viernes, 6 de junio de 2008

Aplauden a Dios en Cuba.


CUBA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Una nutrida y entusiasta representación de cristianos, en su mayoría pertenecientes a iglesias de corte Pentecostal -se considera actualmente que en Cuba el 80 por ciento de la población evangélica es carismática o Pentecostal- asistió al culto ecuménico de celebración por el 67 aniversario de la fundación del Consejo de Iglesias de Cuba, realizada en la noche de este miércoles 28 de mayo, en la Catedral Episcopal de la Santísima Trinidad.


Participaron solo unos pocos representantes del llamado “protestantismo histórico” y algunos laicos católicos a título personal, además de un representante de la Liga Islámica de Cuba.
El nuevo presidente del Consejo de Iglesias de Cuba -que agrupa a unas 26 iglesias, 12 movimientos e instituciones ecuménicas y 8 asociados fraternales-, el pastor Marcial Miguel Hernández, ministro de la Iglesia Evangélica Libre, de corte Pentecostal, agradeció a nombre de la nueva directiva del CIC, “la presencia de todos los que están aquí esta noche. En especial al Rey de Reyes, al Señor, Señor, que esta en nuestro medio”.


“Quiero que se le de un saludo con un aplauso a Dios, puestos todos de pie”, pidió, a lo que respondieron los presentes con entusiasmo y cerrada ovación. “´Él se lo merece. Él nos ha dado la vida. (…) Él nos ha dado esta oportunidad…”, enfatizaba el pastor Marcial. Agradeció la presencia de una representación de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Sonia Garcia, y a la jefa del departamento del Registro de Asociaciones -donde están inscritas las asociaciones religiosas- del Ministerio de Justicia.
“Esta noche -dijo- sólo les pido una cosa, disfruten la presencia del Señor. Díganle al que está al lado: Son 67 años, pero vienen muchos más de parte de Dios. Prepárate para las grandes cosas que hará Jehová por nosotros. Dios les bendiga, es mi deseo, a todos”.


“Dios te bendiga, hermano”, cantó un coro, y un grupo “Generación con propósito”, conformado por jóvenes que vestían camisas rojas, interpretó un rap: “Dios esta aquí…Dios existe…” “Perdóname Señor si alguna vez te hemos fallado…”, se escuchó.
La intervención principal estuvo a cargo del Ministro de la Iglesia Episcopal de Cuba, recién designado por la Junta Directiva del CIC, Secretario del Consejo, Rev. Pablo Aden Marichal, quien además es Diputado Nacional a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba. El Reverendo Marichal anuncio “con gran alegría” la realización de una nueva “Celebración Evangélica Cubana”, para el verano del 2009, al conmemorarse 10 años de la anterior (junio de 1999). “Una celebración que será diferente en su forma, pero que será igual o mejor (…) en la alegría que produjo en toda la cristiandad cubana, y que hizo posible un aporte muy positivo al sentimiento de unidad no solo entre las iglesias, sino en todo el pueblo cubano”.


Insistió Marichal en que la misión del ecumenismo “es evangelizar. Para una política y estrategia de evangelización. No para tener una institución. Una institución no le hace falta a Dios para hacer su trabajo. Nosotros no somos los que evangelizamos, sino Dios (…) Nosotros somos sus siervos. Nosotros no convertimos a nadie. Es Dios quien convierte”, reiteró.
“Necesitamos tejer los sueños ecuménicos y debemos tejerlos hasta que llegue el Reino (…) El entramado ecuménico se teje -subrayó- con voluntad moral y espiritual, pero también con voluntad cultural. Con voluntad social y comunitaria”.


Advirtió que “ser discriminado no es malo, lo malo es ser discriminador. ¿Cómo un cristiano puede discriminar y luego exigir no ser discriminado? ¿Dónde esta la moral? ¿Dónde esta la ética?”, interrogó. Advirtió que en ocasiones, al recibir a alguien en el movimiento ecuménico y preguntársele en qué cree y cómo cree, las instituciones les separan “porque no se parece a mi. Éste no (…) El otro porque es mi amigo, y comenzamos a discriminar. El verdadero ecumenista no discrimina”, puntualizó.
Subrayó que “para entrar en el templo del ecumenismo hay que dejar fuera los atavíos del prejuicio y de la discriminación. (…) revestirse con el ropaje de la aceptación y de la justicia, que no digo de tolerancia, porque la tolerancia es una mala palabra, ya que se tolera desde el poder o toleran los que se creen mejores que otros. Y Jesús nos ha llamado a ser servidores y no considerarnos mejores que otros”. El texto evangélico “nos llama a la aceptación plena de todos los hijos e hijas sin discriminaciones, ni eufemismos. (…) como Jesús nos enseñó”.


Terminó exhortando “a todos a que Dios nos bendiga. Que nos haga caminar como adultos. (…) Que nos preparemos para todas las bendiciones que vienen sobre el pueblo evangélico y sobre todo el pueblo cristiano y cubano en estos momentos.
La bendición final estuvo a cargo de la primera mujer cubana ordenada Obispo por la Iglesia Episcopal de la Isla, Nerva Cott, quien pidió por que “en esta bienaventurada manifestación de la unidad en la diversidad, en la que Dios nos ha acompañado durante estos 67 años de unidad y de ecumenismo, descienda la bendición amorosa de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo”. Luego, el grupo musical “Agua Viva” interpreto “Voy por el mundo con esperanza viva”.


El Rev. Raul Suárez, pastor de la Fraternidad Bautista de Cuba, coordinador del área de relacionamiento del Consejo -encargada de las relaciones con el Estado y con las instituciones religiosas, miembros o no del CIC-,y Diputado Nacional a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, expresó: “tenemos que ir caminando para consolidar una familia. Estamos en un proceso de transición. Hay que eliminar muchas heridas.”

 
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