sábado, 8 de marzo de 2008

Presidentes de Colombia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua pasaron de los insultos a los abrazos


SANTO DOMINGO-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Álvaro Uribe se comprometió a respetar el territorio de Ecuador y retiró la denuncia contra Hugo Chávez. Con Nicaragua también hubo compromiso de retirar las corbetas en el área en litigio.


Una llamada de atención de la presidenta argentina, Cristina Kirchner, en tono jocoso, sobre la forma como los hombres manejan la política fue lo que finalmente distensionó el ambiente en la Cumbre de Río para darle paso a una cadena de abrazos y disculpas, que dejaron atrás los insultos.
Quería además decir que siempre nos han acusado a las mujeres de que se nos vuela el pajarito, que tenemos cierto grado de histerismo cuando tenemos algunas situaciones. Quiero decirles que algunas escenas que por allí tocan ver, nos convierten a las mujeres, tal vez, en las personas más racionales", dijo la mandataria, justo un día antes de la celebración del Día Internacional de la Mujer.
Y luego, pidió a sus colegas darle más importancia a los argumentos que a los adjetivos, "y no actuar con actitudes que a veces nos adjudican a la mujeres".Su reclamo se produjo después de que los presidentes de Colombia y Ecuador, Álvaro Uribe y Rafael Correa, habían protagonizado un enconado contrapunteo."Queridos dominicanos, tengan mucho cuidado. Si el presidente Uribe cree que hay otro 'Raúl Reyes' en Santo Domingo, viene y los bombardea", le había dicho Correa a Uribe."Llegaremos a capturarlo con la coordinación del gobierno dominicano y a través de su policía", le respondió Uribe. "¡Cálmese, cálmese!", le insistió Correa. "A mí no me aplique el cinismo que tienen los nostálgicos del comunismo", remató Uribe.Pero la broma de Cristina Kirchner cambió todo. Lo que vino enseguida fue una sorpresiva salva de aplausos, con más manos de hombres que de mujeres, y una explosión de risa colectiva que cambió el ambiente.A partir de entonces, la reunión que había estado marcada por las sátiras y los insultos, y las posiciones renuentes de dos bandos muy definidos, los mandatarios comenzaron a utilizar palabras más positivas. Casi gratas.El presidente de México, Felipe Calderón, también contribuyó mucho a limar las asperezas. Se refirió con igual consideración a Uribe y Chávez.Por ejemplo, Uribe pronunció la palabra "perdón", en tres oportunidades, para excusarse de la operación que permitió abatir a 'Raúl Reyes' en Ecuador.También sorprendió el tono del discurso del presidente Hugo Chávez, a quien Uribe había anunciado que denunciaría ante la Corte Penal Internacional, por el supuesto delito de financiar y patrocinar grupos terroristas, refiriéndose a su supuesto apoyo a las Farc."Paremos esto", dijo Chávez, para evidenciar su decisión de no continuar las hostilidades con Colombia.Uribe, quien no fue a la cena del jueves en la noche con sus colegas latinoamericanos, no quiso posar en la foto oficial del evento, rehusó a encuentros privados con Chávez y Correa y rechazó una comisión para buscar un acuerdo humanitario y unas negociaciones de paz con las Farc, se relajó un poco más.El presidente Daniel Ortega, de Nicaragua, quien rompió relaciones con Colombia el pasado jueves, en solidaridad con Ecuador, también fue moderado.

