Por Dr James Dobson
( AGENCIALAVOZ ) No hay manera de calcular el impacto que tiene este problema en los hijos, en los cónyuges y en la propia cultura. Afortunadamente, puede ser tratado con éxito en aquellos que desean buscar ayuda. Este tema del alcoholismo, lo comenté con un panel de personas muy entendidas en el programa de radio de Enfoque a la Familia.
Entre ellos estaban el doctor Keith Simpson, médico que ha tratado este problema durante veinte años, y Jerry Butler, terapeuta matrimonial y familiar con veinticinco años de experiencia en asesoramiento. Su propio padre se suicidó durante uno de sus episodios de embriaguez. También estaban conmigo “Roberto”, un alcohólico en recuperación, y su esposa “Paulina”, quienes prefirieron que no dijéramos sus verdaderos nombres.
Yo no les pedí a estas cuatro personas un análisis detallado del alcoholismo; es muy probable que nuestros oyentes supieran ya lo serio que es. Más bien quise que nos proporcionaran sugerencias prácticas sobre cómo pueden reconocer los miembros de la familia que existe esta enfermedad, y después ayudar a sus seres amados. Las respuestas que dieron fueron muy alentadoras e iluminadoras.
Al doctor Simpson le preguntamos si hoy en día se puede tratar con éxito el alcoholismo. ¿Es una situación sin esperanza, o hay una salida para la víctima y para su familia? Ésta fue su respuesta:
“Yo me especialicé durante muchos años en el campo de la medicina interna, pero me di cuenta de que era un trabajo deprimente. Podía ayudar a mis pacientes que tenían una enfermedad crónica de los pulmones, una diabetes grave o una enfermedad del corazón, pero en realidad, todo lo que lograba con mis esfuerzos era retardar las cosas. Con el tiempo, el estado de los enfermos empeoraba y su enfermedad progresaba. Todos los días tenía que ir a la unidad de cuidados intensivos, y allí veía personas que estaban perdiendo la batalla por la vida, mientras que mis pacientes alcohólicos se ponían bien. Por eso trato ahora casi exclusivamente a los alcohólicos, y es un trabajo que me hace sentir muy satisfecho. Veo personas que llegan con problemas más horribles de lo que se pueda imaginar nadie, pero entran en un programa de recuperación, y en unos pocos meses la diferencia es como de la noche al día. De manera que el alcoholismo no sólo es tratable, sino que la comunidad médica hace mejor trabajo con este trastorno que con cualquier otro padecimiento crónico. Los alcohólicos salen de los programas de tratamiento más funcionalmente integrados, más capacitados y más eficaces que antes de ‘contagiarse’ con su enfermedad.” Ése fue el tema de toda la discusión: Hay esperanza para los alcohólicos. Sin embargo, antes de que pueda comenzar su recuperación, tienen que reconocer su problema y buscar tratamiento. Estoy seguro de que esto se aplica a su propia situación familiar. Es posible ayudar a su esposo, si él tiene el deseo.
( AGENCIALAVOZ ) No hay manera de calcular el impacto que tiene este problema en los hijos, en los cónyuges y en la propia cultura. Afortunadamente, puede ser tratado con éxito en aquellos que desean buscar ayuda. Este tema del alcoholismo, lo comenté con un panel de personas muy entendidas en el programa de radio de Enfoque a la Familia.
Entre ellos estaban el doctor Keith Simpson, médico que ha tratado este problema durante veinte años, y Jerry Butler, terapeuta matrimonial y familiar con veinticinco años de experiencia en asesoramiento. Su propio padre se suicidó durante uno de sus episodios de embriaguez. También estaban conmigo “Roberto”, un alcohólico en recuperación, y su esposa “Paulina”, quienes prefirieron que no dijéramos sus verdaderos nombres.
Yo no les pedí a estas cuatro personas un análisis detallado del alcoholismo; es muy probable que nuestros oyentes supieran ya lo serio que es. Más bien quise que nos proporcionaran sugerencias prácticas sobre cómo pueden reconocer los miembros de la familia que existe esta enfermedad, y después ayudar a sus seres amados. Las respuestas que dieron fueron muy alentadoras e iluminadoras.
Al doctor Simpson le preguntamos si hoy en día se puede tratar con éxito el alcoholismo. ¿Es una situación sin esperanza, o hay una salida para la víctima y para su familia? Ésta fue su respuesta:
“Yo me especialicé durante muchos años en el campo de la medicina interna, pero me di cuenta de que era un trabajo deprimente. Podía ayudar a mis pacientes que tenían una enfermedad crónica de los pulmones, una diabetes grave o una enfermedad del corazón, pero en realidad, todo lo que lograba con mis esfuerzos era retardar las cosas. Con el tiempo, el estado de los enfermos empeoraba y su enfermedad progresaba. Todos los días tenía que ir a la unidad de cuidados intensivos, y allí veía personas que estaban perdiendo la batalla por la vida, mientras que mis pacientes alcohólicos se ponían bien. Por eso trato ahora casi exclusivamente a los alcohólicos, y es un trabajo que me hace sentir muy satisfecho. Veo personas que llegan con problemas más horribles de lo que se pueda imaginar nadie, pero entran en un programa de recuperación, y en unos pocos meses la diferencia es como de la noche al día. De manera que el alcoholismo no sólo es tratable, sino que la comunidad médica hace mejor trabajo con este trastorno que con cualquier otro padecimiento crónico. Los alcohólicos salen de los programas de tratamiento más funcionalmente integrados, más capacitados y más eficaces que antes de ‘contagiarse’ con su enfermedad.” Ése fue el tema de toda la discusión: Hay esperanza para los alcohólicos. Sin embargo, antes de que pueda comenzar su recuperación, tienen que reconocer su problema y buscar tratamiento. Estoy seguro de que esto se aplica a su propia situación familiar. Es posible ayudar a su esposo, si él tiene el deseo.