BARCELONA.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) La red de proxenetas desarticulada a principios de mes en el Raval obligaba a prostituirse a mujeres rumanas, la mayoría de ellas de la zona de Pitesi, que habían sido engañadas en su país por hombres que se hacían pasar por sus novios y les prometían una vida mejor en Barcelona, donde luego eran 'vendidas' a la organización.
El máximo responsable de la operación, Ionel Codrut, fue detenido en Bucarest con la ayuda de la policía rumana, ya que pesaba sobre él una orden de detención europea desde 2006. Fue en ese año cuando el detenido logró escapar de otra actuación policial contra el proxenitismo, la operación Constanza, en la que fueron detenidas 110 personas. Desde entonces no había vuelto a pisar suelo español, pero dirigía las operaciones de la organización desde Rumanía con la ayuda de una mujer, también rumana, que era su enlace en Barcelona y que también ha sido detenida. De hecho, es una de las 31 personas que ha sido enviada a prisión.
Carmen de Mairena, entre los detenidos
Entre las 44 personas que fueron detenidas en la operación se encuentra la popular Carmen de Mairena. Es la única española arrestada que ha sido puesta en libertad, ya que no existe riesgo de fuga, según fuentes de la investigación.
Carmen de Mairena está acusada de favorecimiento de la prostitución, ya que alquilaba habitaciones de su domicilio en la calle Sant Ramon del barrio del Raval de Barcelona para que allí ejercieran las prostitutas. Del mismo modo que el resto de dueños de 'meublés' que han sido arrestados, la popular artista habría cobrado 10 euros por cada servicio.
Una decena de víctimas han sido liberadas
Una de las habitaciones en las que convivían cuatro prostitutas, en la calle Carretas del barrio del Raval.
Las primeras conclusiones de la investigación identifican a unas 50 víctimas, aunque no se descarta que más prostitutas formasen parte de esta red. En el momento de las detenciones, en concreto, se liberó a diez mujeres, entre ellas una menor.
Aunque el centro de operaciones del grupo estaba en Barcelona, la organización no dudaba en enviar a las mujeres a otras ciudades europeas para mejorar sus ingresos. En concreto, durante la época del Ramadán, en la que bajó el nivel de demanda, algunas mujeres fueron enviadas a Italia o Irlanda. En otras ocasiones eran Francia o Bélgica los países elegidos para enviar a las prostitutas.
Otro de los datos que se desprende de las investigaciones es que las mujeres estaban controladas por un mismo clan familiar de origen rumano que "se ha emparentado y relacionado con otro clan familiar de nacionalidad española", según informa la Policía Nacional. Para cubrirse las espaldas, la red se estructuraba en pequeños grupos.