Por Ps.Carlos Garrido Chalèn,Poeta peruano
Tumbes-Peru-. ( AGENCIALAVOZ.COM )
Antes de ser un hombre
Yo he sido un árbol bueno
Sobre cuyas ramas creció por temporadas
La tarde con sus sombras.
En aquel entonces tenía mis propios tallos
Y mis propias raíces
Y servia de parque a los jilgueros.
Y no me molestaba cuando lo enamorados
Encorazonaban mi corteza
Para cruzar con flecha sus sueños
En los míos.
Era un árbol firme
Y nada me importaba más que ver mis frutos
Venciendo el hambre de los niños;
No recogía uvas de los espinos
Ni higos de los abrojos.
Tenía un alma vegetal infinitamente sensitiva.
Y eso lo sabían los grillos que orquestaban
Mis fiestas coloquiales.
Era yo árbol para todos. Tronco vegetal
Callado y majestuoso
Pero sobre mi savia crecieron mis viejas ilusiones
Y mis iras.
Y me elevé al infinito irrigado por el llanto
Del mismo firmamento
Y resistí estoico las ingratitudes del clima
Y sus tertulias.
Era yo un árbol con ganas de ser árbol!
Mi idioma era el idioma que hablaban en secreto los geranios
Y yo era para ellos como un hermano grande
Rodeado de eucaliptos y gardenias.
No sé si he sido un roble o acaso un guayacán de verdes hojas.
Solo sé que cuando yo era un árbol
Servía de sombrilla a las calandrias.
Y a veces sentía ganas de levantar mis raíces
Y echarme a volar con las gaviotas
Y como era silvestre me atraía la magia de los campos
Y me gustaba compartir mis soledades con la tarde.
No me van a creer, pero yo, antes de convertirme en transeúnte
- siendo un árbol silente y majestuoso –
Tenía el corazón de un ser humano.
Tumbes-Peru-. ( AGENCIALAVOZ.COM )
Antes de ser un hombre
Yo he sido un árbol bueno
Sobre cuyas ramas creció por temporadas
La tarde con sus sombras.
En aquel entonces tenía mis propios tallos
Y mis propias raíces
Y servia de parque a los jilgueros.
Y no me molestaba cuando lo enamorados
Encorazonaban mi corteza
Para cruzar con flecha sus sueños
En los míos.
Era un árbol firme
Y nada me importaba más que ver mis frutos
Venciendo el hambre de los niños;
No recogía uvas de los espinos
Ni higos de los abrojos.
Tenía un alma vegetal infinitamente sensitiva.
Y eso lo sabían los grillos que orquestaban
Mis fiestas coloquiales.
Era yo árbol para todos. Tronco vegetal
Callado y majestuoso
Pero sobre mi savia crecieron mis viejas ilusiones
Y mis iras.
Y me elevé al infinito irrigado por el llanto
Del mismo firmamento
Y resistí estoico las ingratitudes del clima
Y sus tertulias.
Era yo un árbol con ganas de ser árbol!
Mi idioma era el idioma que hablaban en secreto los geranios
Y yo era para ellos como un hermano grande
Rodeado de eucaliptos y gardenias.
No sé si he sido un roble o acaso un guayacán de verdes hojas.
Solo sé que cuando yo era un árbol
Servía de sombrilla a las calandrias.
Y a veces sentía ganas de levantar mis raíces
Y echarme a volar con las gaviotas
Y como era silvestre me atraía la magia de los campos
Y me gustaba compartir mis soledades con la tarde.
No me van a creer, pero yo, antes de convertirme en transeúnte
- siendo un árbol silente y majestuoso –
Tenía el corazón de un ser humano.