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PERU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) El Cardenal Juan Luis Cipriani cerró el Sermón de las Tres Horas por Viernes Santo con la predicación de la sétima palabra: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu. Reflexionó sobre la importancia de la unidad familiar, fidelidad en el matrimonio y amor a los hijos. Reafirmó también su rechazo al aborto, al mismo tiempo que pidió unión a los peruanos.
La familia
El Arzobispo de Lima dijo que no se puede permitir que "pequeños grupos" pretendan diseñar una sociedad "en la que se rompen matrimonios, se rompen familias y se matan niños".
Aseveró que, como pastor de la Iglesia Católica en el Perú, tiene la obligación de recordar a las generaciones presentes que tienen el "deber" de mantener los principios sagrados de amor a la familia, fidelidad en el matrimonio y amor a los hijos.
"El matrimonio es indisoluble, la familia es la célula esencial sin la cual no hay sociedad, los hijos son de un valor infinito y no se les puede dejar por las calles", recalcó.
También reclamó a los padres de familia que participen en el proyecto educativo de sus hijos y que cada quien asuma su responsabilidad en la recuperación de la familia.
El aborto
El Primado de la Iglesia Católica en el Perú manifestó que no es posible que organizaciones que dicen ser del campo de la salud, promuevan el aborto. "¡Asesinos! hay que llamarlos por su nombre, hay que quitarles la careta; son asesinos que se pasean de un lado a otro buscando la manera de engañarnos", enfatizó.
Invocó también a los peruanos a darnos la mano y dejar de pelearnos entre nosotros. "Ser buenas personas es muy barato; ser unos sinvergüenzas es muy caro", expresó
