México -. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Para los evangélicos, el incrementar las penas para castigar delitos que se han puesto de moda, como el secuestro y en general la delincuencia organizada, es una buena medida para inhibir la comisión de dichos delitos.
Lo anterior, porque las nuevas generaciones están aprendiendo a vivir con escenarios de retenes y al protagonismo social de las fuerzas se seguridad.
Por ello, enfatizó que el incremento de las penas, aún hasta llegar a la aprobación de la pena de muerte, que se ha convertido en el reclamo de un sector cada vez más amplio de la opinión pública, no deja de ser sintomático y revelador, ya que es evidencia de las serias limitaciones o franca incapacidad de la sociedad mediante sus instituciones de investigación de la criminalidad y de la procuración de justicia para hacer prevalecer el orden y la legalidad.
Ante lo cual añadió que la AMEV está realmente preocupada por la proliferación de la criminalidad que ha llegado a penetra el tejido social al grado de hacer que nos acostumbremos a la extorsión, al chantaje, al cohecho y a la impunidad como estilos de vida.
Sin embargo, consideró que hace falta mucho más que sólo elevar las penas con que se castigue ese tipo de crímenes, ya que es necesario también que los padres de familia y la sociedad en su conjunto hagan un esfuerzo mayor y nos comprometamos mediante la participación de los padres de familia en la integración de comités escolares de prevención del delito, para lo cual las autoridades también deben participar evitando que pase lo que amenaza con convertirse en un cáncer social.
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