ESPAÑA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) No eran aún las ocho de la mañana cuando el velero holandés «Menina» soltaba amarras del puerto de Valencia y se hacía a la mar. Navegando a su lado, dos barcos cargados de periodistas cumplían el verdadero objetivo de la iniciativa: crear una campaña mediática para presionar al Gobierno y que despenalice el aborto más de lo que está.
Aunque el objetivo inicial era conseguir que catorce mujeres (siete hoy y siete el próximos lunes) burlaran la ley española y abortaran de forma «libre y gratuita», finalmente y a pesar de todo el esfuerzo y el montaje realizado entorno al polémico velero de «Woman on Waves», sólo fueron tres las embarazadas que accedieron a participar en la campaña.
Las tres finalmente interrumpiendo su embarazo en aguas internacionales y bajo pabellón holandés, sin que se registraran incidentes ni durante la travesía ni durante el tiempo que estuvo el barco en altar mar.
40 años y madre de dos hijos
Durante estos días no se había querido hacer pública la identidad de las mujeres, alegando que tenían derecho a la privacidad y a salvaguardar su anonimato, pero poco a poco se han ido facilitando algunos datos. Mamen es una de ellas. Con 40 años, madre de dos hijas (de 12 y 14 años) y un nuevo vástago no deseado en camino, decidió poner fin a su embarazo a pesar de no encontrarse en ninguno de los supuestos recogidos en la ley española para poder interrumpir la gestación. Por ello, no dudó en embarcarse en el yate abortivo y a unas prudenciales y seguras 19 millas de la costa pudo conseguir su objetivo, para lo cual sólo fue necesario que firmara un papel en el que se recogía su consentimiento informado.
Ya en tierra, Mamen se mostró encantada de la atención recibida a bordo y criticó que en España sea una tercera persona, un psiquiatra, la que decida «si tienes o no problemas» para poder abortar, por lo que calificó la sociedad española de «machista».
Que cojan su barco y se vayan
En la misma medida que Mamen se mostraba feliz, las administraciones valencianas mostraban su indignación. Generalitat y Ayuntamiento volvían ayer de nuevo a denunciar la campaña mediatica lanzada entorno «a un tema tan dramático como es el aborto».
El portavoz del Gobierno autonómico, Vicente Rambla, instó a la ONG holandesa a «coger su barco e irse a otro lugar, porque aquí, en nuestra sociedad y nuestro marco de convivencia no es el sitio en el que tengan que desarrollar su actividad». Asimismo, criticó que los integrantes de esta asociación hayan venido a Valencia «con una clara voluntad de hacer apología de algo que en este momento es constitutivo de delito». En este sentido, criticó que para los abortistas sea «mucho más cómodo o más interesante para sus intereses generar polémica e incumplir toda la normativa».
En la misma línea, la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, calificó de «indigno» que la izquierda «haga una fiesta de un drama personal», algo que calificó de la alcaldesa «radicalidad brutal».
Por su parte, el cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, eludió hacer comentarios sobre el barco abortista y se limitó a mostrar su apoyo al centenar de jóvenes que durante estos días han salido a la calle para protestar contra la iniciativa llevada a cabo por las clínicas abortistas y para intentar contrarrestar y boicotear el mitin fiesta organizado para dar la bienvenida al velero. A este respecto, afirmó alegrarse de que «haya una reacción para aquellas cosas que efectivamente no construyen una sociedad mejor».
Cerco policial
Alrededor de la llegada del barco de «Woman on Waves» se ha organizado un amplio programa de actos que se alargará hasta el próximo martes, cuando finalmente se despida al velero. Ayer por la tarde estaba prevista una concentración bajo el lema «El aborto es un derecho, nunca un delito» en el centro de la ciudad de Valencia. Varias decenas de manifestantes exigieron de nuevo el aborto libre bajo el viejo argumento de «nosotras parimos, nosotras decidimos».
A la misma hora, y al igual que ocurrió el jueves en el recinto portuario, un grupo de jóvenes pro-vida se concentró para defender «los derechos de los niños». De nuevo el cerco policial, que impidió en todo momento que ambas concentraciones pudieran acercarse, evitó que se registrara cualquier tipo de incidente. Los jóvenes se limitaron a realizar una sentada ante la plaza de toros, bajo la atenta vigilancia de los agentes, a la vez que a través de los megáfonos y con pancartas gritaban «no al aborto».
Hoy está previsto que sigan los actos pro abortistas con una conferencia sobre «El aborto a debate» y una mesa redonda que debatirá la despenalización. Asimismo, para el domingo se ha organizado una «visita pública» al barco, antes de que éste vuelva a realizar una segunda salida a aguas internacionales para volver a practicar abortos al margen de la ley española.
La polémica de los permisos
Por otra parte, ayer no se habían calmado aún las aguas entorno a la polémica entorno a la decisión del Consorcio 2007 -en el que participan Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento- de negar el permiso de atraque dentro del puerto Copa América al velero holandés.
El portavoz municipal del partido socialista calificaba la decisión de la alcaldesa de «abuso de la autoridad», e Izquierda Unida de «intentar boicotear» el acto e, incluso, el delegado del gobierno en la Comunidad Valenciana no dudó en afirmar que fue una «instrucción política». Todas estas acusaciones fueron respondidas por la propia Rita Barberá, quien recordó que «todo el mundo tiene que cumplir la ley» y recordó que para atracar en la dársena interior del recinto portuario es necesario pedir autorización al Consorcio 2007, que es quien gestiona el recinto, «algo que no se hizo».