ARGELIA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) La persecución en Argelia en contra de los cristianos, especialmente los evangélicos, ha sufrido una escalada de intensidad, tanto en medios de comunicación afines al Gobierno como en el endurecimiento de las leyes que persiguen a todo aquel cuya actividad pueda suponer de alguna forma que un musulmán abandone su fe y abrace el cristianismo.
El Presidente del Alto Consejo Islámico de Argelia (HCI, por sus siglas en inglés), Cheikh Bouamrane, denunció en Argel, a través de la radio nacional, que el fenómeno del “proselitismo evangélico” se ha vuelto más visible desde hace algún tiempo en Argelia. Además, este alto cargo acusó a los evangélicos de "aprovecharse" de la miseria social de los individuos para convertirlos y que las nuevas conversiones a esta corriente evangélica no son por "convicción", sino por interés, para poder irse al extranjero de forma legal. Todo esto ha hecho que se cuestione la falta de libertad religiosa y se denuncie la intolerancia religiosa en Argelia, especialmente a raíz de la promulgación de una ley que no permite la construcción de lugares de culto sin la autorización previa y personal del Ministro de Asuntos Religiosos. Pero el ministro se defiende diciendo que también en Occidente las fuerzas de seguridad vigilan estrechamente a las minorías musulmanas por la sospecha de que pertenezcan a grupos terroristas, con lo que equipara al terrorismo con las actividades de los cristianos. La Iglesia católica, aunque sufre y denuncia la misma persecución, también se suma a las críticas contra los evangélicos, por que según ellos, se ven afectados colateralmente por esta persecución contra el proselitismo por culpa de los protestantes.
LÍMITES A LA LIBERTAD RELIGIOSA
En su último informe anual Open Doors sitúa a Argelia en el puesto número 31 entre los países donde hay obstáculos a la libertad religiosa para los cristianos, pero advierte que en el último año la situación ha empeorado. En Argelia se aprobó recientemente una ley que prohíbe las actividades para convertir a musulmanes a otra religión, y concede al gobierno la facultad de regular cada aspecto de la práctica cristiana limitándolas a la intimidad y dentro de locales y actividades controlados. Las fuentes locales confirman que la situación dentro de Argelia ha empeorado claramente durante el último año. Además, las autoridades están intentando aislar a los cristianos no concediéndoles visados. Hay numerosas denuncias de persecución religiosa que llegan al viejo continente por parte de cristianos que se encuentran maltratados y juzgados de forma injusta por las autoridades de la ex colonia francesa. Desde el mes de enero ya han pasado muchos cristianos por los tribunales. Uno de los últimos casos tiene que ver con tres personas que han sido juzgadas sin estar presentes en el tribunal y el juez les ha impuesto una pena de dos años de cárcel y 5.000 euros de multa.
PERSECUCIÓN EN AUMENTO
Como adelantamos, en 2006 se aprobó en Argelia una ley que prohibía la evangelización pública y abierta en las calles para restringir la conversión de los musulmanes al evangelio. La zona de conflicto se sitúa en la zona montañosa de Cabilia dónde conviven árabes y bereberes que hasta ahora habían recibido a cristianos evangélicos desde la tolerancia y la apertura. Sin embargo, la tendencia del Gobierno actual es endurecer las restricciones a los evangélicos. Los líderes islamistas del país están ejerciendo una gran presión para que se actúe contra los cristianos que hasta ahora se estaban multiplicando de forma imparable en la región. Los grupos islamistas usan todos los métodos a su alcance para frenar este despertar del cristianismo en un país que se define musulmán. Gran parte de los medios de comunicación han puesto todo su ímpetu en movilizar la opinión pública contra los cristianos y los “lobbys” musulmanes aprietan al gobierno de Abdelaziz Bouteflika.
REACCIONES CONTRA LA INTOLERANCIA
No toda la prensa se ha apuntado a esta cruzada antievangélica. Algunos medios partidarios de la libertad y la tolerancia se mostraron críticos con las autoridades religiosas, haciendo afirmación como que en vez de preocuparse por una supuesta escalada del cristianismo, sería mejor preocuparse por el ascenso del islamismo radical salafista.