martes, 2 de octubre de 2007

Grave: el 75 por ciento de los adolescentes argentinos son grandes discriminadores


Los más rechazados son los judíos, los gitanos y los inmigrantes de países limítrofes, a excepción de Brasil y Uruguay.
El 55% de los consultados rechaza la idea de tener compañeros judíos, mientras que dos tercios de la población estudiantil media se opone a estudiar con jóvenes gitanos


ARGENTINA ( AGENCIALAVOZ ) El 75% de los alumnos de las escuelas secundarias de la Argentina discrimina, según un estudio realizado por los investigadores Ana Lía Kornblit y Dan Adaszko, del Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires. El 55% de ellos rechaza la idea de tener compañeros judíos, mientras que dos tercios de la población estudiantil media se opone a estudiar con jóvenes gitanos.


Los sociólogos Kornblit y Adaszko dirigieron una encuesta a 4971 alumnos de entre 15 y 19 años de escuelas secundarias públicas de todo el país para descubrir la tolerancia hacia 12 grupos sociales distintos.


"Los jóvenes que viven en las grandes ciudades, especialmente en Buenos Aires, son menos prejuiciosos, mas tolerantes, y quienes habitan las ciudades pequeñas son mas tradicionalistas, rechazando todo lo que es diferente”, sostuvo Kornblit.
“Es sorprendente. Pensábamos que los jóvenes podrían ser más tolerantes y encontramos estos datos que son muy preocupantes y muestran que ellos reproducen lo que ocurre en su sociedad en conjunto y seguramente lo mamaron en sus familias de origen”, expresó Kornblit a . “Reproducen su ideología y rechazan a todos los que consideran distintos a ellos.

Gitanos y judíos, los más discriminados

Para 1945 dos de cada tres judíos europeos habían sido asesinados en por los nazis antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque los judíos eran las víctimas principales, más de 250.000 gitanos también resultaron víctimas del genocidio.


Para los investigadores, el rechazo a los judíos responde a los patrones de antisemitismo que todavía existen en nuestra cultura, a la que le es difícil aceptar a grupos que quieran mantener ciertos rasgos culturales, institucionales y simbólicos propios.


La socióloga Leticia Maronese expresó que muchos adolescentes gitanos sufren las burlas de sus compañeros ya que les cuesta pronunciar correctamente el castellano que se mezcla con su lengua original, el romanés.

“Estos grupos no tienen gran poder económico, salvo algunos clanes, y no han creado sus propias instituciones porque son minorías mucho más pequeñas que otras comunidades”, explicó Maronese, quien agregó que esas burlas constituyen la principal causa de abandono escolar de los gitanos.

Para Kornblit, estos preocupantes datos evidencian la reproducción de prejuicios ancestrales de larga data aunque, como explicó, la mayoría de estos chicos discriminadores no tuvieron contacto con judíos y gitanos, ambas comunidades con escasa presencia en el interior a excepción de las grandes ciudades.

"Los jóvenes que viven en las grandes ciudades, especialmente en Buenos Aires, son menos prejuiciosos, mas tolerantes, y quienes habitan las ciudades pequeñas son mas tradicionalistas, rechazando todo lo que es diferente”, sostuvo Kornblit.

Discriminación a extranjeros de países limítrofes


. El 55% de los consultados rechaza la idea de tener compañeros judíos, mientras que dos tercios de la población estudiantil media se opone a estudiar con jóvenes gitanos
Por otro lado, el trabajo arrojó que los extranjeros provenientes de países limítrofes, excepto Uruguay y Brasil, junto con los peruanos, fueron rechazados por casi la mitad de los encuestados. Kornblit explicó que los bolivianos, paraguayos y peruanos son vistos como competidores. “Es como que piensan que vienen a sacarles algo de una torta que ya es escasa", dijo.



En relación a los brasileños sostuvo que no son vistos como competidores en el mercado laboral y que son aceptados por su alegre idiosincrasia, mientras que los uruguayos son observados como los más afines a los argentinos “aunque supongo que el rechazo aumentó por el conflicto de la pastera de Botnia”.

“Pensamos que en las escuelas no se visualiza este hábito discriminador tan importante. No se habla de estas cosas porque hay un discurso oficial que los docentes adhieren pero no indagan lo que piensan sus alumnos”, afirmó Kornblit, que utilizó como ejemplo que a la Argentina se la menciona como crisol de razas pero no se ahonda en investigar cuántos inmigrantes se volvieron a sus países de origen por las dificultades que les costó la adaptación.

Para bajar este alto índice de discriminación escolar, Kornblit recomendó la importancia de trabajar más en las escuelas y aprovechar estos datos para realizar talleres para reflexionar sobre lo que implica la intolerancia.

 
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