ROMA.-( AGENCIALAVOZ.COM ) La crisis alimentaria mundial, que a partir de este martes analizarán en Roma líderes de todo el planeta, es abordada por Latinoamérica con medidas que van desde la eliminación de aranceles a las importaciones de granos hasta la prohibición de exportar productos como soja, trigo o arroz.
En ese sentido, las acciones de los países latinoamericanos, que son grandes productores de materias primas agrícolas, se centran en tres puntos: subsidios al campo y rebaja de los aranceles al sector, fomento a la productividad acompañada de una reserva de productos y restricciones a las exportaciones de granos.
Según datos del Banco Mundial, citados por las ONG, los precios mundiales han subido un 83% en los últimos tres años y esta situación ha llevado a la pobreza a más de 100 millones de personas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha advertido de que el incremento de los precios de los alimentos, si no se trata de manera adecuada, puede provocar en cascada otras crisis con efectos negativos sobre el crecimiento económico, el progreso social e incluso la seguridad política en el mundo.
Algunas medidas
República Dominicana y Haití establecieron políticas de subsidios a los productos de mayor consumo, como arroz, leche, pollo, huevos y habichuelas, al tiempo que adoptaron medidas para fomentar la productividad del campo y la creación de una reserva de granos.
En países como Brasil, Ecuador y Bolivia, las medidas están orientadas a restringir la exportación de algunos productos.
Argentina no ha adoptado medidas relacionadas con la crisis alimentaria mundial porque, pese al conflicto entre el Gobierno y los productores agrícolas, el país es uno de los graneros del mundo, aunque Brasil denunció que le suspendieron las ventas de trigo.
Impacto devastador sobre los pobres
Ban Ki-moon, que ya está en Roma para participar en la Cumbre sobre seguridad alimentaria que se abrirá este martes, organizada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ha señalado que el aumento de los precios de los productos alimentarios está teniendo un "impacto devastador sobre los más pobres entre los pobres", agregó.
Los gobiernos han dejado de lado "decisiones difíciles y subestimado la necesidad de invertir en agricultura", dijo Ban, quien agregó que hoy se está "pagando el precio" de esa actitud.
Durante años, la reducción de los precios de los productos alimentarios y el aumento de la producción dieron "al mundo una tranquilidad ilusoria".
El responsable de la ONU recordó que ha creado un grupo de trabajo global sobre la crisis de los alimentos para potenciar los esfuerzos para resolverla y esperó que éste promueva "una respuesta única" a dicho desafío.
Según datos del Banco Mundial, citados por las ONG, los precios mundiales han subido un 83% en los últimos tres años y esta situación ha llevado a la pobreza a más de 100 millones de personas.
En este sentido indicó que dicha iniciativa está dirigida tanto a las necesidades inmediatas de las personas que pasan hambre como a las acciones necesarias a corto, medio y largo plazo para garantizar la seguridad alimentaria.
El papel de las ONG
Un grupo de 31 ONG de todo el mundo pidieron el lunes a la Comisión Europea (CE) y a los jefes de Estado y Gobierno de la UE que retiren su apoyo al fomento de los biocarburantes con el fin de "paliar la actual crisis" por la falta de oferta y el encarecimiento de los alimentos.
Las ONG han firmado una carta dirigida a la CE y a los líderes europeos, en la víspera de la Cumbre de la FAO. Las organizaciones no gubernamentales que suscriben la misiva solicitan que la UE "abandone" su objetivo de que en 2020 un 10% del consumo de carburante en el transporte sea biocombustible.
Firman la carta organizaciones ecologistas o dedicadas a la cooperación, como Oxfam, Amigos de la Tierra o KoBra (cooperación brasileña), entre otras.
Las ONG advierten al Ejecutivo comunitario y a los líderes de la UE sobre el alza de los precios de los alimentos en los últimos años y muestran su "preocupación" por el impacto que el impulso a los biocarburantes y la mayor demanda de materia prima con este fin han tenido en la carestía alimentaria.