Fernández, el árbitro
Cuando habían transcurrido casi seis horas de tensiones, en una sesión que ni siquiera permitió a los mandatarios del continente almorzar, el anfitrión Leonel Fernández se salió con la suya. Propuso que después de haber evidenciado una baja sustancial de la agresividad, Uribe y Chávez se dieran un abrazo.
Cuando se escuchó la proposición, todos los mandatarios se pusieron de pie para saludar la iniciativa. Nadie lo creía. Ni el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien había dicho que intentar una aproximación de las partes era "un error".
Uribe fue a saludar de mano a sus adversarios. Y la que comenzó como la reunión más difícil en la historia del Grupo de Río, se convirtió en la más histórica.
Uribe fue hasta el lugar donde se encontraba Correa y estrechó su mano. Parecía agitado, pero sonriente. Correa permaneció serio. Luego se fue hacia el puesto de Chávez le hizo un gesto con la mano como invitándolo al encuentro y se saludaron. Y finalmente, abordó a su tercer contradictor, el presidente nicaragüense.
La reunión terminó con anuncios inesperados. Ortega se arrepintió de haber roto relaciones con Colombia y Uribe de demandar a Chávez ante la Corte Penal Internacional.
En la sala se escuchó un murmullo: "Entonces ya no habrá guerra".La estratégica defensa del Presidente en Santo Domingo
Antes de superar la crisis con Ecuador, Venezuela y Nicaragua, el presidente Álvaro Uribe había utilizado como estrategia de defensa una serie de cartas encontradas en el computador de 'Raúl Reyes' con las que pidió una investigación sobre posibles nexos de las Farc con funcionarios del gobierno ecuatoriano.Si bien esas cartas le sirvieron para equiparar las cargas frente a los reclamos de los tres presidentes que en la última semana lo atacaron desde diferentes flancos, al culminar la Cumbre de Río se podría decir que, por ahora, quedan en el olvido.Una de las cartas, quizás la que llamó más la atención en el auditorio y en las agencias de noticias, fue una en la que 'Reyes' le ha habla a 'Manuel Marulanda' de una supuesta ayuda electoral para Correa, cuando este aspiraba a la presidencia del vecino país.Una segunda carta habla deque 'Reyes' habría recibido la visita del Ministro de la Seguridad ecuatoriano y la tercera de que Correa estaba interesado en reunirse con 'Marulanda' en las selvas colombianas, acompañado del presidente venezolano, Hugo Chávez.Uribe, antes de los abrazos y las disculpas, dijo que entregaría estos documentos a Correa para que él iniciara una investigación en su país y también las ofreció para una Corte Internacional.Tras los abrazos, Correa dijo que estos documentos se los entregaría a los partidos de oposición en su país para que estos los evaluarán. Uribe, sin prevenciones, le respondió que él podía disponer de estos mensajes como quisiera.Utilidad del discursoOtra táctica de defensa que utilizó el presidente Uribe fue recordar que él fue el presidente más ofendido durante la semana que duró esta crisis internacional.Al presidente Correa le recordó que no fueron nada amables sus declaraciones en Managua (Nicaragua), en las que dijo que había que bombardear la Casa de Nariño, "porque ahí se encontraba un paramilitar". Correa, quien durante casi toda la conferencia estuvo inflexible, asintió con su cabeza, en un gesto de aceptación.Y a Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, le dijo que desde el pasado 13 de diciembre, cuando se produjo el primer fallo de la Corte Internacional de La Haya, él no ha respondido a cada una de las agresiones expresadas por el país centroamericano.Esto, le permitió a Uribe proyectar la imagen de que no era el único ofendido en el auditorio y que por lo tanto, también tenía derecho a exigir respeto.Mas cooperaciónSobre la operación para dar de baja al guerrillero 'Reyes', que desató esta crisis el pasado fin de semana, Uribe utilizó argumentos que en su momento provocaron varios gestos de inconformidad en Correa, su principal contraparte.Dijo que no había notificado de esta operación a su colega ecuatoriano, porque en los últimos cuatro años se han presentado 40 ataques de las Farc contra las Fuerzas Armadas de Colombia, desde territorio ecuatoriano.Incluso, ante una pregunta del presidente Correa sobre la posibilidad de adelantar una operación similar en República Dominicana, Uribe aseguró que adelantaría una operación antiterrorista en dicho territorio, pero con la cooperación del gobierno y la policía de este país caribeño."Nosotros cooperamos con quienes quieren cooperar", dijo Uribe, en uno de los momentos más tensos de la reunión y luego remató con el argumento de que los policías que dieron de baja a 'Reyes' estaban dispuestos a esperar en el campamento a sus pares ecuatorianos, pero al recibir información de que iban a ser atacados, decidieron dejar el lugar.Todos estas acusaciones, por supuesto, ahora quedan atrás. Pero en el momento crucial de la reunión en Santo Domingo, le sirvieron al Presidente para 'desarmar' la animadversión en su contra. Hoy, después de la distensión que propusieron los presidentes de México, Argentina y Venezuela, se podría decir que, por el momento, hay que dejarlos en el congelador.

Así moderó el discurso Uribe
"Cuando leo esas cartas, no puedo negar que veo una presunta complicidad del ministro de Ecuador (Larrea) con esos bandidos"."Recuerdo hoy los discursos del entonces candidato Rafael Correa, atenuando la conducta de las Farc, como hace 20 días"."Yo acepto lo que usted dice. Lo mismo con el presidente Correa, aceptándole todas las reservas, con el compromiso de un diálogo"."Yo no soy hombre de odios. He tenido una comunicación fluida con Chávez. Él sabe que yo de corazón tuve calidez y amistad con él".
"Ponga a directivos del Grupo de Río a que miren el sitio, para controlar el narcotráfico sin que Nicaragua se sienta amenazada".

 
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