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Texas.-( AGENCIALAVOZ.COM ) Jose Merced, un sacerdote de Santería quien perdió el caso ante la corte por sacrificar animales en su residencia en Euless, apela la decisión de la corte afirmando que esto atenta contra su derecho de practicar libremente su religión.
Para ejercer libremente su religión Jose Merced afirma que necesita sacrificar animales, ya que esto hace parte de las creencias de la santería, una religión que tiene sus orígenes en la tribu Yoruba del África y que llegó a Cuba y Brasil cuando los esclavos fueron trasladados para trabajar en las plantaciones de azúcar.
Los Yoruba pronto fueron llamados los “Lucumi”, debido a su saludo “oluku mi”, “mi amigo”. Y en sus esfuerzos de esconder su religión africana y sus prácticas mágicas, los lucumís identificaron sus deidades africanas (orishas) con los santos de la Iglesia Católica Romana, dando como resultado la Santería.
Los santeros tomaron la figura de los santos más populares en Cuba pero para ellos ya no representa al santo sino a un orisha lucumí, dioses creados por Olodumare para manifestar su voluntad y su esencia en la creación. Y según Merced, es un rito de su religión sacrificar animales a estos dioses para recibir sus favores y beneficios.
Primeramente Merced buscó un permiso de la ciudad para sacrificar cabras como parte de una ceremonia religiosa, pero este permiso le fue negado por los funcionarios, quienes alegaron en corte que las ordenanzas de saneamiento local prohíben el sacrificio de cierta clase de animales dentro de los perímetros urbanos de la ciudad.
El juez federal de distrito John McBryde dijo que Euless tiene derecho de aplicar sus leyes de salud pública en su jurisdicción, pero que nada detiene a Merced de hacer su rito en un lugar que lo permita, por lo tanto sus derechos no han sido violados.
De igual modo Merced se encuentra apelando en la corte para continuar el sacrificio de animales desde su residencia y espera tener la misma suerte con la que contó la Iglesia del Sí de Lukumi Babalu en Hialeah, Florida. En el año 1993, el Tribunal Supremo votó a favor de la iglesia, permitiéndoles el sacrificio de animales como parte de rituales de la santería.
