Los Hijos nunca jamás dejan de serlo.

Argentina .- (AGENCIALAVOZ.COM) El Pastor Mottessi está a favor de la cadena perpetua, por supuesto, cuando el delito acredite dicha condena.

La noticia nos encuentra a casi todos de acuerdo. Evidentemente la violencia está avanzando en la medida que la fractura de los valores en nuestra sociedad van demostrando que hay que tomar medidas urgentes. Los legisladores deben trabajar a tiempo completo, de lo contrario justicia que se tarda no es justicia.

Alguien dijo una vez que el hombre devuelve a la sociedad lo que la sociedad le dio. Posiblemente uno de los móviles del robo puede ser la pobreza, aunque no todos los pobres roban. Eso sería un insulto para los pobres, que a pesar de todo no salen a saquear. Otro de los móviles podría ser la ambición por vivir un nivel de vida que no se alcanza desde la pobreza.

Pero la pregunta es por qué robo seguido de muerte. Por qué violación seguida de muerte. Por qué fusilar a un padre delante de su hijo. Por qué tanto ensañamiento, tanta locura. Por qué esa sed de sangre. Hemos podido ver personas a las que se secuestró, y se les envía a los familiares un dedo de la mano dentro de una caja. A mi entender, la droga es la que produce estos delirios, ésta sed de muerte.

La droga produce la anulación de la conciencia, y lleva al adicto a un sentimiento de

omnipotencia. ¿Pero por qué la droga está prácticamente en todas las clases sociales? Tengo 2 hijos que ya han pasado la adolescencia. Sé de qué hablo. No estoy mirando el problema desde afuera, porque Ud. Podrá decirme: si, pero los hijos a veces son inmanejables…

El divorcio trae el problema de una mujer en la casa haciéndose cargo, en la mayoría de los casos, de su rol y del rol de un padre ausente. Habrá honrosas excepciones, pero en la mayoría de los casos los padres se divorcian de la esposa y de los hijos. Yo estuve divorciada de mi esposo, y al cabo de 3 años el Señor hizo un milagro: volvimos a unirnos, ésta vez con el amor de Dios, que es cuando el amor no deja de ser, como dice la Palabra de Dios.

Durante el tiempo que estuve separada tenía el mismo olfato que ahora. Le quiero decir que un hijo no llega alcoholizado a la casa y una se cree que viene de ver dibujitos animados. Una conoce las amistades que tiene, y sabe en qué anda: si estudia, si está depresivo, si los amigos son algo extraños… Claro que a veces la madre tiene tal cansancio cuando viene de trabajar, y está tan agotada por la cantidad de problemas que enfrenta sola, que no tiene tiempo de ser tan astuta como para vigilar de cerca a sus hijos. No la juzgo.

Lo que entiendo es que los hijos se le van de las manos. Y al esposo le tendría que caber el rol de padre, para distribuirse entre ambos el cuidado de esa vida. El joven crece en medio de sus pares que le dicen que pruebe. Un joven sin contención suficiente en el hogar es candidato a experimentar cosas nuevas. Cuando menos una se lo imagina ya es tarde. Es una sucesión de actitudes que terminan en el juzgado: robar para conseguir más droga, y matar por droga.

Gracias a Dios mi hogar llegó a los pies de Cristo en la peor etapa de mis hijos.
Instruye al niño en el Camino, y aún de viejo no se apartará de él, dice la Palabra.
Ahora ya es tarde para la generación que está entregada al alcohol y la droga, excepto que acepten a Jesús. Ahora es necesario castigar el delito con cadena perpetua, porque la sociedad tiene que vivir segura. Porque no podemos convivir con los asesinos.

Pero al mismo tiempo que la justicia se hace cargo, los matrimonios deben saber que tener un hijo es un amor para siempre. Un deber para siempre. Y cuando el amor se termina entre un hombre y una mujer, si dejó de ser, no fue amor. Y los hijos nunca jamás dejan de serlo.