New Jersey, EE.UU. — ( AGENCIALAVOZ.COM ) Jóvenes que experimentan su primera falta a la ley pueden tener una segunda oportunidad cuando acaban en la estación de policía local.El departamento de policía comenzó el mes pasado su primer programa capellán, que permite a voluntarios del clero involucrarse cuando los menores de edad son detenidos por delitos menores, como robar o beber bebidas alcohólicas ilegalmente.
Para el Jefe de la Policía Timothy Codispoti, el programa puede ahorrar dinero de los contribuyentes mediante la reducción de la carga que pesa sobre el sistema de tribunales de menores, así como dirigir a los jóvenes en riesgo hacia la dirección correcta.
“Mi esperanza es que un par de niños obtengan ayuda y se den cuenta de que hay otros caminos a seguir en la vida”, indicó Codispoti, que pasó un año creando el programa.
Asimismo, sostuvo que el programa se basa en parte en una directiva de la Oficina del Fiscal General del estado, alentando a los departamentos de policía de New Jersey a realizar “más ajustes en las estaciones” para aquellas personas cometan delitos por primera vez.
En esos casos, un menor que comete un delito menor recibe una advertencia verbal de la policía y se notifica a los padres o tutores del joven acerca del hecho.
Además, pastores de diversas denominaciones no solamente están disponibles para aconsejar a los jóvenes, sino que también ayudan a los oficiales en el desempeño de avisos de muerte o a responder junto a la policía con disputas domésticas.
Los pastores están disponibles las 24 horas. Para ello, se sometieron a una revisión de antecedentes y orientación en el centro de capacitación del Departamento de Policía y viajaron con los patrulleros. Cuando realizan su labor, usan camisas polo o camisetas y gorras de béisbol que los identifican como policías capellanes.
Para formar parte en el programa, el clero debe estar involucrado activamente en una iglesia local y tener un certificado de graduación en el ministerio, afirmó Codispoti.
Los siete pastores que participan actualmente son: Gary Holden, de la Iglesia Bíblica Trinidad; Luciano Muñiz, del Centro Cristiano Adonai; Bill Clay, de la Primera Iglesia del Nazareno; Frank Ippolito, de Calvary Chapel; Basil Watson, de la Primera Iglesia Wesleyan; Don Knott, de la Iglesia Metodista del Sur de Vineland; y William “Randy”, de la Iglesia Salter of Life on the Vine.
Según su coordinador, el oficial Baron McCoy —que también es pastor en el Centro Cristiano de Adoración Word of Life en Vineland—, el programa ya está produciendo resultados. y recordó un incidente domestico reciente en el que un capellán respondió con la policía.
“La joven estaba muy agitada”, señaló McCoy. “Se expresaba con groserías y gritando. Entonces, vio la camisa y la gorra del pastor y dijo: ‘“hay un pastor aquí”’. Ella se calmó. Esa circunstancia trae paz a una situación caótica“.
A su vez, Codispoti dijo que el programa de su departamento se basa en otras similares utilizadas por otras fuerzas policíacas, como en la ciudad de Burlington y la Autoridad del Puerto del Río Delaware.
El Departamento de Policía de Millville tiene un capellán que asiste con fallecimientos y notificaciones traumáticas de incidentes, pero no está involucrado en los ajustes de la estación. “No hemos explorado esa posibilidad todavía”, indicó el Capitán Tom Romanishin.
Un pastor en Vineland asiste con un ajuste en la estación para aconsejar a los padres o tutores de los menores. Un capellán puede recomendar un joven realizar un mínimo de cuatro horas de servicio comunitario, que podría incluir trabajar en el jardín de la casa de un anciano parroquiano y escribir un ensayo de 300 palabras sobre el incidente que lo llevó a la estación de policía.
Luego, los pastores realizan un seguimiento para asegurarse de que los menores realicen el servicio comunitario, destacó Codispoti.
Si no lo hacen, el pastor informa a la policía del Departamento de la Unidad de Menores. En la mayoría de los casos, la policía tiene hasta un año para presentar cargos por el incidente inicial, añadió Codispoti.
Por otro lado, Holden, pastor de la Iglesia Bíblica Trinidad, comentó que los pastores evitan hablar de religión cuando están trabajando como capellanes policiales.
“Nosotros los aconsejamos e intentamos ver un poco de perspectiva”, aclaró acerca de los jóvenes con los que se enfrentan. “Si ellos piden más ayuda espiritual, se las damos. Somos realmente cuidadosos con el hecho de no promover una determinada religión. De hecho, ni siquiera les digo de qué iglesia soy pastor a menos que lo pregunten”.
A su vez, Holden indicó que la gente a veces es más abierta al clero que a un agente de policía.
“La gente quiere hablar sobre el tema y que uno ore con ellos”, resaltó Holden. “Puedo notar que esta decisión ya ha dado resultados positivos”.
En razón de ello, Codispoti dijo que le gustaría que el programa se ampliara para incluir aún más el clero local. “Afuera existe una necesidad”, dijo. “Y ellos tienen suficiente por hacer”.
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