CHINA-. ( AGENCIALAVOZ ) Un indígena panameño logró que el gobierno Chino prohibiera la utilización de un ingrediente tóxico para la elaboración de pasta dental e hizo que más de 34 países, que permitían su comercialización, revisaran sus sistemas de importaciones. Aunque no había causado víctimas por su uso, el hombre advirtió que el dentífrico era fabricado con un producto que en su país había causado más de un centenar de muertes.
Se cree que la denuncia repercutió de tal manera que salvó al mundo de un envenenamiento internacional masivo.Eduardo Arias, un panameño de 51 años que pertenece a la etnia amerindia de los Kuna, detectó que había dietilenoglicol en un dentífrico procedente de China, vendido en 34 países, y lanzó el alerta en mayo; aunque su historia trascendió este fin de semana gracias a una nota del New York Times.Arias, que se crió en una reserva y se ganó la vida como remero de canoas, vive solo en un pequeño departamento en la ciudad de Panamá y tiene un empleo de escasa responsabilidad en el gobierno local, donde revisa los reportes ambientales.Ahora reconocido por el alcalde Juan Carlos Navarro, el hombre contó: “Nunca esperé que una acción que hice durante mis vacaciones tuviera el impacto de frenar la exportación masiva de ese producto”.El dietilenoglicol es un compuesto orgánico presente en los anticongelantes, que es capaz de hacer descender la temperatura de congelación al mismo tiempo que eleva la de ebullición. Es usado en numerosos productos, desde ingrediente de los líquidos de frenos hasta en el humectante del tabaco, la tinta o la cola, pero su uso está prohibido en los productos de higiene y cuidado personal.Según se descubrió, por esta vía puede producir una intoxicación capaz de desencadenar un fallo renal y, en dosis altas o en combinación con cuadros de hipertensión o diabetes, a la muerte.El dietilenglicol era conocido por los panameños porque es el producto que se utilizó para elaborar medicinas en los laboratorios de la estatal Caja de Seguro Social y causó la muerte al menos a un centenar de panameños, en un caso que estalló en octubre de 2006, consumido en un jarabe para la tos.El alerta que se originó tras la denuncia de Arias, permitió la confiscación de las cremas dentales Excel y Mr. Cool en todos los países a los que se había exportado, desde Vietnam hasta Kenia, desde las islas Tonga en el Pacífico hasta las islas Turcas y Caicos en el caribe.Además, China prohibió en julio la utilización del ingrediente en la pasta dental y se comprometió a reformar la manera en que regula los productos alimenticios, medicinales y de consumo. Otros países involucrados en el hecho por haber permitido la importación de los dentríficos ingresaron en un proceso de reexaminar la manera en que se monitorean los contenidos de los productos que son fabricados fronteras afuera.“Se han hecho decomisos de exportaciones de pastas contaminadas con esta sustancia tóxica, me siento bien que mi acción haya contribuido a proteger la salud de las personas”, dijo Arias en el acto de reconocimiento.Arias contó que descubrió la presencia de dietilenglicol en la pasta dental sin siquiera tocar el producto, al ver una enorme publicidad en el que el ingrediente fatal se podía leer a simple vista. Nadie, a pesar de la tragedia que había provocado, se había dado cuenta. La crema dental se vendía a menos de 60 centavos de dólar."Estaba escrito en letra bien legíble, 'dietilenglicol'... me llama la atención que el producto no estaba engañando a la gente, que dice lo que contiene", expresó. Y agregó: "Como (en Panamá) estábamos con la impresión fuerte de la sustancia tóxica, 'el dietilenglicol', que envenenó a las personas, ¿cómo es posible que se siga vendiendo?".Pensó que si hablaba con los dueños del comercio no le prestarían atención, así que decidió comprar un tubo de la crema dental y la llevó a las autoridades de salud para hacer la denuncia.Los especialistas en la Universidad de Panamá confirmaron que el dentífrico contenía alrededor de un 2,5% de ese producto industrial químico.