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Maine ( AGENCIALAVOZ ) Una escuela intermedia en Maine se sumó a la lista de varias escuelas en la nación que ofrecerán a sus estudiantes desde los once años de edad contraceptivos, incluyendo las píldoras del control de nacimiento.
Después de un brote de embarazos entre muchachas de la escuela en Portland, funcionarios de educación decidieron que la solución era “ayudarlos a protegerse”. A tales efectos aprobaron que un centro de salud ofrezca en la escuela una gama completa de contraceptivos. La reacción de los padres alarmados obviamente no se hizo esperar. “No estamos educando a nuestros niños”, dijo un padre durante una reunión del comité de educación de la escuela en Portland, según CNN. “Estamos evitando realmente nuestra responsabilidad. Y eso es triste”.
Amanda Rowe, la enfermera coordinadora de la escuela de Portland, por su parte, defendió la nueva política argumentando que aunque se sientan con los estudiantes y les advierten que sostener relaciones sexuales no es una buena opción, algunos lo van a hacer de todos modos.
Aunque una gama completa de la contraceptivos estará disponible en el centro de salud - donde han estado disponibles los condones desde el año 2000 - el control de la natalidad será ofrecido a los estudiantes solamente después del asesoramiento extenso, según el miembro del comité de la escuela de Portland Roberto O’Brien. Además, el comité aprobó un plan en el cual requieren a los estudiantes conseguir el permiso de los padres para tener acceso al centro de salud de la escuela, aunque bajo la ley del estado de Maine el tratamiento es confidencial.
Michael Heath, director ejecutivo de la liga cívica cristiana de Maine, dijo por su parte, “En el mejor de los casos es una preocupación, en la peor un ultraje,” según PA. Los padres, mientras tanto, están preocupados de que por un lado se les enseñe a los niños para retrasar el sexo y luego la escuela apoye la distribución de contraceptivos. Esto es enviar un mensaje totalmente contradictorio.
Patty Devine, que supervisa las clínicas de los servicios médicos de las mujeres para el departamento de salud del condado de Erie, asegura sin embargo, que los estudios han demostrado que el conocimiento sobre la actividad sexual y uso de contraceptivos no conduce al aumento de actividad sexual. “Cuanto más alto es el nivel de la educación [del sexo], mayor es la probabilidad de que la actividad sexual se retrase,” dijo. Y según estudios, la mayoría de los niños desean aprender sobre la contracepción y la abstinencia.
Por otro lado, un estudio del Pew Forum realizado en 2005 encontró que 78 por ciento de los niños querían que las escuelas públicas enseñaran sobre control de la natalidad y 76 por ciento pensaban que en las escuelas deben enseñar a los niños a abstenerse de sexo hasta llegar al matrimonio.
Al mismo tiempo, un estudio reciente realizado por National Campaign to Prevent Teen Pregnancy [Campaña Nacional para Prevenir el Embarazo entre Adolescentes] demostró que 76 por ciento de los adolescentes piensan que los líderes religiosos deben hacer más para educarlos sobre los riesgos del sexo en la adolescencia y cerca del 47% opina que los padres influyen más en sus decisiones sobre el sexo que los amigos, líderes religiosos, hermanos, profesores, medios y educadores de sexo.
Después de un brote de embarazos entre muchachas de la escuela en Portland, funcionarios de educación decidieron que la solución era “ayudarlos a protegerse”. A tales efectos aprobaron que un centro de salud ofrezca en la escuela una gama completa de contraceptivos. La reacción de los padres alarmados obviamente no se hizo esperar. “No estamos educando a nuestros niños”, dijo un padre durante una reunión del comité de educación de la escuela en Portland, según CNN. “Estamos evitando realmente nuestra responsabilidad. Y eso es triste”.
Amanda Rowe, la enfermera coordinadora de la escuela de Portland, por su parte, defendió la nueva política argumentando que aunque se sientan con los estudiantes y les advierten que sostener relaciones sexuales no es una buena opción, algunos lo van a hacer de todos modos.
Aunque una gama completa de la contraceptivos estará disponible en el centro de salud - donde han estado disponibles los condones desde el año 2000 - el control de la natalidad será ofrecido a los estudiantes solamente después del asesoramiento extenso, según el miembro del comité de la escuela de Portland Roberto O’Brien. Además, el comité aprobó un plan en el cual requieren a los estudiantes conseguir el permiso de los padres para tener acceso al centro de salud de la escuela, aunque bajo la ley del estado de Maine el tratamiento es confidencial.
Michael Heath, director ejecutivo de la liga cívica cristiana de Maine, dijo por su parte, “En el mejor de los casos es una preocupación, en la peor un ultraje,” según PA. Los padres, mientras tanto, están preocupados de que por un lado se les enseñe a los niños para retrasar el sexo y luego la escuela apoye la distribución de contraceptivos. Esto es enviar un mensaje totalmente contradictorio.
Patty Devine, que supervisa las clínicas de los servicios médicos de las mujeres para el departamento de salud del condado de Erie, asegura sin embargo, que los estudios han demostrado que el conocimiento sobre la actividad sexual y uso de contraceptivos no conduce al aumento de actividad sexual. “Cuanto más alto es el nivel de la educación [del sexo], mayor es la probabilidad de que la actividad sexual se retrase,” dijo. Y según estudios, la mayoría de los niños desean aprender sobre la contracepción y la abstinencia.
Por otro lado, un estudio del Pew Forum realizado en 2005 encontró que 78 por ciento de los niños querían que las escuelas públicas enseñaran sobre control de la natalidad y 76 por ciento pensaban que en las escuelas deben enseñar a los niños a abstenerse de sexo hasta llegar al matrimonio.
Al mismo tiempo, un estudio reciente realizado por National Campaign to Prevent Teen Pregnancy [Campaña Nacional para Prevenir el Embarazo entre Adolescentes] demostró que 76 por ciento de los adolescentes piensan que los líderes religiosos deben hacer más para educarlos sobre los riesgos del sexo en la adolescencia y cerca del 47% opina que los padres influyen más en sus decisiones sobre el sexo que los amigos, líderes religiosos, hermanos, profesores, medios y educadores de sexo.
