortalecer la pared del corazón y su capacidad para bombear sangre.
Los principales problemas que hasta ahora han impedido que las células madre obtengan éxito como terapia regenerativa del corazón tras haber sufrido un infarto han sido por un lado la poca eficacia para obtener un gran número de cardiomiocitos y, posteriormente, la escasa supervivencia de esas células.
"Los pasados intentos de tratar corazones infartados con células madre han sido prometedores, pero han sido obstaculizados por estos retos", explica el doctor Chuck Murry, director del Centro de Biología Cardiovascular en el Instituto UW para la Medicina Regenerativa y de Células Madre y uno de los autores del estudio. "El método que hemos desarrollado supera estos dos problemas. Hemos conseguido que las células madre se diferencien en su gran mayoría en células musculares del corazón, y luego hemos logrado que sobrevivan y crezcan con fuerza en el corazón dañado de ratas", aclara.
Factores de crecimiento
En trabajos anteriores este equipo científico había utilizado un método, denominado shock de calor, para hacer más estables los injertos de este tipo de células y dar lugar a un mayor número de cardiomiocitos. Ahora, con una mejora de esta técnica consistente en añadir un cóctel de sustancias (proteínas y factores de crecimiento) han logrado incrementar la tasa de éxito de estos implantes. Además, los investigadores utilizaron una especie de moldes en donde colocaron las células para evitar su migración a otras zonas.
Al utilizar este método, aproximadamente el 90% de las células madre se convirtieron en células cardiacas adultas. "Calculamos que por cada célula madre embrionaria se generaron aproximadamente tres cardiomiocitos", explican los autores en el estudio.
Además, la tasa de éxito del injerto, su viabilidad en el corazón, mejoró notablemente: el 100% de las células tratadas con los factores de crecimiento mostraron su eficacia en los corazones de las ratas frente al 18% de aquellas que no recibieron este tratamiento.
Una mejora de la función
A las cuatro semanas de la inyección celular, y para evaluar el funcionamiento de los cardiomiocitos, los investigadores llevaron a cabo ecocardiografías y pruebas de imagen de resonancia magnética. De esta forma, se observó que todos los corazones que habían recibido las células madre embrionarias tratadas presentaron una pared muscular más fuerte y su capacidad para bombear también era superior.
"Hemos encontrado que los injertos no sólo sobreviven en los corazones de las ratas sino que también ayudan a mejorar la función de los corazones dañados", comenta el doctor Michael Laflamme, principal autor del estudio. "Esto es muy importante porque uno de los mayores problemas para las personas que sufren un infarto de miocardio es que el corazón no bombea igual de bien. Este tipo de tratamiento podría ayudar en este sentido".
Por otro lado, los investigadores no detectaron ningún signo de teratomas (tumor en el tejido) o algún otro elemento inapropiado en el músculo cardiaco. Uno de los principales problemas de los implantes de células madre embrionarias es precisamente ese, la formación de teratomas al poco tiempo después de su injerto en el huésped, algo que parece haberse solventado en este caso.
El siguiente paso será probar esta técnica en animales más grandes como los cerdos para, si todo sale bien, en un futuro iniciar los estudios en humanos. No obstante, señalan que pueden darse grandes diferentes en los resultados de la técnica cuando se emplee en personas ya que el sistema inmunológico de las ratas es muy distinto al nuestro y su frecuencia cardiaca (muy elevada) podría estar enmascarando una serie de problemas como las arritmias. Por estos motivos, y hasta que no demuestre su seguridad a largo plazo, habrá que esperar un tiempo considerable hasta su uso en humanos.
lunes, 27 de agosto de 2007
Las células madre embrionarias podrían reparar los corazones tras un infarto
